Mi hija adolescente se escapó y un año después me envió una nota - Historia del día
Mi hija se fue de casa cuando era adolescente, pero un año más tarde me envió una carta que me rompió el corazón. Había aprendido la lección y estaba dispuesta a regresar.
Las madres son muy importantes, eso es algo que he aprendido. Mi nombre es Santiago, y tengo una hija que se llama Belén, a quien amo con todo mi corazón. Es mi única hija, y lo único que me recuerda a mi difunta esposa.
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Desafortunadamente, mi esposa falleció por complicaciones del parto, y Belén nunca tuvo mamá. Tal vez haya sido eso lo que la hizo crecer como una niña triste. Traté de llenar el rol de padre y madre, pero no alcanzaba. Traté de ser estricto pero comprensivo, y más o menos funcionó hasta que Belén empezó el secundario.
Su adolescencia me sacaba de quicio. Creo que si alguna vez pensé en volver a formar una pareja estable y tener más hijos, me sacó las ganas.
Belén tenía un compañero inseparable, Joaquín, que la moderaba. Era un niño listo de buena familia, y siempre seguía a mi hija cuando eran niños. En la adolescencia se hicieron noviecitos, y yo me hice el distraído: me hacía ilusión que siguieran juntos para siempre.
Pero las cosas con mi hija se complicaban. Trataba de no ser demasiado estricto, pero creo que terminé siéndolo, y tanto intentar protegerla de mis propios miedos terminó por hacerla ansiar libertad.
A diferencia de Joaquín, mi hija rápidamente empezó a querer ir a fiestas. Si todo estaba prohibido, pues entonces nada lo estaba, y los vicios se le hicieron atractivos.
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Mientras estuvo con Joaquín, él fue su ancla. Ella decía que él era "aburrido" y "nerd", que es algo que siempre me irritaba. Una vez lo hablamos, y terminamos discutiendo horriblemente.
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"Ah bueno, señorita, ¿cómo va a insultar a Joaquín así?", le dije yo una vez, en broma, cuando ella le había dicho "nerd".
"¿Ah sí? Bueno, tal vez tendrías que adoptarlo entonces".
"¿Y eso de dónde sale?", pregunté.
"Lo odio, papá, quiero terminar con él. Todo el mundo dice que es un estirado solemne, es un suicidio social seguir con alguien así".
Y con esas palabras se fue a su cuarto y cerró la puerta. Pensé que lo decía para molestarme, no creí que lo dijera en serio.
Joaquín podía ser un nerd, pero yo sabía que él era una buena influencia. Cortó con él, y se puso de novia con un chico que se llamaba Matías.
Él decía que quería ser músico, pero se lo veía más de parranda que intentando sacarle alguna nota a la guitarra eléctrica que le habían comprado los papis. Su familia tenía dinero, pero no parecía ocuparse de él más que para darle cosas materiales.
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A mí no me gustaba nada cómo trataba a mi hija. La relación estaba llena de motivos de alarma, y traté de señalárselos a Belén. Pero pareció ser más bien contraproducente.
Una noche llegué, y vi a mi hija preparándose para salir a otra fiesta. Era martes, y al día siguiente tenía que ir a la escuela. Estaba en el último año.
"¿Por qué no puedo ir?", se indignó, cuando le dije que de ninguna manera iría.
"¿No vas a suficientes fiestas que quieres ir a una un día de semana? ¿Cómo piensas ir a clases mañana?".
"Es mi problema, no el tuyo, papá".
"No tendrías que haber dejado a Joaquín, por lo menos mantenía los pies en tierra".
Lo dije y me arrepentí de inmediato. Sabía que sería para problema. Ella me miró con furia.
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"Mira, ese Matías no es nada bueno para ti y lo sabes", intenté.
"Lo dices porque quieres que vuelva con el ñoño de Joaquín".
"¡Pongo a Joaquín como ejemplo, pero en realidad no me gusta nada que andes de groupie de un idiota maltratador que se cree rockstar y no sabe ni cantar el 'Feliz cumpleaños'!", disparé.
Debí saber que no se lo iba a tomar nada a bien. El día de su cumpleaños de 18 no fue a la escuela. Esperó a que yo me fuera al trabajo para hacer las maletas y marcharse con Matías.
No había nada que yo pudiera hacer: no estaba perdida, en sus fotos de redes sociales se la veía sonriendo de fiesta permanente. Y, como me explicó amablemente el oficial cuando intenté radicar una denuncia, tenía 18, no estaba obligada a responder las llamadas de su padre.
El tiempo pasó, y dejé de esperar que mi hija aprendiera su lección y volviera a casa. Matías tuvo un accidente en el que casi muere por manejar ebrio, y su familia finalmente intervino: le dieron un ultimátum, y él aceptó dejar a mi hija e ir a una clínica de rehabilitación en Europa.
Sin él, Belén no tenía adónde ir. No tenía trabajo, no había terminado la escuela, y mucho menos tenía ahorros. Quedó en la calle.
Por si se lo preguntan, a todo esto Joaquín estaba muy bien. Se había puesto en pareja con otra chica poco después de que mi hija empezó a salir con Matías y por entonces ambos estaban en la facultad. Hoy en día tiene una familia hermosa con ella.
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Pero volvamos a Belén. Un día, mi hija me mandó una carta. Me preguntaba si podía regresar a casa. No tenía dinero, y sus "amigos" no eran de mucha ayuda para nada más que intentar arrastrarla a situaciones peores. La acepté a condición de que rompiera lazos con ese círculo, y ella estuvo de acuerdo.
Cuando ella regresó, nos sentamos a hablar largamente, e hicimos algunos planes para recomponer nuestra relación y su vida. Terminó la escuela en una secundaria de adultos, y tomó un puesto de aprendiz de pastelera para aprender el oficio.
Hoy en día trabaja para un hotel prestigioso y se puso en pareja con un colega cocinero. Les va bien, y están planificando su boda. Me alegra que las cosas hayan podido solucionarse, pero siempre pienso cuánto más fácil habría sido todo si su madre hubiera estado con nosotros.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Es mejor estar con alguien que saca lo mejor de ti. Belén podría haber tenido una vida mejor si no hubiera dejado a Joaquín. Pero lo dejó por alguien que no la valoraba, y se arrepintió de eso.
- Escucha a tus mayores. La experiencia hacía que el padre de Belén viera que Matías no era nada bueno para su hija. Ella no quiso creerle y lo lamentó luego.
Comparte esta historia con tus amistades. Puede alegrarles el día y serles de inspiración.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.