Jorge Mistral se quitó la vida para parar el sufrimiento por un cáncer que mantuvo en secreto

Su éxito profesional contrastaba con un delicado estado de salud que mantenía oculto hasta a su propia esposa, quien dormía en la habitación mientras el gran protagonista de telenovelas decidía acabar con su vida en la cocina de esa misma casa.

Nació en Aldaya, muy cerca de Valencia, España, pero se fue a vivir a México donde desarrolló una exitosa carrera como actor en el cine, teatro y televisión. Como todos, tuvo altibajos claro está, pero para el momento de su muerte, él estaba en pleno auge, lleno de logros y elogios, pero también de dolor.

Era abril del año 1972. La telenovela de mayor rating en el momento era “Los hermanos Coraje”. Jorge Mistral era uno de los protagonistas.

Interpretaba, en ese entonces, al villano más visto de la televisión, pero tras los focos de la fama luchaba con una terrible enfermedad de la que ni siquiera Olga Maechetti, su segunda esposa, supo hasta después que él se quitó la vida, reseñó El Universal.

Cáncer del duodeno era el diagnóstico que había recibido el actor y que le provocaba tan fuertes dolores que se encerraba en el camerino para que nadie le viera. Fue el actor Víctor Alcocer quien luego declararía:

"En nuestro camerino de la telenovela del canal 8, que se grababa en lo que fueron los estudios fílmicos San Ángel Inn, mi compañero, amigo y compadre, se encerraba para afrontar los dolores pavorosos a causa del cáncer. Se revolcaba en el suelo. Me pedía los calmantes y un poco de vokda, para soportarlos", según citó El Universal.

El actor reconoce que Mistral, cuyo nombre real era Modesto Llosas Rosell, le hizo prometer que no diría ni una palabra de su enfermedad y sufrimiento, mucho menos a su amada esposa.

Fue a Víctor y Olga, precisamente, a quiénes habría dado señales de sus intenciones. Unas que ellos entenderían después, demasiado tarde. A su esposa le habló con gran admiración de Pedro Armendáriz, otro gran actor que al padecer de cáncer decidió quitarse la vida disparándose.

Y a Víctor le pedía que le permitiera llorar sobre sus hombros, pues les “quedaban pocos días”. Su esposa sí notó lo delgado que se estaba poniendo, calcula que había perdido unos siete kilos, y el apetito había desaparecido. No comía ni siquiera la paella que tanto disfrutaba preparar.

A la prensa también había dejado ver algo y es que cinco meses antes de su muerte, había dicho en una entrevista que su peor enemigo era el tiempo, pues no perdona.

Fue una gran estrella de la época dorada del cine mexicano y algunos señalaban que el no haber podido recuperar la gran fama que alguna vez tuvo, fue una de las causas de su suicidio. Esto sumado a la terrible enfermedad que padecía en secreto. Silvia Pinal, María Félix y Jacqueline Andere fueron algunas de sus muchas coprotagonistas.

Sus compañeras de elenco también quedaban prendadas de sus encantos. Carmen Sevilla, por ejemplo, comentaba que “Era tan guapo que te desmayabas. La pena es que yo fuera tan decente y tan tonta".

Tenía 52 años cuando se disparó. Era de madrugada y la detonación despertó a todo el vecindario en la colonia Nápoles. Olga despertó y entre lágrimas llamó a la policía. Después se conocería la enfermedad que tan “valientemente ocultó a familiares y amigos”.

Su vida, su trayectoria profesional y tantos otros momentos han sido recordados en programas de televisión, en el que se analizaba incluso el resurgir que estaba teniendo cuando falleció.

Como él, hay otros actores imposibles de olvidar por los seguidores del cine y la televisión, así como por quienes están atentos a la historia y legados de estas formas de arte.

Como Antonio Moreno, uno de los españoles que ha superado fronteras con su éxito.

Incluso, fue el primer actor español que alcanzó el estrellato en Hollywood. Su exitosa carrera comenzó con roles como “latin lover” en filmes como "Beverly of Graustark", "The Spanish dancer" y "Mare Nostrum". En "The Temptress" compartió protagonismo con Greta Garbo.

La Línea Nacional de Prevención del Suicidio para España es 900-525-100. Otras líneas internacionales de ayuda al suicida pueden encontrarse en befrienders.org.