Manolete: el legendario torero cuya vida terminó a los 30 años
Además de ser una legenda taurina muy querida y respetada, el torero también fue un ícono de la moda masculina española de la época.
Manuel Laureano Rodríguez Sánchez es uno de los nombres más importantes de la España del siglo XX. Nacido en Córdoba, 4 de julio de 1917, revolucionó los ruedos y supuso un antes y un después en el mundo del toro.
Su verticalidad en los cites, la manera de embarcar a los toros siempre con la muleta retrasada, la solemne forma de ligar los pases, sin darse importancia, y su plausible manera de manejar la izquierda y, sobre todo, la espada, hicieron de él todo un ídolo de masas en los 40.
Pero el astro de Córdoba, que tan bien representó los valores de su ciudad natal, fue además un ícono de la moda masculina española de la época.
Manuel Laureano “Manolete” Rodríguez Sánchez, legendario torero español. | Imagen: Flickr
ÍCONO DE LA MODA
Su elegante y peculiar porte seguía impresionando fuera del ruedo. Vestía de manera impecable sus trajes de chaqueta cruzados con pañuelo en el bolsillo izquierdo.
Las gafas, vanguardistas y compradas en el extranjero, fueron otro de sus amuletos fuera de la plaza. Sus coloridos y curiosos calcetines no se habían puesto de moda hasta recientemente.
Los pantalones con vuelta en los bajos, los trajes de chaqueta blancos en lino y sus eternos zapatos bicolor ingleses, fueron otros de sus clásicos.
Manuel Laureano “Manolete” Rodríguez Sánchez, legendario torero español, con su madre y sus hermanas. | Imagen: Flickr
Pero una de las cosas que más sorprendía de él era verlo ataviado con pantalones vaqueros y cazadora oscura, un atuendo que vino a popularizarse 10 años después de su muerte y que Marilyn Monroe lanzó a la fama mundial solo a principios de los 60.
Esto muestra lo viajado que estaba el matador, quien, además de reponer su armario en una entonces modernísima Cuba, visitaba con cierta frecuencia EE.UU.
Manuel Laureano “Manolete” Rodríguez Sánchez, legendario torero español. | Imagen: Flickr
LEGENDA TAURINA
Manolete toreó vestido por primera vez de luces en 1933 en una corrida nocturna celebrada en la plaza de la localidad francesa de Arles.
El legendario matador impuso su propio estilo, el cual apasionaba en debates, charlas y artículos, dejando una perdurable huella.
Hizo cambiar a la afición el concepto del arte taurino de forma que hubo una forma de torear antes y después de él.
Tenía una personalidad seca y austera, rigurosa y con un estilo de perfil, casi al hilo del pitón, y con la muleta retrasada, lo que obligaba al toro a pasar previamente ante el cuerpo del matador.
Su estilo fue la extensión de su carácter, austero, esencial, seco y valeroso. Sobrio y duro, pero también elegante, se imponía al toro igual que en su vida social.
Manuel Laureano “Manolete” Rodríguez Sánchez, legendario torero español. | Imagen: Flickr
EL DÍA EN QUE SU VIDA SE CEGÓ
El 28 de agosto de 1947, Manolete fue herido de muerte en Linares al enfrentarse al toro llamado Islero. Ese día, el quinto miura salió a la plaza de toros de Linares para enfrentarse en una faena con Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, Manolete.
El matador hizo un intento de molinete de rodillas, fuera del repertorio habitual. Manolete se perfiló en corto e hizo la suerte de matar despacio y marcando los tiempos.
Sin embargo, mientras hundía el estoque en el toro, éste último le propinó la fatídica cornada que le robó la vida al torero. Cayó de cabeza después de girar sobre el cuerno.
Corrida de toros en la plaza de 'El Txofre', provincia Gipuzkoa, España. | Imagen: Wikimedia Commons
El matador recibió atención médica en la enfermería de la plaza, y pasó 40 minutos en una operación tras la cornada en el fatídico triángulo de Scarpa con una trayectoria hacia arriba de 20 centímetros y otra hacia abajo de 15 centímetros. Sin embargo, el doctor que lo atendió en ese momento dio pronóstico muy grave.
Tras cesar el efecto de la anestesia, Manolete se quejó de mucho dolor. Después se le trasladó en camilla llevada a pie hasta el hospital de Linares.
Jiménez Guinea fue la persona que recibió las últimas palabras de Manolete: "Don Luis, no siento la pierna", le dijo el torero. Y al rato: "Don Luis, no siento la otra". Con la última queja —"Don Luis, no veo".
El 29 de agosto de 1947, a las cinco horas y siete minutos de la madrugada, Camará le cerró los ojos al legendario matador.
Manuel Laureano “Manolete” Rodríguez Sánchez, legendario torero español, tras ser herido de gravedad por el toro el 28 de agosto de 1947. | Imagen: Flickr
CAUSA FINAL DE SU MUERTE
En 1997, el hijo del médico de Linares que atendió al torero, Fernando Garrido, reveló que al parecer la cornada que le propinó el toro el día en que murió había sido grave, pero no mortal, señalando que Manolete había perdido mucha sangre y Garrido operó y dispuso que se le practicaran las transfusiones necesarias.
Tras comenzar a recibir las transfusiones, el torero se recuperó, habló, e incluso se fumó un cigarro, aunque seguía débil.
Fue entonces cuando llegó el doctor Giménez Guinea, en quién Manolete tenía mucha confianza, y ordenó que se suspendieran las transfusiones y que se le aplicara un plasma noruego.
Manuel Laureano “Manolete” Rodríguez Sánchez, legendario torero español. | Imagen: Flickr
Sin embargo, a los pocos segundos de que fue aplicado dicho plasma, el matador empeoró y su vida se cegó.
Otro legendario torero que perdió la vida durante una corrida fue el famoso Paquirri, y ya han pasado 30 años desde aquella trágica muerte del famoso matador que conmocionó a toda España.
Francisco Rivera "Paquirri". | Imagen: YouTube/Filmoteca Histórica Flamenca
El cuarto animal que recibió el matador aquel día de 1984 lo dejó tendido en la arena con una mortal herida en la pierna. Conoce la historia aquí.