Sophia Loren y Carlo Ponti: un romance prohibido

Sofia Villani Scicolone, actualmente conocida como Sophia Loren, es una reconocida actriz con una trayectoria de más de 70 cintas, tanto italianas como estadounidenses, que le han ameritado decenas de premios internacionales, entre ellos, dos Óscar y un BAFTA.

A pesar de que es una gran figura del cine y fue una de las mujeres más encantadoras y sensuales en su mejor época, no todo fue color de rosas para ella. Tanto ella como su familia atravesaron pobreza, hambre y sufrimiento, mientras transcurría la Segunda Guerra Mundial.

Loren nació en Roma, Italia, el 20 de septiembre de 1934, de la maestra de piano y aspirante a actriz, Romilda Villani, y del arquitecto, Riccardo Scicolone, quien estuvo ausente en las vidas de sus hijas con Villani y se negó a darle el apellido a una de ellas.

En plena Segunda Guerra Mundial, una muy joven Romilda y sus dos hijas debieron trasladarse a Pozzuoli, cerca de Nápoles, para poder subsistir y alejarse de los estragos.

Scicolone, por su parte, hizo vida con otra mujer, con quien procreó a dos hijos. La comunicación con sus hijas era casi nula y, durante algún tiempo, Sofia creyó que sus padres en realidad eran sus abuelos maternos. La soltería de su madre implicaba que ella fuese vista como una hija ilegítima.

Con el tiempo, Romilda comenzó a convencerse de que, si ella no lograba abrirse paso en el mundo del entretenimiento, sus hijas tendrían que hacerlo. Por consiguiente, inscribió a las niñas en diversos concursos y audiciones, con el fin de lograr su sueño frustrado.

De tocar tantas puertas, Sofia ganó un par de concursos y un papel pequeño en la producción, Quo Vadis.

Poco después, sin ánimos de seguir llevando el apellido de un padre que no estaba en su vida y que le causó tanto dolor a la familia, Sofía Scicolone empezó a usar el apellido Lazzaro, bajo el cual hizo varias películas más.

Pronto, Sofia Lazzaro sería renombrada una vez más, por el productor de una película de bajo presupuesto llamada Africa under the seas, que quería algo "no tan italiano", con la ortografía no italiana de Sophia y el apellido de Loren, inspirado en el nombre de una popular actriz sueca de la época.

Pero pasarían ocho años para que el próximo nombre que adquiriera fuera reconocido legalmente, el apellido Ponti, de su futuro marido, Carlo Ponti.

SU HISTORIA DE AMOR PROHIBIDA

Cuando se conocieron por primera vez, el productor de cine, Ponti, tenía 38 años, estaba casado y vivía en familia con sus dos hijos y su mujer. Sophia tenía 17 años.

Él primero notó a Sophia en la audiencia de un concurso de belleza del que era juez y la invitó a su oficina para una prueba de pantalla. Los camarógrafos no sabían qué hacer con sus rasgos irregulares, pues su nariz era muy grande y sus caderas demasiado anchas.

A pesar de que le aconsejaron que se hiciera una cirugía de nariz y que adelgazara, ella se negó.

Al comienzo, la relación entre Carlo y Sophia era amistosa: él la aconsejaba, la trataba con ternura y la guiaba. Pero poco después, su relación se transformó en algo más.

Comenzaron a verse en secreto, ya que Ponti todavía estaba casado con Giuliana Fiastri, la hija de un general. Romilda desaprobaba, temiendo que su hermosa hija siguiera sus propios pasos deshonrados.

Más tarde, Sophia reconoció que, en cierto sentido, se había enamorado de la figura paterna que nunca tuvo.

En la Italia de entonces, no existía el divorcio, y la relación de Sophia Loren con Ponti fue un escándalo. En un intento por formalizar su relación, la pareja contrajo matrimonio civil en México, en 1957.

No obstante, a ojos de la República Italiana y de la Iglesia, Ponti seguía casado con su primera esposa y la Loren no era más que su concubina.

Luego, una tal Luisa Brambilla decidió llevar a la pareja de “pecadores” ante los tribunales acusándoles de un delito de bigamia.

Pero para evitar ser juzgados y condenados, Loren y Ponti huyeron Francia. Sólo en 1966 lograron convertirse en marido y mujer, en una ceremonia civil celebrada en París, con Ponti habiendo optado por la ciudadanía francesa.

Al no existir el divorcio en la Italia de entonces, Loren tuvo que aguantar escarnios y ofensas durante mucho tiempo.

“Lo que quería tener era una familia legítima; un esposo legítimo, hijos, una familia como cualquier otra persona. Fue por la experiencia que tuve con mi padre”, reveló Loren, según citó Vanity Fair.

Con el tiempo, tuvieron dos hijos, Carlo y Edoardo, y la carrera de Loren siguió floreciendo, más por sus películas italianas que por las de Hollywood.

Con el paso de los años, sus apariciones se volvieron menos frecuentes. Ahora, la actriz se dedica a otras cosas que se relacionan con la publicidad que da su nombre.

Luego de más de 50 años de matrimonio, en enero de 2007, Ponti falleció a los 94 años.

"No se vuelve fácil", explicó Sophia a Vanity Fair. “Extraño mucho a Carlo, mi esposo. No puedes tener todo al mismo tiempo. Así es la vida”.

Sophia Loren es la última diosa viviente y, a pesar de sus muchas dificultades, todavía se ríe y disfruta de la vida.