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Mi papá murió hace 20 años y mi tía todavía se niega a darme mi herencia - Historia del día

Un joven estaba teniendo dificultades con la hermana de su fallecido padre para que liberara la herencia que le había dejado su progenitor.

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El hombre, llamado Alberto, es el hijo único nacido de la relación entre su padre, Rafael, y su madre, Anastasia. La pareja había pasado por muchos abortos y mortinatos.

Años antes de su nacimiento, su progenitor había tenido un hijo con una mujer de Indonesia llamada Indra. Él la había dejado embarazada durante un viaje a aquel país cuando estaba en año sabático como estudiante.

Hombres cargando un ataúd en un funeral. │Foto: Shutterstock

Hombres cargando un ataúd en un funeral. │Foto: Shutterstock

Su hermano, llamado Andi, y él hablaban de vez en cuando, aunque no crecieron juntos y tampoco son cercanos. El padre de ambos falleció cuando Alberto tenía 8 años.

Han pasado dos décadas desde entonces y su tía, Estela, hermana de su padre, no ha querido liberar la herencia que le corresponde. “Mi papá murió hace 20 años y mi tía todavía se niega a darme mi herencia”, contó.

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Estela es la ejecutiva del testamento de Rafael. Ella siempre alega cualquier motivo para señalar que Alberto, un hombre de 28 años, no puede hacerse cargo de su propio dinero.

Su padre los había establecido a él y a su hermano como sus únicos herederos. Para la época de su muerte, Rafael y su madre ya llevaban tiempo divorciados. Además, el hombre nunca había tenido una relación real con Indra, la madre de Andi.

Hombre despertando con su mano en su frente. │Foto: Shutterstock

Hombre despertando con su mano en su frente. │Foto: Shutterstock

“No nos lo explicó, pero creo que fue más bien una borrachera de una noche”, señaló Alberto.

Él fue un chico salvaje. Festejó y se divirtió mucho durante su juventud, y eso es algo que reconoce. Sin embargo, se ha calmado mucho en su adultez.

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Por esto considera que le deben dar las llaves de su fondo fiduciario para poder hacer sus propias inversiones futuras.

Mientras su madre luchaba para criarlo como madre soltera, y la madre de Andi luchaba por criar a su hijo, su tía y sus hijos disfrutaban viajando por el mundo. Sus primos iban a las mejores escuelas, y ahora son personas exitosas.

En ocasiones, a Alberto incluso le ha pasado por la mente que su tía y sus primos han metido las manos en su fondo fiduciario.

Hombre angustiado con sus manos en su frente. │Foto: Shutterstock

Hombre angustiado con sus manos en su frente. │Foto: Shutterstock

“No puedo evitar la sensación de que ese es el motivo por el que mi tía no quiere que tenga acceso… por temor a que descubra que han robado de mi dinero”, agregó.

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Estela le ha dicho que su padre estableció en el testamento que solo podría obtener su dinero cuando cumpliera 35 años. Según ella, lo había hecho para salvaguardar su herencia.

“Pero, ¿de qué me sirve obtener mi dinero tan tarde en la vida cuando lo necesito ahora?”, pensó el joven.

Él no ha podido estudiar ni hacer lo que quisiera. Incluso, la última vez que viajó fue a Disney World junto a su padre antes de fallecer. Cuando su madre se enfermó hace unos años, ni siquiera pudo acceder a un seguro de vida adecuado.

Alberto le pidió a su tía que retirara algo del dinero su fideicomiso para ayudar con las facturas médicas y ella se negó rotundamente. Luego, después de contarle a todos, la familia la presionó un poco y Estela hizo un gran anuncio de que le estaba dando $15.000.

Mujer sonriendo sosteniendo su mentón con su puño. │Foto: Shutterstock

Mujer sonriendo sosteniendo su mentón con su puño. │Foto: Shutterstock

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El joven recordó que la mujer había actuado como si hubiera hecho un gran esfuerzo para hacerle un favor. Lo peor era que lo hacía con el dinero de la herencia que le correspondía. Alberto considera que esto no es lo que su padre hubiera querido.

Incluso después de que Rafael y su madre se divorciaran, se hablaban con cortesía y su progenitor les enviaba un cheque todos los meses, hasta que murió. El hombre había hecho lo mismo con Andi y su madre.

Las facturas médicas de Anastasia continuaron incrementándose. Debido a esto, Alberto tuvo que abandonar sus estudios de medio tiempo para conseguir un segundo trabajo y así poder llegar a fin de mes.

Sin embargo, su madre no logró recuperarse y falleció. Alberto debía varios meses de alquiler, todavía se debían facturas médicas y había varias deudas atrasadas. Sin embargo, a Estela parecía no importarle la situación del joven.

Su paciencia había llegado a su límite. Entonces él le dijo a su tía que la llevaría a juicio para reclamar su dinero. Ella le respondió con una risa sarcástica y le dijo que usaría la parte que le correspondía de la herencia para luchar en su contra hasta que no quedara nada.

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Esta es una obra de ficción. Nombres, personajes, negocios, eventos e incidentes son productos de la imaginación del autor. Cualquier parecido con personas reales, vivas o fallecidas, o hechos reales es pura coincidencia.

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