Adolescente visita tumba de mamá cada semana: un día encuentra allí a mujer idéntica a su madre - Historia del día
Mientras Lily visitaba la tumba de su madre, escuchó de repente su voz y se dio la vuelta. Detrás de ella había una mujer que se parecía muchísimo a su mamá, pero rápidamente se dio cuenta de que no era. Luego, la extraña explicó su increíble historia e hizo algo que cambió la vida de la joven.
“Mamá, te extraño mucho. Ojalá estuvieras aquí conmigo", dijo Lily por millonésima vez mientras colocaba un ramo en la tumba de su madre.
Se sentó en la hierba y empezó a hablar frente a la lápida, contándole a su ser querido todo sobre la última semana. La adolescente miró atentamente las hermosas letras que decían “Isabel Hernández".
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Desafortunadamente, sus historias no fueron buenas. La joven de 15 años estaba en problemas. Tras la muerte de su madre, murió cuatro años antes, su padre había empezado a beber para sobrellevar el dolor. Parecía que se había olvidado por completo de su hija y bebía hasta el olvido casi todas las noches.
Mientras tanto, Lily tuvo que lidiar sola con su propio dolor, así como con los cambios que se produjeron con la adolescencia. No fue fácil. Así que todas las semanas visitaba la tumba de su madre para sentir algo de alegría.
El hábito la calmaba, y hablar de todo lo que le sucedía era reconfortante para ella. Se sentía casi como si su madre la estuviera guiando. Pero eso fue solo una ilusión.
Un día se sentía un poco diferente. Lily estaba de mejor humor y tenía algo que decirle a su madre. “Mi profesora dice que soy muy buena escribiendo, mamá. Creo que eso es lo que quiero ser cuando sea mayor. Pero también quiero viajar y hacer fotografías”.
“Quizás pueda conseguir un trabajo haciendo ambas cosas. ¿Qué carrera sería esa? Preguntó Lily, haciendo pucheros porque sabía que no iba a recibir ninguna respuesta”.
“Podrías ser periodista de viajes”, dijo una voz detrás de ella. Lily se dio la vuelta rápidamente y se levantó del césped. Sus ojos se abrieron ante la persona que estaba allí. Era su madre. Pero no podía ser.
Lily sabía que su madre se había ido. Aunque tenía 11 años por entonces, ella se había despedido de la mujer que la trajo al mundo.
"¿Cómo... qué... quién eres?", respiró aceleradamente la adolescente, sintiendo que un frío recorría su cuerpo.
"Es una larga historia", respondió la mujer, encogiéndose de hombros y dándole una sonrisa incómoda.
Lily miró detenidamente a la dama. Su rostro era exactamente como el de su madre, pero se veía sana y era más rechoncha. La adolescente solo podía recordar a su madre durante sus últimos días cuando estaba tan delgada que apenas podía moverse.
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"¿Quién eres tú? Te pareces a mi madre”, dijo Lily, mirando a los ojos de la mujer una vez más.
"Soy la gemela de Isabel. Mi nombre es Elizabeth”, respondió la mujer. "¿Y probablemente eres Lily, la hija de mi hermana?".
“Sí, pero mi mamá nunca mencionó tener una hermana gemela. ¿Qué está pasando?".
“Me enteré de ella hace solo unos meses. Mis padres... bueno, padres adoptivos, murieron y descubrí mis papeles de adopción en sus cajas viejas. Nunca me dijeron nada, pero mi certificado de nacimiento decía que nací en Santa Fe”.
“Mis padres adoptivos me criaron en Estados Unidos, pero sabía que tenía que empezar a investigar de dónde venía y empecé en esta ciudad. Comencé a buscar en diferentes partes hasta que encontré la conexión con mi familia biológica”, explicó Elizabeth, mientras se acercaba a Lily.
"Está bien. Continúa", manifestó la joven.
“Encontré la información en una agencia de adopción. Es esta cosa en la que los padres biológicos y los niños adoptivos pueden encontrarse, pero ambas partes deben dar su consentimiento y firmar algunos papeles. Aparentemente, querían que los encontrara si alguna vez los buscaba”, explicó Elizabeth.
"Pero mis abuelos murieron hace años", dijo Lily, confundida.
"Bueno, deben haberse registrado antes de eso".
"OK. ¿Pero cómo me encontraste aquí? ¿Ese registro solo le da los nombres de mis abuelos?".
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"Eres inteligente. De hecho, busqué sus nombres en línea y descubrí el Facebook de Isabel. Se parecía a mí y tenía fotos contigo. Me alegro de que conservara su apellido de soltera, o probablemente no habría encontrado nada", agregó Elizabeth, acercándose poco a poco a la tumba de su hermana.
"Sí, me dijo que nunca le gustó el apellido de mi papá. Y estoy de acuerdo. Ojalá yo también fuera Hernández”, señaló Lily, mirando también la tumba de su madre.
Elizabeth respiró. "Es un lindo apellido. De todos modos... para cuando la encontré en Facebook, ya era demasiado tarde. Vi el mensaje diciéndole a la gente sobre su velatorio. También hice clic en tu perfil. Ella te etiquetó en algunas fotos, pero tú tampoco has actualizado desde entonces".
"Sí, ya no me gustan las redes sociales".
“Sabía dónde estaba enterrada tu madre y hoy decidí venir a presentar mis respetos. Sin embargo, hubiera deseado encontrarnos antes. Podría haber ayudado o tal vez crear un vínculo con mi hermana", comentó la mujer con la voz quebrada.
"Pero estás aquí, y estoy muy feliz de conocerte", dijo la dama.
"Creo que a ella le hubiera encantado eso. Mamá fue la mejor. Amaba a la familia por encima de cualquier cosa, y hubiera sido bueno tener una tía todos estos años. Me alegro de que finalmente nos encontraras", dijo Lily, comenzando a llorar también.
"Oh querida. No he preguntado. ¿Cómo te ha ido? Eres una adolescente y perdiste a tu madre. Espero que tu padre te esté cuidando”, acotó Elizabeth, secándose las lágrimas y concentrándose por completo en la joven.
Lily se quebró aún más y comenzó a llorar incontrolablemente. Elizabeth la abrazó con fuerza y la joven se aferró. Entre lágrimas, le contó a su tía todo lo que estaba pasando con su padre y lo abandonada que se sentía.
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Elizabeth no podía creerlo y no lo permitiría más. Insistió en ir a casa con Lily y se presentó a su padre, Henry. Ya estaba borracho y eran solo las 6:00 p.m. Pero el hombre parpadeó varias veces y dijo: "¿Isabel?".
"No soy Isabel. Soy Elizabeth y me llevaré a mi sobrina a un viaje por Estados Unidos. ¿Está bien?", preguntó la mujer, sin esperar respuesta y diciéndole a chica que hiciera una maleta grande.
Henry todavía estaba borracho, pero no dijo una palabra mientras veía a su hija irse.
Elizabeth llevó a Lily a su casa en Nueva York. Pasaron los días mientras le mostraba a su sobrina los mejores lugares de la ciudad. Su padre no llamó ni envió un solo mensaje.
Por lo tanto, Elizabeth hizo lo único que se le ocurrió y le dijo a Lily que viviera con ella permanentemente. Regresó a Santa Fe para gestionar el papeleo que le daría la tutela total de su sobrina, y el padre de Lily firmó sin problemas.
Gracias a su tía, Lily prosperó en su nueva escuela y obtuvo una beca en la Universidad de Nueva York, donde estudió periodismo y tomó clases de fotografía.
Elizabeth estaba allí cuando se graduó con honores y no podría haber estado más orgullosa cuando Lily consiguió una pasantía en un prestigioso medio de comunicación. Cosechó una carrera fantástica que la llevó a viajar por el mundo y pudo documentar sus experiencias.
Para Lily, su tía fue como un regalo de su difunta madre. “Gracias, mamá, por enviármela”, pensaba casi todas las noches de su vida.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Agradece a las personas que tienes en tu vida. Pueden desaparecer en un segundo: Lily perdió a su madre a causa de una enfermedad y parecía que también perdió a su padre. Afortunadamente, conoció a Elizabeth, quien la salvó.
- No dejes que los vicios se apoderen de tu vida: El padre de Lily no pudo lidiar con la pérdida de su esposa, por lo que perdió todo lo que importaba a causa de la bebida.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.