Mujer sobrevive gracias al trasplante de hígado de una amiga y ahora será mamá
La vida de Amanda Washek parecía que iba a terminar cuando le diagnosticaron una enfermedad hepática, pero hoy la terapeuta goza la dicha de ser madre y de tener un futuro promisorio.
Washek, de 28 años, residente de Pennsylvania, había sido diagnosticada con una enfermedad hepática crónica que amenazaba con acortar su vida, esto hizo pensar a la joven que todos los planes que tenía para su vida no serían posibles.
La enfermedad de Amanda se empezó a manifestar en 2004, cuando comenzó a experimentar cansancio y náuseas, luego de unos años volvieron los sana, y sintomas.
DIAGNÓSTICO Y TEMOR
“Estaba luego, al minuto siguiente, no lo estaba, y mi cuerpo comenzó a fallarme. Me desperté sintiéndome cansado y débil, lo que persistio durante meses '', dijo Washek.
“Después de unos meses de sentirme cansada y enferma, el mareo apareció repentinamente un día y, a medida que avanzaba el día, mis síntomas empeoraron hasta que Justin me llevó al hospital”, comentó Amanda que estaba recién casada en ese entonces.
Ya en el hospital Washek fue rápidamente atendida, luego de brindarle los primeros auxilios el cuerpo médico decidió dejarla recluida en el centro clínico para ser monitoreada, situación que hizo sospechar a la joven de que algo no estaba bien.
Amanda fue diagnosticada con colangitis esclerosante primaria (PSC), una afección hepática que la única forma de sobrevivir a ella era un trasplante de hígado, lo cual ensombrece el panorama de la terapeuta, sin embargo a pesar de su preocupación se mantuvo optimista y alerta.
"Pasé unos meses esperando que sonara el teléfono, deseando que mi médico llamara con la agridulce noticia de que alguien había muerto, y su hígado era una combinación para mí. Estaba en alerta constante'', señaló Washek.
LLEGÓ EL ANSIADO DIA
Luego de la llamada de su médico tratante Amanda fue a consulta, “Mi hepatólogo sugirió un donante vivo. Es notable, pero debido a que el hígado se regenera, es posible una donación viva”, algo que Washek no esperaba y aunque se resistía a la idea no tenía muchas opciones.
El día más esperado llegó , surgió un donante vivo, una antigua compañera de estudio le donaría el 65 % de su hígado, Amanda recibió el trasplante y aunque no está totalmente curada siente que ya lo peor pasó.
"Siento que he conquistado lo peor". He hecho las partes difíciles: la espera, la incertidumbre, la cirugía y el primer gran virus después del trasplante".
"Siempre seré monitoreada, y existe una pequeña posibilidad de que mi PSC regrese, pero también existe una gran posibilidad de que no lo haga", comento la optimista Washek que en febrero recibió la gran noticia que sería madre completando la felicidad que un dia ella jamás pensó podría tener debido a su condición.
Otra mujer que pensaba que su vida estaba en una encrucijada se llevó la sorpresa de su vida luego de hacerse una doble mastectomía preventiva diez años atrás y ahora descubrir que no tenía la mutación cancerígena.