Pasó 39 años en coma por un error médico y su esposa no se despegó un segundo de su lado

Jean-Pierre Adams, fallecido el pasado 6 de septiembre, era un futbolista con una carrera brillante, y jugaba para el París Saint-Germain. En 1982, una operación que prometía ser sencilla cambiaría todo para siempre.

El deportista, nacido en Senegal en 1948, llegó a Francia en la infancia. Pronto descubrió su pasión por el fútbol, y un talento que lo llevaría a las ligas profesionales.

Jugó para el Olympique de Nimes y para el Niza, antes de firmar contrato con el París Saint-Germain. También integró la Selección de Francia, equipo con el que ganó 22 partidos.

LA TRAGEDIA

En 1982, llegó una inesperada tragedia. El futbolista sufría una lesión bastante común para la profesión: un problema con un tendón en la rodilla.

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El día en que debían operarlo en el hospital Édouard Herriot, de Lyon, había una huelga de personal en el centro de salud. En lugar de reprogramar la intervención que no era nada urgente, sin embargo, los médicos decidieron hacerla de todos modos.

La anestesista a cargo solo tenía la ayuda de un asistente que estaba cursando sus prácticas. Con muchos pacientes a su cargo y a las prisas, los errores abundaron.

A Jean-Pierre Adams le costaron todo: una intubación mal hecha llevó a que le faltara el oxígeno y tuviera un paro cardíaco. Como consecuencia, quedó en estado vegetativo de por vida.

UNA HISTORIA DE AMOR

Bernadette cuenta que desde el comienzo su relación con Jean-Pierre tuvo que enfrentar desafíos. Se habían hecho novios a fines de la década de 1960, cuando ser una pareja birracial significaba luchar contra los prejuicios racistas del entorno.

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Pudieron construir un hogar feliz. "Él era la alegría de vivir personificada", afirma su esposa. Tuvieron dos hijos, que para el momento de la tragedia tenían 11 y 4 años.

A partir de la desastrosa cirugía, Jean-Pierre quedó en estado vegetativo. No necesita estar conectado a soporte vital y puede alimentarse con asistencia, pero ha quedado ausente.

Bernadette permaneció todos estos años a su lado cuidándolo. En 2016, su mayor preocupación era qué podía ser de él si a ella le tocaba fallecer antes.

Si bien él no responde, sin embargo, ella siempre estuvo convencida de que él seguía ahí. "Se da cuenta cuando no soy yo quien le da de comer y lo cuida", contaba. "Creo que siente las cosas. Debe reconocer mi voz también".

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Ella nunca perdió las esperanzas de volver a tener a su alegre y vital esposo como antes. Esperaba que un día la ciencia pudiera revertir su estado. Sin embargo, tras 39 años de cuidarlo en ese estado, el futbolista partió de este mundo.

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