Hijo visita a su madre anciana por primera vez en 15 años: solo halla las ruinas de su casa - Historia del día
Un hombre regresa a su ciudad natal después de 15 años para ver a su madre, pero encuentra su casa en ruinas y nadie sabe si está viva.
Jorge Contreras estaba decidido a ser un hombre exitoso, un hombre rico, pero no había manera de que eso sucediera viviendo en Santa Fe, siendo una ciudad tan pequeña. Así que tan pronto como se graduó de la escuela secundaria, hizo las maletas y se fue.
Su padre había muerto cuando él era pequeño y había sido criado por su madre, Rosa. Jorge no tenía hermanos que dejar atrás, y estaba seguro de que su mamá estaría bien. Además, tenía su vida para vivir.
Las cosas salieron más o menos como Jorge las había planeado. Se graduó como el mejor de su clase en la facultad de derecho y le ofrecieron un puesto en una prestigiosa firma. Durante su primera semana en el trabajo conoció a la hija del jefe y su futuro estaba garantizado.
Se enamoró de María Cristina Herrera, una joven abogada. Jorge estaba encantado con ella. Era bonita, rica y su padre la ayudaba a promover su carrera.
Todo fue perfecto e incluso mejoró cuando se casó con María Cristina y les dieron la bienvenida a gemelos: un niño y una niña. Jorge nunca se había considerado un tipo paternal, pero se enamoró de sus hijos.
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Simplemente no podía imaginar la vida sin Rita y Ramón. Cada momento que podía, se lo dedicaba a su familia. Pero mientras los gemelos estaban encantados de tener a su padre en la casa, María Cristina no lo estaba.
Descubrió que el nuevo y paternal Jorge la aburría y pronto solicitó el divorcio y la custodia de los niños. Él quedó devastado. Luchó por sus hijos, pero su suegro era un hombre poderoso y perdió. Jorge se fue a vivir a una habitación de hotel. Pasaba los días tirado en la cama lamentándose por lo sucedido.
Luego pensó: "¿Así se sintió mi madre cuando me fui? ¿Es esto lo que le hice?". Se dio cuenta de que habían pasado quince años desde que se había ido, y no se había puesto en contacto con su madre ni una sola vez.
Temprano a la mañana siguiente, Jorge estaba en un avión, luego alquiló un automóvil y se dirigió a su ciudad natal. Estaba emocionado cuando comenzó a conducir por esas calles familiares. No podía esperar a ver a Rosa y contarle sobre sus nietos.
Pero cuando se detuvo frente a la casa de su niñez, se encontró con una conmoción terrible. Donde antes había estado su bonito hogar, solo había ruinas. El techo había desaparecido y las habitaciones estaban destruidas.
Jorge corrió a la casa de al lado y tocó el timbre. "Por favor”, jadeó. "Rosa Contreras ¿dónde está?".
"¿Rosa?", preguntó el hombre. "La casa de Rosa quedó destrozada hace dos años después de una tormenta... no sé qué le pasó".
Jorge llamó a las puertas de todas las casas del vecindario, pero nadie sabía qué había sido de su madre. Desesperado, se dirigió a la comisaría y pidió hablar con el oficial a cargo.
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Para su sorpresa, reconoció a Hernán Torres, un antiguo amigo de la escuela. "¡Hernán!", gritó Jorge. "¡Espero que puedas ayudarme, estoy desesperado! Fui a la casa de mi madre y está completamente destruida. ¡Nadie parece saber si está viva!".
"Hola, Jorge", Hernán le estrechó la mano. "¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Quince años?".
"Sí, por ahí...", Jorge estaba impaciente. "Sobre mi mamá..."
"Déjame ver". Hernán se sentó frente a una computadora y consultó listas de nombres. "Bueno, ella no está en la ciudad. Algunas de las personas que perdieron sus hogares fueron reubicadas en otros poblados, tal vez tu madre fue una de ellas".
Jorge sintió que una nueva esperanza llenaba su corazón. "Gracias, Hernán", gritó. Esa tarde, se puso en contacto con la fundación que había ayudado a las personas vulnerables a trasladarse.
Aunque no tenían el nombre de Rosa en su lista, la fundación le recomendó a Jorge que se pusiera en contacto con tres centros de vida asistida que habían acogido a refugiados de la tormenta. Durante la semana siguiente, buscó todas las pistas posibles, pero Rosa no estaba por ningún lado.
Pero él no estaba dispuesto a rendirse. Decidió volver al principio y ver si podía encontrar una pista nueva sobre el paradero de su madre. Su primera parada fue en la oficina del sheriff, pero Harry no estaba.
El oficial de despacho le dijo a Jorge que Hernán estaba en casa. Recordó dónde solía vivir, así que se dirigió a la antigua casa de su amigo. Estacionó su auto y estaba a punto de tocar cuando escuchó una voz que reconocería en cualquier lugar: ¡Era Rosa!
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Jorge golpeó la puerta. "Abre", gritó. "¡Me mentiste, tienes a mi madre!".
Hernán abrió la puerta, y detrás de él Jorge vio a su mamá, luciendo mucho más vieja y frágil de lo que recordaba. "¡Mamá!", gritó y empujó a Hernán a un lado.
Jorge abrazó a su madre, y ella estaba llorando y susurrando su nombre, luego se volvió hacia Hernán. "¡Me mentiste!", dijo enojado. "¡Me enviaste a una búsqueda inútil y tenías a mi madre aquí mismo!".
El oficial de la policía bajó la cabeza. "No pensé que buscarías mucho más. Durante 15 años no te preocupaste por ella".
"Cometí un error, Hernán", admitió.
"Sabes, Jorge", dijo Harry con amargura. "Perdí a mi madre cuando era niño, pero tiraste la tuya porque no sabías el tesoro que es tener una familia”.
"Ahora lo sé, Hernán. Te lo prometo, he aprendido la lección", dijo Jorge.
"Jorge", dijo Rosa suavemente. "Durante los últimos 15 años, Hernán ha sido amable y cariñoso como un hijo, luego, hace dos años, me acogió. Es tan hijo mío como tú, y no lo dejaré".
Jorge estaba llorando. "¡Oh, mamá, siento mucho que haya tenido que perder a mis hijos para entender lo que hice! ¡Necesito una mamá, te necesito a ti!".
Hernán dio un paso adelante y puso una mano gentil en el hombro de Jorge. "Tienes una familia. Tienes a tu madre, y si me lo permites, puedo ser tanto tu hermano como tu amigo".
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Jorge regresó a la capital para estar cerca de sus hijos, pero todos los meses visitaba a su familia: su madre y su hermano.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- La familia es lo que tenemos cuando todo lo demás se ha ido: Jorge descubrió el valor de la familia cuando perdió todo por lo que había trabajado tan duro.
- Lo que hace a una familia es el amor y la bondad: Rosa fue abandonada por su hijo, pero Hernán la amaba y la apreciaba como a la madre que había perdido.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.