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Hombre rico maltrata a un perro hambriento, entonces una mujer pobre le da una lección - Historia del día

Mayra Pérez
09 sept 2021
15:10

Crecer como ser humano es una labor de todos los días, y la empatía es fundamental para lograrlo. Nunca es tarde para aprender alguna lección de los lugares más insospechados.

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Aprovechando su hora de almuerzo, Mauricio se dirigió a una plaza cercana a su lugar de trabajo. Pensaba disfrutar de un delicioso sandwich en la tranquilidad de ese lugar, al aire libre.

Pasó por un establecimiento donde lo preparaban a su gusto, y aunque era bastante costoso, el dinero en realidad no era un problema para él. Lo que si resultó un gran problema fue el perro que llegó a importunarlo.

Perro de la calle con un miembro amputado. | Foto: Shutterstock.

Perro de la calle con un miembro amputado. | Foto: Shutterstock.

Con una expresión suplicante, y emitiendo un suave sonido que recuerda a un sollozo, este perrito de la calle se acercó a Mauricio, esperando compartiera con él algo de comida. Nada más lejos de la mente del joven.

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Con voz bastante dura y exenta de sentimientos, le dijo “sal de aquí”, haciéndole saber que no recibirá ninguna comida de su parte. Pero eso no funcionó en un primer momento. El perrito estaba verdaderamente hambriento.

Al verlo con atención, Mauricio notó que el perro no tenía una de sus extremidades posteriores, de ahí el cojeo que le había notado. Era un animalito con una discapacidad que le dificultaba aún más conseguir alimentos en la calle.

Sin embargo, eso no hizo mella en su corazón. Maldiciendo a todos los perros de la calle, lo corrió en forma mucho más autoritaria y esta vez sí logró su objetivo. De nuevo solo, siguió con su almuerzo.

No tardó en darse cuenta de que estaba satisfecho y aún le sobraba la mitad del sandwich. Así que lo guardó y procedió a regresarse a su trabajo. En el camino, el mismo perro pasó por su lado y siguió de largo.

Apenas unos metros más adelante, el perrito se detuvo al lado de una mujer indigente que estaba sentada en el piso. Ella comenzó a acariciarlo con mucho cariño, mientras le decía lo hermoso que era.

“Toma. Gasté mi último dólar en este sándwich, pero la bondad es siempre gratuita. Ten. Lo necesitas más que yo”, dijo la humilde mujer al animalito.

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La escena afectó profundamente al joven, quien vio como esta desconocida, que no tenía prácticamente nada, había sido capaz de darle su único alimento a un perrito hambriento. Su generosidad lo conmovió.

Se acercó a la mujer, se inclinó hacia ella y mirándola a los ojos le extendió la mitad del sandwich que le había sobrado.

Mujer indigente compartiendo sus alimentos con un perrito de la calle. | Foto: Shutterstock.

Mujer indigente compartiendo sus alimentos con un perrito de la calle. | Foto: Shutterstock.

“Toma, hay medio sándwich allí. No es mucho, pero quiero que lo tengas”, dijo el hombre, con verdadera humildad.

A la mujer se le ilumina el rostro, y le agradece el gesto sinceramente. Tendría algo que comer, lo cual era maravilloso. Luego, Mauricio le dio algo de dinero, lo cual la tomó por sorpresa, pero ante su insistencia, decidió aceptarlo.

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Lo que posiblemente ella nunca sabrá, es que acababa de darle una gran lección a ese hombre, con su sencillo y espontáneo acto de bondad. Y es que la generosidad es contagiosa, cuando se hace desde el corazón.

Esta es una obra de ficción. Nombres, personajes, negocios, eventos e incidentes son productos de la imaginación del autor. Cualquier parecido con personas reales, vivas o fallecidas, o hechos reales es pura coincidencia.

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