Recordando la batalla de Cristina Hoyos contra el cáncer dos décadas después de su recuperación

Hablar de cáncer y de cómo se convive con él fue un tema tabú durante muchos años. Sin embargo, para la bailaora sevillana fue una necesidad hacerlo y transmitir su optimismo.

Corría el año 1996 cuando Cristina Hoyos tuvo la noción del problema que se le avecinaba, al sentir la presencia de un pequeño bulto en uno de sus senos.

Con un historial de cáncer en su familia, no dudó en acudir de inmediato al médico. En menos de un mes entró en quirófano y no tardó en tener la certeza del diagnóstico: cáncer de mama.

Contrario a lo que cualquiera pensaría, para Cristina fue un motivo de agradecimiento que le hubiese tocado a ella y no a otro miembro de su familia, porque se sentía dotada de una fuerza única que la ayudaría a superar este bache en su vida.

A partir de ese momento decidió no ocultar su enfermedad, comunicándolo a todos de la forma más sincera y transparente posible. Dice que le dio al cáncer su lugar, es decir, el de una enfermedad que todos podemos tener y que puede superarse.

"¿CUÁNDO PUEDO BAILAR?"

Luego de la cirugía, vino la quimioterapia, la cual no fue nada sutil por el nivel de malignidad detectado en su tumor. Hoyos sufrió las mismas secuelas de otras personas, como caída drástica del cabello y debilidad corporal, pero su único pensamiento siempre fue el de cuándo podría volver a bailar.

El cirujano descartó que Cristina pudiese volver a los escenarios en al menos 10 meses. Sin embargo, el oncólogo le explicó que no tenía mayor impedimento que la debilidad que ocasiona un tratamiento tan agresivo como la quimioterapia.

El baile es la vida para Cristina, es su mejor terapia y su alegría. Apenas tres meses después de la cirugía, volvió a bailar y más de 23 años después, sigue feliz y saludable.

“¿Por qué? Porque yo quería bailar, yo quería seguir para adelante. No me siento una heroína, porque hay gente que lo pasa peor que yo”, expresó Hoyos en una entrevista a ‘Onda Cero’.

¡ÁNIMO, P’ALANTE!

Para Cristina era importante compartir su experiencia y un mensaje positivo a tantas personas que están viviendo con el cáncer, por lo que escribió el libro "¡Ánimo, P’alante!", donde quiso transmitir a todos esperanza.

“Ya no soy una enferma, Soy una mujer operada de cáncer", dice la artista con optimismo, cita 'El Mundo'.

A lo largo de estos años, Cristina ha utilizado su imagen pública para cambiar el concepto que se tiene del cáncer y el temor a no superarlo. Alienta a todos conocer la enfermedad, y a vivir sin sentir que están condenados irremediablemente.