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Casa abandonada. | Foto: Shutterstock
Casa abandonada. | Foto: Shutterstock

Hija pequeña desaparece de habitación cada noche por 1 hora: papá la sigue una noche - Historia del día

Vanessa Guzmán
09 dic 2021
18:00

Un hombre se preocupa cuando ve a su pequeña hija salir a escondidas de la casa todas las noches, por lo que decide seguirla y hace un descubrimiento sorprendente.

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¿Qué tan bien conocemos a nuestros hijos? ¿Viven vidas secretas? Miguel Romero descubrió que su hija Tamara le había estado ocultando un secreto, un secreto enorme y muy serio.

Todo comenzó una tarde cuando Miguel Romero se olvidó de darle un mensaje a Tamara, su hija de 10 años. La niña había subido a su habitación para jugar videojuegos antes de la cena, al menos eso le había dicho a su padre. Pero cuando el hombre entró en su habitación, ella no estaba.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Miguel bajó las escaleras y le preguntó a su esposa Ángela si había visto a Tamara. "Está en su habitación, le acabo de hacer un sándwich y ella se lo llevó”, contestó la mujer algo desconcertada.

El padre negó con la cabeza. "¡Ella no está allí, cariño!".

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"¿Quizás está en el patio trasero, o en la casa del árbol?", sugirió Ángela. Entonces Miguel salió a buscar a Tamara, pero no estaba por ningún lado.

Incluso fue a casa del vecino para ver si había ido a ver a su mejor amiga, Olivia. Pero tampoco sabían nada de ella. ¿Dónde podía estar? Miguel estaba muy preocupado, pero de repente escuchó un zumbido en su jardín.

¡Y allí estaba Tamara en el columpio, cantando alegremente! "¡Tamara!", gritó su padre. "¿Dónde has estado?".

"He estado aquí, en el jardín, papá, buscando elfos", dijo Tamara sonriendo.

"Elfos", repitió Miguel. "Pero te busqué en todo el jardín".

La niña estaba tan alegre y relajada que Miguel decidió dejar el tema. Sin embargo, al día siguiente, la buscó de nuevo y ¡ella había vuelto a desaparecer!

Una vez más la buscó por todas partes, incluido el sótano y el cobertizo del jardín. Luego, la niña simplemente entró en la cocina quejándose de que tenía hambre.

"¡Pero te hice un sándwich hace una hora, Tamara!", señaló Ángela.

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"¡Soy una niña en crecimiento, mamá! ¿Estás tratando de matarme de hambre?", manifestó. Entonces Ángela preparó otro emparedado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Miguel se limitó a vigilarla cada vez más atentamente. No sabía lo que estaba pasando, pero le preocupaba. Subió a la habitación de su hija y llamó a la puerta. "Cariño, ¿dónde estuviste esta tarde?", preguntó.

"¡Estaba en el jardín, papi!", dijo Tamara con una gran sonrisa inocente.

"Te busqué. Y no te vi. Quizás los elfos te escondieron", destacó Miguel.

Sin embargo, Tamara solo se rio. "No seas tonto, papá, los elfos son una fantasía". Pero mientras charlaba con su hija, los ojos curiosos de Miguel estaban escaneando la habitación y vieron un trozo de papel en el suelo que parecía haber sido arrancado de un diario.

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El fragmento decía: "... la vieja casa está en la calle Roble, donde solía vivir la abuela". ¿La casa de su madre? Su madre vivía a dos cuadras de Miguel y su familia, y cuando ella falleció hace dos años, él heredó el lugar.

Ángela seguía presionando a Miguel para que vendiera la vieja casa, pero él se mostraba reacio a perder el hogar de su infancia. ¿Tamara estaba jugando en la vieja casa? El padre estaba decidido a averiguarlo.

Al día siguiente, a la hora a la que la niña solía desaparecer, Miguel estaba al otro lado de la calle de la casa de su madre y, efectivamente, Tamara apareció corriendo por el camino de entrada y abrió la puerta principal.

Para asombro de Miguel, alguien la recibió en la puerta, una anciana delgada con cabello blanco como la nieve... ¡Por una fracción de segundo pensó que estaba viendo un fantasma!

La mujer se volteó y Miguel vio que era mucho mayor que su madre y mucho más frágil. Cruzó la calle y gritó: "¡Tamara!".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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La niña se detuvo y quedó boquiabierta. Por su parte, la mujer se cubría la cara asustada. "¡Papito!”, manifestó Tamara. "¡No asustes a mi amiga, por favor!".

Y luego la pequeña le contó a su papá que había encontrado a la mujer, Betty, durmiendo en un banco del parque y que la había llevado a la casa de la abuela. "Todo está vacío, papá", explicó. "Y Betty estaba tan enferma y con frío”.

Tamara había estado cuidando a Betty, llevándole comida y visitándola todos los días. "¿Pero no tienes familia?", le preguntó Miguel a la mujer. "¿Alguien que se preocupe por ti?".

Betty negó con la cabeza. "No, mi hijo murió hace mucho tiempo, y mi nieto no me ha visto en años. Su familia se portó horrible conmigo. Me gritaban e incluso me pegaban”.

Miguel estaba horrorizado. "Bueno, Betty, te puedes quedar aquí. Voy a abrir el agua y a conectar la electricidad. ¡Te conseguiré una cama y buena comida!".

La historia de Tamara salvando a Betty se extendió rápidamente por el vecindario. En poco tiempo todos aparecieron para ayudar a Miguel a arreglar la casa para la dulce anciana sin hogar.

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Gracias al corazón amoroso de Tamara, Betty encontró un hogar. Además, la comunidad demostró su bondad ante el acto generoso realizado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Un solo acto de bondad puede transformar una vida: La generosidad de Tamara salvó a Betty de las calles y la ayudó a encontrar un hogar permanente.
  • Si todos trabajamos juntos, podemos cambiar el mundo: El vecindario de Tamara descubrió el poder de unirse por una buena causa.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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