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Celia Cruz y Pedro Knight: una bella historia de amor que duró más de 40 años

Mayra Pérez
18 ene 2020
22:20

Con el bien merecido título de “La guarachera de Cuba”, la historia de esta inolvidable mujer no se puede contar sin hablar de su inseparable compañero de vida, su “cabecita de algodón”.

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¿Cuándo empezó Celia Cruz a llamar a Pedro Knight “mi cabecita de algodón”?, es difícil responder esto, tomando en cuenta la cantidad de años en que estuvieron juntos y la cantidad de eventos y dramas a los que lograron sobrevivir, siempre juntos.

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Aunque bastante conocida la fecha en que se conocieron, y la fecha en la cual contrajeron matrimonio, pocos saben cuándo surgió el amor entre Celia y Pedro, o cuando el cabello de él se blanqueó por completo.

Pero con toda seguridad, lograron consolidarse como una pareja muy estable, que se apoyaban y ayudaban mutuamente. La armonía y el amor fueron siempre los grandes protagonistas de su historia.

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LA SONORA MATANCERA

Pedro Knight fue un destacado trompetista, que formaba parte de la famosa orquesta cubana llamada “La Sonora Matancera”, y Celia fue invitada para suplir a la cantante del grupo, puesto que había quedado vacante recientemente. Ese 3 de agosto de 1950 se conocieron en la estación de radio CMQ, en Cuba.

Demás está decir que Celia fue contratada de inmediato, y según cuenta el representante de la guarachera, cultivó una buena amistad con Knight, quien la ayudaba con los arreglos musicales.

Sin embargo, Pedro era un hombre con fama de mujeriego y con dos matrimonios fallidos e hijos, lo cual no lo hacía nada atractivo a los ojos de Celia. Aun así, el encanto del trompetista terminó por romper sus defensas y en algún momento, se enamoraron.

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MATRIMONIO EN EL EXILIO

Corría el año 1960, cuando la orquesta decide exiliarse en México; Cruz y Knight los acompañan, pero unos meses después, la cubana decide irse a Nueva York, contratada para hacer presentaciones en el reconocido club Palladium, y esto marcó el nacimiento de la estrella.

En el año 1962, tanto Pedro como la orquesta logran llegar a Nueva York y el 14 de julio, se unen en matrimonio para toda la vida.

“Yo que conviví con ellos puedo decir que fueron dos cuerpos y un alma porque se entendían sin hablarse. Imagino que como toda pareja tienen que haber discutido, pero nunca lo hicieron delante de nadie. Celia decía que no le gustaba tener un problema con Pedro e irse a la cama sin arreglarlo. Eran el uno para el otro”, dijo en una oportunidad el representante de Celia en esa época, Omar Pardillo.

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FELICES PARA SIEMPRE

Pero si hablaban y mucho, o al menos así lo hizo saber Celia en algunas oportunidades, afirmando que una de las claves de éxito de su matrimonio era la constante comunicación que existía entre ella y su cabecita de algodón, y que siempre estaban hablando de sus cosas.

Por su parte, Pedro sentía que su esposa siempre estaba pendiente de él, que lo cuidaba y lo hacía sentirse muy amado, en privado y públicamente, como resultaba evidente para sus fanáticos, quienes sentía la gran química y amor de la pareja.

Se menciona mucho la falta de hijos en común, y aunque fue algo que Celia deseó por mucho tiempo, simplemente no pudo hacerlo realidad. Pero su naturaleza feliz no dejó que esto la afectara a ella o a su relación, y lo resolvió canalizando todo su amor materno en sus adorados sobrinos, hijos de su hermana Gladys.

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SEPARACIONES TEMPORALES

Fueron muy contadas las oportunidades en que la pareja se vio obligada a separarse. Tres años después de celebrar su matrimonio, Pedro se convirtió en su representante, por lo que su relación incluía todos los ámbitos.

En la década de los 80 que se tuvieron que separar un par de veces, debido a problemas de salud que sufrió Knight y que ameritaron que Celia viajara sola para cumplir compromisos ineludibles.

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EL ADIÓS

Solo la muerte pudo separar a estos seres, pero no por mucho tiempo. Celia falleció en julio de 2003, luego de una dura batalla contra un cáncer en su cerebro.

A partir de allí, la salud de Pedro, quien era diabético, fue en franco deterioro. La vida sin Celia era demasiado difícil para él, y en febrero de 2007 abandonó el mundo terrenal. Fueron enterrados uno al lado del otro en un cementerio del Bronx de Nueva York.

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