Gran rebaño de ovejas llena las calles de una ciudad turca, vacía por el coronavirus

Las calles vacías por el confinamiento en el mundo como medida preventiva ante el coronavirus han traído unas cuantas sorpresas, muchas vinculadas con la naturaleza, como ha sucedido ahora en Turquía.

En plena área urbana llena de edificios y jardines, vecinos se asomaron en la ventana al escuchar el balar de ovejas. Para su gran sorpresa, al mirar a la calle encontraron que se trataba realmente de un gran rebaño de estos rumiantes.

El video de la sorprendente situación fue grabado por uno de los habitantes de la zona y difundido por The Guardian en su canal de Youtube.

Pero claro está, no iban solas. Como es de esperarse de un rebaño, su pastor les guiaba al caminar frente a ellas mientras atravesaban el asfalto de una de las tantas avenidas que ahora están vacías en la ciudad de Samsun, al norte de Turquía.

Algo que despertó la gracia y risas de quienes veían la tierna invasión esponjosa en las calles, era que las ovejas se detenían a descansar sobre el pasto.

El recorrido fue realmente la sensación de la ciudad y duró varias horas, pues si bien el vídeo difundido por el medio británico nos muestra que es de noche, otros usuarios en las redes sociales cargaron tomas de cuando aún era de día.

Fueron más de 100 ovejas las que tomaron la autopista durante el domingo e incluso detuvieron a los pocos vehículos que circulaban durante el confinamiento.

Şeyda Sezgin, uno de los testigos de lo ocurrido, contó que ya se había ido a dormir cuando empezó a escuchar lo que parecían voces. “Cuando vi las ovejas pensé que era un sueño porque vivimos en el centro de la ciudad”, citó CNN al residente del distrito Atakum.

Sezgin también contó durante su relato que la calle del ahora muy famoso recorrido es normalmente una de las más transitadas y concurridas de la ciudad.

Estas decenas de ovejas no han sido los únicos animales que con su andar en las calles, durante el confinamiento, provocan ternura.

Durante la cuarentena el acuario de Chicago, en Estados Unidos, cerró sus puertas al público. Por ello unos tiernos pingüinos decidieron aprovechar la soledad del recinto para caminar libremente a su gusto.

Los cuidadores del Shedd Aquarium han dejado que los pingüinos Wellington, de 32 años, y Edward y Annie caminen por lugares que generalmente solo están reservado para personas.

En esta ocasión especial y como si se tratase de visitantes, se les ha permitido pasear por el recinto y contemplar las otras especies que allí se encuentran. Videos y fotos del instante fueron compartidos en redes sociales.