Mujer dona un riñón al bombero que la ayudó a salvar la vida de su hija
Bill Cox estuvo allí cuando la hija de Becca Bundy sufrió una convulsión. Dos años más tarde, Becca estuvo allí cuando Bill necesitaba un favor de vida o muerte.
Una mujer de Minnesota le ha dado un riñón a un bombero que una vez respondió a su llamado de auxilio. Becca Bundy se topó con Bill Cox, haciendo de bartender, el otoño pasado. El bombero voluntario de Bearville tenía ua camiseta en la que pedía ayuda consiguiendo un donador.
"No podía sacármelo de la cabeza", dijo Becca. "Simplemente dije, yo soy la indicada, y lo sé".
Dos años antes, Bill fue el primero en la escena cuando Becca llamó a emergencias, luego de que su hija de 1 año, Hadley, sufriera una convulsión.
"Parecía importarle, no era simplemente otra llamada", recuerda Becca. Cuando vio a Bill haciendo de bartender con la camiseta, "pensé que era una forma en la que podía darle las gracias". Una prueba reveló que Becca era compatible. La cirugía ocurrió en febrero, en el centro médico de la Universidad de Minnesota, donde Bill recibió uno de los riñones de Becca.
Tres meses después, Bill, de 66 años, está libre de la diálisis y sigue su vida en el retiro, en una cabaña de madera a orillas de un lago que comparte con su esposa, Terry.
"Me siento muy bendecida por haber sido escogida para estar en esta aventura con él", dijo Becca, con lágrimas en los ojos. Bill se siente bendecido porque Becca lo haya encontrado. "Sip, ella es un ángel", dijo.
Para recalcar el concepto, días antes de la operación, Bill le entregó a Becca una estatuilla de un ángel, la cual talló él mismo en madera.
Fue el comienzo de una amistad que ha florecido entre sus familias. Los Cox ahora asisten a los juegos de softball de las niñas de Becca, en la escuela North Woods, donde Becca es la entrenadora.
Los dibujos hechos por los hijos de Becca ahora cubren el refrigerador de los Cox. El arte tiene un significado especial para ellos, ya que "nosotros no tenemos nietos", como explica Bill.
Este verano, Bill y Terry recibirán a Becca, su esposo y sus cuatro hijas en su bote.
El otoño pasado, Becca Bundy entró a un bar. ¿Quién hubiese sabido que nueve meses después, compartirían órganos? "Es un vínculo de por vida, que nunca desaparecerá"; dijo Becca.
En otro conmovedor caso, Dave Courtney, un hombre de 63 años con problemas renales graves recibió la sorpresa de que su vecina era la que acabaría con su enfermedad.