Mucama recibía solo 2 dólares por hora y dormía en un sótano: ganó demanda contra su jefe
Tras años de trabajar en condiciones deplorables y muy mal pagada, una sexagenaria demandó con éxito a su jefe y explotador. Recibirá una justa indemnización.
Cuando Julie Miles, quien actualmente tiene 69 años, aceptó trabajar en el hotel Great Westers en 2014, pensó que su vida mejoraría. Tendría un ingreso estable, comida y un lugar donde dormir cada noche.
Pero durante los siguientes tres años, terminó teniendo una relación “amo y sirviente” con su jefe y sin el valor suficiente para levantar una queja. Sorprende descubrir que esto ocurra en este siglo.
Fachada de un hotel. | Foto: Shutterstock.
CONTRATO ENGAÑOSO
La señora Miles se encontraba en una precaria situación económica en el año en que aceptó trabajar para Gary y Loraine Hesp. No tenía donde vivir, y lamentablemente su precaria situación jugó en su contra.
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Fue contratada para encargarse de la limpieza de toda la propiedad de los Hesp, de cocinar y tendría derecho a alojamiento en el mismo hotel. Sin embargo, la realidad no estaba escrita en letras pequeñas.
El alojamiento, que durante el primer año tuvo lugar en un dormitorio mixto, era descontado cada semana de su ingreso. Hesp le cobraba 80 euros semanales por hospedaje.
A partir del segundo año, Julie pasó a dormir en una silla ubicada en el área de la lavandería, donde no había calefacción. Estaba ubicado en el sótano.
Con el descuento, Miles terminó recibiendo apenas 1,41 euros la hora, en lugar de los 7,20 euros establecidos por la ley como salario mínimo.
Pero los problemas no terminaron ahí. Diariamente, ella tenía que cambiar las camas, lavar, secar y planchar la ropa de cama, limpiar las habitaciones, aspirar y fregar y limpiar los inodoros del bar sin ningún tipo de ayuda.
Su trabajo se extendía a 60 horas a la semana, y durante los tres años y cinco meses que estuvo empleada en el hotel, nunca le permitieron tener vacaciones. Tan solo pudo disfrutar de un solo día libre.
“No podemos prescindir de ti. Trabajó el año pasado sin un día libre, puede hacerlo de nuevo”, le habría dicho su jefe en alguna oportunidad, según recoge Daily Mail.
Empleada de servicio de un hotel. | Foto: Shutterstock.
RENUNCIA E INDEMNIZACIÓN
En 2018, Julie renunció en forma irrevocable en mayo de 2018 y expuso su caso hasta el tribunal laboral. Ellos la escucharon y comprobaron las condiciones en las que había tenido que trabajar.
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Se determinó que ella estaba bajo las órdenes de Hesp las 24 horas del día y tenía toda la responsabilidad del hotel. Eso le permitió a él mantener en funcionando el establecimiento mientras tenía otro trabajo a tiempo completo.
Ahora, la audiencia en Cardiff ordenó al jefe de Miles que le pagara una indemnización de 55.194 euros por las deducciones no autorizadas a su salario y por las vacaciones no disfrutadas.