Niños de todo el mundo dibujan arcoiris y los pegan en sus ventanas para no perder la esperanza

En medio de la pandemia mundial por el coronavirus, los niños han encontrado una manera de conectarse con el mundo con creativos dibujos con mensajes llenos de esperanza.

En Oldham, Manchester, los hijos de Vicky Corbley pegaron en sus ventanas coloridos dibujos hechos por ellos con arcoíris y cortas frases con mensajes llenos de positivismo, agradecimiento y esperanzas.

"No te preocupes", "Esto pasará" “Mantente a salvo”, "Gracias a nuestros conductores de entrega y carteros", son algunos de los lindos mensajes escritos por los niños.

La iniciativa nació en Italia, luego de ser decretada la cuarentena y de que los niños dejaron de asistir a sus colegios y actividades fuera de casa. Se les ocurrió entonces la idea de dibujar arcoíris llenos de colores y los colgaron en las ventanas para compartirlos con los demás a la distancia, y de alguna manera, hacerse compañía.

El arcoíris siempre ha sido un símbolo de que todo lo malo pasará y vendrá algo tan hermoso como lo es la explosión de colores contra el cielo abierto y despejado.

La iniciativa fue compartida por algunos padres a través de las redes, por lo cual se fue difundiendo y bajo la etiqueta de “desde mi ventana”, se cuentan en miles los bellísimos trabajos de niños de todas las edades y nacionalidades con dulces mensajes para todos.

De esta manera, los pequeños de la casa logran manejar en encierro obligado y el cambio de sus rutinas, pero especialmente, el aislamiento de sus amigos, maestros e inclusive algunos familiares, sintiéndose acompañados por esos otros niños cuyos dibujos pueden ver desde sus ventanas o a través de las redes.

Esta iniciativa ha dado el espacio a cantidad de actividades complementarias que mantienen a los niños ocupados y entretenidos, como la búsqueda del tesoro del arcoíris, en el cual las personas pegan fotos de arcoíris, un grupo de Facebook las mapea y los niños tienen que encontrarlas.

Por otro lado, aunque no menos importante, para aquellos que no pueden permanecer aislados por el tipo de trabajo que desempeñan, resulta alentador ver las ventanas llenas de hermosos arcoíris infantiles, y con seguridad sienten un tierno calor en su alma al leer lo que ellos quieren decirle a todos.