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Un indigente en la calle | Foto: Shutterstock
Un indigente en la calle | Foto: Shutterstock

Chica conoce a indigente llamado Jorge Tauil: al día siguiente ve ese nombre en diario de su abuela - Historia del día

Georgimar Coronil
26 dic 2021
05:15

Un indigente recibe la ayuda de una buena chica y al día siguiente ella ve su nombre en el diario de su difunta abuela: ¿quién era él?

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Era una fría mañana de diciembre y Diana, de 16 años, volvía a casa desde el colegio con sus otras amigas. La adolescente era popular entre sus compañeros por su belleza, amabilidad y sinceridad. Era hija única y sus padres la querían mucho.

Aquella mañana, mientras caminaba con sus amigas, Diana se fijó en un indigente que pedía limosna cerca del supermercado que estaba junto a su casa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

El hombre se encontraba sentado acurrucado contra la pared de la tienda y sostenía una lata en sus manos. Era obvio que llevaba mucho tiempo esperando allí, porque la nieve se había acumulado en su cuerpo.

Era la primera vez que la chica veía a un indigente en su pequeña ciudad, por lo que se sintió obligada a ayudarle. "Sigan adelante", dijo a sus amigas. "Nos vemos mañana".

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Ignorando las quejas de las chicas, corrió a una cafetería cercana. Compró té y unos sándwiches para el hombre.

"Gracias", dijo con una voz que a Diana le resultaba familiar, aunque sabía que nunca se había cruzado con él.

Vio cómo devoraba la comida y decidió que quería hacer algo más por el desconocido. Tras pensar en qué otra forma podía ayudar, la chica pensó en la casa de sus difuntos abuelos.

Estaba a poca distancia y sabía que allí no vivía nadie: sus abuelos habían muerto un año antes. Diana fue hasta el lugar y buscó ropa de abrigo y mantas para el indigente. Cuando se las entregó, él se mostró muy agradecido.

"Nunca hubiera imaginado que conocería a un ángel como tú, gracias por la ayuda que me has brindado. Me llamo Jorge Tauil", dijo con voz ronca.

"Oh, está bien, me alegro de haber podido ayudar", respondió ella alegremente. "Me llamo Diana".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Mientras hablaban, ella se dio cuenta de que las manos de él estaban heladas porque no paraba de frotárselas y meterlas bajo la ropa. "Me aseguraré de traerte unos guantes mañana", le prometió antes de marcharse.

Al día siguiente, Diana corrió de nuevo a casa de sus abuelos para conseguir los guantes. Buscó por todas partes, pero no los encontró hasta que miró en el desván.

Allí halló varios pares de manoplas. También encontró el diario de su abuela. Era un pequeño libro con un dibujo de su flor favorita en la portada.

Diana cogió el diario y luego fue a donde Jorge para darle los guantes. El hombre tenía mucho mejor aspecto gracias a la ropa de abrigo que le había dado.

Cuando regresó a casa, empezó a leer el diario. Contenía varias historias; sin embargo, como le pareció que se estaba entrometiendo, se detuvo.

En su lugar, hojeó las hojas hasta llegar a la última, donde encontró un bolsillo secreto que contenía varias páginas rotas y una foto.

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En una aparecía el siguiente texto: "Jorge eligió su carrera antes que a mí. Hoy me ha dicho que se va a mudar a otro estado porque le han ofrecido un puesto con el que lleva soñando toda su vida. Lo amo y entiendo todo... Por eso no le he contado lo del embarazo. Si lo hago, definitivamente se quedará conmigo en contra de su voluntad, así que decidí que criaré a mi hija sola".

Esperando que la foto arrojara más luz sobre quién era Jorge, la cogió y la examinó. En ella aparecía su abuela como posando con un joven que, se dio cuenta, se parecía mucho al mendigo que había visto el día anterior.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

En el reverso de la foto, encontró la letra de su abuela: "Jorge Tauil y yo. 1967."

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"No puede ser", se dijo mientras sus manos temblaban de emoción.

Cogió las otras páginas y empezó a leer para obtener más respuestas. Contenía más detalles de la relación de su abuela con Jorge.

Diana se quedó sorprendida por su descubrimiento. Rápidamente, llevó la foto y las páginas rotas a su madre, que estaba preparando la cena en la cocina.

"Mamá, mira lo que he encontrado en casa de la abuela", dijo.

"¿Estuviste allí?", preguntó su madre.

"Pasé brevemente a recoger algo y encontré su diario, y mamá, hay algo que creo que tienes que ver".

Ante la urgencia en su tono, su madre dejó la salsa que estaba preparando y se acercó a ver lo que tenía. Tras leerlo todo, la madre de Diana se aproximó a una silla y se sentó en ella.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Acababa de darse cuenta de que el hombre que la había criado con amor no era su padre biológico ni el abuelo de su hija. La mujer se entristeció porque él murió antes de poder agradecerle que se hubiera hecho cargo de ella sin prejuicios.

Al día siguiente, Diana y su madre encontraron a Jorge. Le explicaron lo sucedido después de enseñarle la foto.

"Oh, mi amor", lloró. "Ella tenía razón, nunca me habría ido, nunca debería haberme ido".

Jorge reveló a Diana y a su madre que su partida había sido la peor decisión que había tomado nunca, ya que le habían despedido de su puesto poco después de incorporarse al trabajo, tras ser inculpado por algo que no había hecho. Además, la empresa se encargó de ponerlo en la lista negra para que ninguna otra empresa lo contratara.

"Debería haber regresado, pero me enteré de que estaba casada y con hijos, decidí mantenerme alejado, sobre todo desde que fracasé allí", explicó Jorge con tristeza.

Diana y su madre acogieron a Jorge en su casa, y él empezó a vivir con ellas, agradecido por reunirse con su hija, que le recordaba mucho a su difunta enamorada.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué aprendimos de esta historia?

  • Nunca es tarde para reconstruir una familia: La abuela de Diana creyó que actuaba correctamente al ocultarle a su novio el embarazo. Así dejó a su hija sin conocerlo y él se quedó solo por años. Sin embargo, la verdad salió a la luz, y esta familia tuvo una nueva oportunidad para el amor.
  • La ambición es buena, pero no te olvides de tus seres queridos: Jorge eligió su carrera por encima de su enamorada. No obstante, sin saberlo, el puesto que le ofrecieron no valió lo que dejó atrás. Pudo reunirse con su hija, pero todo el tiempo que perdió no lo podrá recuperar nunca.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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