Mujer pierde a sus padres y tres hermanos en dos meses debido al coronavirus

No hay un lugar en el mundo donde el COVID-19 no haya hecho estragos, y en El Salvador son más de 14 mil personas las contagiadas. La familia Barrera ha perdido cinco de sus miembros en solo dos meses.

Para Raquel Barrera, nativa de El Salvador y uno de los once hijos que tuvieron Lucía y Felix Barrera, las pérdidas que ha sufrido su familia por el coronavirus la tomaron por sorpresa, porque nunca pensó que le ocurriría algo a su gente cuando se comenzó a hablar del virus.

"El mundo está infectado y está el temor, en mi familia han sido cinco muertos en poco tiempo y ha sido duro perderlos así", cuenta la salvadoreña Raquel en entrevista para AFP.

Con mucho dolor y humedad en sus ojos, la joven de 28 años cuenta que el primero en morir fue su padre de 80 años, el 28 de mayo. Apenas dos días después le acompañaría su madre, de 69, quien esperaba la ambulancia desde el día anterior cuando comenzó con la fiebre alta, pero había muerto cuando llegó.

Los tres hermanos sí alcanzaron a llegar al hospital, pero igualmente fallecieron víctimas del coronavirus. El enfermero Jesús, de 52 años fue el tercero, le siguió Joaquín Antonio de 42 y por último Carlos Humberto, de 40.

FUTURO INCIERTO

La esposa de Joaquín Antonio es Rebeca Valle. Ella fue uno de los pocos miembros de la familia a los que se les realizó la prueba de diagnóstica, la cual dio positiva. Sus cinco hijos también presentaron síntomas, más no había suficientes pruebas para ellos.

Aunque tanto ella como sus hijos José David de 21 años, Joel Antonio de 15, Rebeca Abigail de 14, Herson Samuel de 9 y Rut Elizabeth de apenas 4 añitos ya están recuperados, ahora les queda afrontar el futuro sin el padre y proveedor de la familia, en una precaria casa de láminas.

“No sé cómo voy hacer, tengo que tratar de sacar adelante a mis hijos. Para mí darles el estudio se me hace difícil, pero aunque sea lavando debo sacarlos adelante”, expresó Rebeca.

DISCRIMINACIÓN

La familia Barrera estaba integrada por 23 miembros, entre padres, hermanos, cónyuges e hijos, y vivían entre tres humildes casas con árboles alrededor de los cuales obtienen parte de su sustento.

Según cuenta Raquel, en los últimos meses han sido víctima de la discriminación de sus vecinos, por cuanto el personal de salud que acudió luego de la muerte de su padre compartió la noticia con todos los habitantes del vecindario, quienes los sometieron a un rechazo total al punto de no venderles alimentos.

Además, a pesar de lo voluminosa que es la familia, los sanitarios solo llevaron cinco pruebas, por lo cual fue imposible saber quién estaba sano y quién enfermo y no pudieron protegerse aislando a los positivos.

Respecto al tratamiento de los que han logrado sobrevivir, lamentablemente han tenido que recurrir a productos naturales a falta de medicamentos, tomando una mezcla de limón, jengibre, manzanilla, miel y cebolla morada para despejar el pecho y aliviar el dolor de garganta.