Maestra se entera que una estudiante vivía en un hogar y la adoptó para darle todo el amor
La pareja ya había adoptado a dos chicos. Pero no pudieron evitar adoptar a Camila cuando conocieron su historia.
Miriam y Néstor se conocieron hace casi once años, en noviembre de 2010. Un mes después tomaron la decisión de contraer matrimonio. Ella dejó su vida en el lugar donde vivía para irse con él a San Andrés de Giles, donde vivía solo.
Se casaron en julio del año siguiente. Desde entonces comenzaron a soñar con tener hijos y verlos correr por el campo. Conoce más detalles de su historia a continuación.
Maestra impartiendo clases a sus alumnos en un salón. | Foto: PxHere
NO PODIA CONCEBIR
Miriam contó que el padre de Néstor había fallecido en 2009 y el de ella un poco antes de casarse en 2011. Ella considera que se curaron un poco sus heridas mutuamente.
Él le había contado que había crecido en San Andrés de Giles y le había dicho que deseaba formar una familia. Ella decidió irse a la localidad argentina para ejercer su profesión de docente en una escuela del lugar.
Ella explicó a Tn.com.ar que tenía problemas para concebir. Dijo que un especialista le había asegurado durante una consulta médica que sus embarazos inevitablemente serían de riesgo.
“Decidí que este cuerpo no iba a traer hijos al mundo porque esa situación no era tolerable para mí. En mi familia, tengo tíos que fueron adoptados y con Néstor fuimos hablando sobre esa posibilidad”, contó.
Ella confesó que a Néstor le costaba un poco hacerse a la idea. Pero decidieron investigar juntos. Desde el inicio la prioridad del hombre era su amada, y prefería no tener hijos si eso representaba un riesgo para ella.
Pasaron un buen tiempo hablando sobre la adopción. En diciembre de 2016 decidieron participar en una charla sobre familias que optaban por la adopción.
ADOPTARON A DOS CHICOS
Luego conversaron un poco más y decidieron que no adoptarían bebés, pues ya estaban mayores y tenían otras ocupaciones.
Poco a poco fueron asesorándose y comenzaron a hacer los trámites. Cuando les tocó llenar los formularios, dijeron que Néstor era amo de casa, pues se encargaba de las tareas del campo.
“Los chicos que vienen de institutos necesitan contención y era buenísimo que él estuviera presente. Néstor se ocupa de las vacas, la leña, y muchas otras tareas propias que forman parte de una vida de casa de campo”, dijo Miriam.
Eso resultó ser beneficioso, pues les dijeron que era maravilloso que pudiera dedicarse a los niños. Pasaron menos de tres meses desde que iniciaron los trámites cuando los llamaron del juzgado. La maestra contó que había dos varones de 7 y 8 años que podían ser adoptados.
Ellos habían llegado a un acuerdo. Aceptarían si todo estaba dentro de los parámetros que habían pensado. Y así fue, aceptaron todo. Los funcionarios les mostraron las fotos de los pequeños, Ian y Lolo.
Les habían contado que los pequeños habían estado en un hogar en Navarro y antes habían estado en uno en Bragado. También les contaron que habían pasado ocho meses con una familia con las que no lograron crear un vínculo.
Les explicaron que para los chicos estaban buscando una familia que tuviera buen espacio para que ellos pudieran jugar. Que les hacía falta mucha disciplina y amor.
Los chicos se fueron a vivir con la pareja en 2017. Tanto Miriam como Néstor admiten que al principio fue difícil. Se peleaban, pero después de cada discusión, su vínculo se hacía más fuerte y se hacían más unidos.
LA LLEGADA DE CAMILA
“Cuando ya nos habíamos acostumbrado y parecía que nos habíamos acomodando, conocimos a Camila”, contó Miriam. Ella era su alumna en la escuela donde daba clases de nivel secundario y terciario.
Según la maestra, la chica era muy tímida. Le costaba trabajar en grupo y en un momento comenzó a faltar a clases. Luego supo que la jovencita vivía en un hogar y que no había logrado crear vínculo con una familia que pretendía adoptarla.
Miriam decidió enviarle un mensaje en el que le indicaba que deseaba encontrarse con ella y que la extrañaba y quería verla. La jovencita fue al día siguiente y le dijo que había asistido una audiencia donde le dijeron que le buscarían referentes afectivos.
La maestra le contó a su esposo que deseaba que ellos fueran los referentes afectivos de la chica de 16 años.
Él pensó que podía sufrir si se encariñaba con ella y después se terminaba el vínculo por causas de fuerza mayor. Pero decidió que debían acudir ante la justicia para asumir ese papel en la vida de Camila.
Cuando la adolescente supo que la pareja quería recibirla en su casa los fines de semana, enseguida quiso irse del hogar. La chica acudía los fines de semana a la vivienda y ella y la pareja se veían durante la semana.
Camila estaba muy angustiada por situaciones del hogar. Entonces Néstor y Miriam solicitaron autorización en el juzgado para la joven se quedara a dormir.
LOGRARON ADOPTARLA
Firmaron la guarda en diciembre de 2019. Cumplieron seis meses con la guarda para el invierno de 2020, después de declararse la pandemia.
La jueza consultó a la pareja su quería renovar la guarda o si querían adoptar. Entonces la familia le hizo la proposición a la joven. Ella aceptó y en noviembre de 2020 la sentencia de adopción quedó firme. La chica cumplió 18 años el pasado mes de febrero.
“No imaginábamos en un principio adoptar a un niño tan grande, se dio. Después de la experiencia con los nenes y de ser docente en escuela secundaria, al enterarme de la situación le pregunté a los chicos”, agregó Miriam.
Según contó, Ian le dijo que a los chicos más grandes nadie los quiere adoptar. Le aseguró que, si no la ayudaban ellos, se iba a quedar en el hogar.
Ahora Miriam, desea transmitir un mensaje con su historia. Ella asegura que no es difícil adoptar. Para ella, el punto es preguntarse con quién se desea formar una familia.
Aunque dijo que no está mal querer formar familia con un bebé, afirmó que hay muchos chicos con más edad que necesitan mucho poder tener una familia.