Por qué sentimos la presencia de los seres queridos que fallecieron, según un psicólogo
En algún momento de nuestras vidas, casi todos hemos atravesado por una etapa de luto o duelo ante la muerte de un ser querido.
Sigmund Freud habló sobre el concepto de "psicosis de deseos" en el duelo, una noción de locura temporal que presenta visiones de los muertos intencionalmente conjuradas.
Alguien que ha perdido a un ser querido puede ver su rostro, escuchar su voz, percibir su aroma o simplemente sentir su presencia. Se trata de un fenómeno más común de lo que parece, y no tiene nada que ver con lo esotérico.
Según los hallazgos de un estudio dirigido por investigadores italianos en 2015, alrededor de 30% y 60% de los viudos ha sentido la presencia de su cónyuge.
Sin embargo, esto no quiere decir que las personas que experimentan estos fenómenos están enfermas. José González Fernández, psicólogo especializado en duelo, habló con Uppers sobre estas sensaciones.
Familia en guardia de honor en un funeral. | Foto: Shutterstock
RECUERDOS RECONFORTANTES
Muchas personas que han perdido a un ser querido sienten que ellos los observan. Lucas, un hombre que perdió a su padre, lo ha vivido:
"Dos años después de su muerte, fui a pagar en una gasolinera y dentro, donde venden comida, había un hombre clavadito a mi padre. Evidentemente no era él, pero tenía idéntico aspecto", dijo a Uppers.
Persona con flores de lirio blanco cerca de un ataúd. | Foto: Shutterstock
Los estudios indican que estas vivencias son reconfortantes para quien las vive, ya que aportan fuerza emocional y alivian la sensación de soledad.
TRAMPAS DEL CEREBRO
De acuerdo a José González Fernández, el cerebro nos envía señales predeterminadas relacionadas con nuestros seres querido. Cuando esa persona muere, el cerebro debe tomarse un tiempo para procesar la pérdida y ponerse al día.
Pareja frente a una lápida. | Foto: Shutterstock
"Es similar a lo que sucede cuando despertamos después de haber tenido un sueño muy vívido y durante unos segundos o minutos creemos que lo soñado es real", comentó el también autor del libro "Crecer en la pérdida".
¿POR QUÉ NO LE OCURRE A TODOS?
Las personas en procesos de duelo que sienten que tienen algo pendiente con el ser querido fallecido son más propensas a experimentar estas sensaciones.
Joven devastado con la cabeza en las manos y amigos que lo apoyan. | Foto: Shutterstock
No tiene que ser algo muy grande, basta con que la persona sienta que no se despidió como hubiese querido o que no expresó su cariño lo suficiente. Durante la pandemia del COVID-19, este fenómeno ha ocurrido con mayor asiduidad.
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