Mamá no puede dormir por miedo a que su hijo epiléptico muera en un ataque nocturno
Esta madre ya perdió una hija y esa situación la mantiene alerta cada noche con temor de perder a su otro hijo si se queda dormida.
Taran, de 10 años, vive en epilepsia desde los cuatro años y desde entonces, su condición ha estado empeorando. Su madre se queda sentada y despierta en las noches por temor a que su hijo tenga una convulsión y deje de respirar.
Kia Carlton, de 30 años, perdió a su otra hija de tan solo 11 meses por síndrome de muerte infantil súbita.
"Me resulta muy difícil vivir con su condición después de perder a mi hija. Si él tenía una convulsión y no salía de ella, yo también podría perderlo. Me resulta muy difícil vivir con él."
Ella y su madre se turnan, a veces, en las noches para cuidar de él. Sin embargo, Kia considera que los niños con epilepsia deberían recibir más apoyo financiero en este sentido.
Ella considera que los niños que tienen epilepsia se les debe proporcionar un monitor que les pueda alertar si su hijo tiene una convulsión. Según Kia, cuestan mínimo alrededor de £ 400.
En este momento, Kia no puede comprar ese equipo porque es madre soltera y no puede trabajar porque necesita cuidar a Taran, quien después de una convulsión, tarda de dos a tres en días en recuperarse.
Los niños y el personal fueron invitados a participar y tenían a opción de usar algo púrpura y hacer una donación. Los fondos recaudados se destinarán para la causa.
“Hay más de un niño en la escuela con epilepsia y hay otros niños con parientes cercanos que son epilépticos (...) Creo que es importante que los niños y el personal de la escuela estén informados para que puedan apoyar a los niños con epilepsia en todo lo que puedan", comentó el director de la escuela, Ash Atherton.
Las madres que tienen hijos enfermos sorprenden en muchas ocasiones por su constancia y tenacidad. Ellas son quienes más sufren el deterioro de sus hijos.
"Me resulta muy difícil vivir con su condición después de perder a mi hija."
Claire, de 35 años, una abogada de Kenilworth, Warwickshire, Reino Unido, está devastada por qué su hermoso niño de 4 años sufre de demencia y ya no puede decir "mamá".
George comenzó a tener convulsiones en octubre de 2016. Luego desarrolló otros síntomas y fue diagnosticado con la enfermedad de Batten en febrero de 2017.