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Luis Fernando Montoya: Adriana Herrera, la gran mujer detrás de él

Ella tiene más de 20 años a su lado, pero desde que ocurrió la tragedia, está dedicada a su amor en cuerpo y alma.

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Luis Fernando Montoya, mejor conocido como ‘El Profe’, se casó con Adriana Montoya en 1998, desde entonces, juntos han vivido grandes experiencias y comparten un hijo.

Con mucha paciencia, sacrificio y esmero, la mujer paisa hace diferente la vida del técnico de fútbol que casi pierde la vida en un atentado que le hicieron el 22 de diciembre de 2004. Ella es la mujer que lo acompaña noche y día.

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ENTREGA TOTAL

La entrega total que tiene Adriana con Luis Fernando, ha permitido que el especialista en fútbol sobreviva en medio de las consecuencias por el accidente que lo dejó en cama.

Aunque las medicinas, terapias, tratamientos y atención médica han conseguido cambios positivos en el coach, lo más importante para él ha sido gozar del amor de su esposa.

Cariñosamente, Adriana se ganó el título de ‘campeona del amor’, pues desde que se casaron en el año 1998, la pareja se convirtió en uno solo y tal como se dice jura frente al altar, han estado unidos en las buenas y en las malas.

HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE

Adriana y Luis Fernando, se conocieron en una entidad bancaria en la que ella trabajaba.

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Para ellos, no fue una casualidad que Montoya acudiera al banco donde estaría la mujer de su vida.

Después de encontrarse, entre ellos comenzó a crecer una relación llena de afecto. Hoy en día, la pareja está segura de que estarán juntos hasta que la muerte los separe.

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Adriana Herrera es una gran mujer que ha luchado por el bienestar constante de su esposo y de su hijo, José Fernando, quien, al momento del atentado, tenía solo tres añitos.

Actualmente, Adriana y su hijo acompañan a ‘El Profe’ física y emocionalmente. Juntos se aferran a su fe en Dios y brindan su amor al hombre de la casa.

Gracias a esta noble mujer, Luis Fernando ha podido enseñarle a su hijo el significado de familia de la que Herrera se siente orgullosa.

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Y, aunque el trabajo sigue siendo arduo todos los días, pues el coach de fútbol necesita atención especial, la esposa de Luis Fernando no piensa abandonar el barco, sino reforzar cada día sus valores dentro de su hogar.

Con mucha humildad, ella agradece a todos los que la han ayudado en este proceso y han brindado su solidaridad a su familia.

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LA TRAGEDIA

Aquel 22 de diciembre de 2004 las familias colombianas estaban preparando su celebración previa a la Navidad, pero en un hogar de Caldas, Antioquia, los Montoya-Herrera, eran duramente golpeados por una tragedia que les cambió la vida para siempre.

Las balas tocaron las puertas de la casa del técnico del Once Caldas, y tan solo seis meses de haber obtenido la segunda Copa Libertadores para Colombia y perfilado como uno de los mejores técnicos de América, su existencia cambió más 180 grados, cuando un proyectil se alojó en el canal medular entre la tercera y la cuarta vértebra, dejándolo cuadripléjico.

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Desde entonces, Adriana tuvo que tomar el timón de su hogar y darle la cara a los problemas y contratiempo que desencadenó aquel horrible atentado.

“Desde ese día mi vida es otra. Dejé de vivir mi vida por preservar la de él. Perdí mi libertad porque ya no es lo que yo quiera, sino que debo estar pendiente de los cuidados que necesita diariamente Luis Fernando”, aseguró Adriana en una entrevista con el diario El Espectador.

La esposa de Montoya aseguró que su fe en Dios le ha permitido caminar por el buen camino y salir adelante cada día.

No se arrepiente de nada y le ha entregado su vida entera al hombre que la conquistó, cuando la conoció en aquel banco en el que trabajaba.

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