Andrés García sufre intento de asalto en un banco y logró salvarse a sí mismo
El veterano actor que actualmente está residenciado en Acapulco, en el estado de Guerrero, identificó de inmediato el “modus operandi” de los delincuentes y eso le permitió actuar con rapidez.
A pesar de no contar con las habilidades físicas de algunos años atrás, Andrés García aún tiene excelentes reflejos y el instinto necesario para defenderse del intento de asalto que sufrió el pasado diciembre.
“Fue un asalto planeado, unos chilangos, un matrimonio lo tenían bien planeado”, comenzó contando el actor.
El intento de robo ocurrió en las afueras del banco al cual fue García. Estacionó su vehículo, entró a las instalaciones del banco sin encontrar a nadie en la puerta. A la salida, se vio obligado a utilizar su bastón, por cuanto había escalones altos que no le resultan sencillos de recorrer.
Al llegar a su vehículo, notó que un carro se estacionó tan cerca del suyo que casi no podía abrir la puerta, sin embargo, con algo de esfuerzo consiguió ingresar al interior.
En ese momento apareció una señora gritando sin control y diciendo que le había rayado su carro, y a pesar de las explicaciones que le daba Andrés, respecto a que ella fue la que se estacionó muy cerca de él, ya que no había ningún vehículo cuando él llegó, la señora no dejaba de gritar.
A los pocos minutos apareció por detrás un hombre, armado con un bate y una bolsa, diciéndole que lo iba a pagar caro, y justo ahí, García supo que algo iba muy mal; su pierna recién operada estaba siendo presionada por los asaltantes con la puerta del carro.
"Se dieron cuenta de que no podía caminar bien y dijeron ‘ahorita a este le vamos a caer'", dijo Andrés.
El actor recordó que esa era la forma en que se llevaban a cabo los asaltos, es decir, armar una pelea y luego sacar dinero. Pero con lo que no contaba la pareja, era que él siempre va armado, así que no estaban preparados para cuando sacó el arma y la puso en el cuello del hombre.
Sin embargo, el actor sabía que estaba siendo filmado por las cámaras del banco, y que por las leyes de su país, matar al asaltante no era una alternativa, pero fue suficiente para que la pareja lo dejara tranquilo, permitiéndole irse del lugar sin mayor daño que un buen susto y un mal momento.