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Una manta y un muñeco de felpa en el suelo de una acera. | Foto: Shutterstock
Una manta y un muñeco de felpa en el suelo de una acera. | Foto: Shutterstock

Indigente cría durante años a niña que encontró en un basurero hasta que aparece su madre - Historia del día

Un indigente encontró una bebé recién nacida en el contenedor de basura y decidió criarla como si fuera suya. Cinco años más tarde, la madre de la niña apareció y lo denunció.

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Richard había estado sin hogar durante mucho tiempo después de una mala adicción a las drogas. Había mejorado, pero aún no había podido reconstruir su vida.

Por eso buscaba en los contenedores de basura botellas y latas para cambiarlas por dinero. Algunas personas le daban comida, pero era raro, así que esta era la manera que tenía para conseguir alimento.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Un día, todo cambió para él. Había un bulto en un contenedor de basura en una zona comercial de la ciudad. Pensó que podrían ser gatitos o cachorritos porque las personas malvadas arrojaban animales vivos a la basura con mucha frecuencia.

Pero esta vez había sido aún peor. Era una bebé cubierta con ropa rosa. Movía los brazos y miraba a Richard con sus grandes ojos. Él no podía creerlo.

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“¿Quién dejaría a una bebé en la basura para que muera así?”, se preguntó Richard en estado de shock. La pequeña era adorable y no podía tener más de un mes de nacida. Richard agarró y arrulló a la bebé, y se enamoró de inmediato.

La llevó al callejón donde vivía y la dejó durmiendo un rato. Después de tomar su dinero extra, compró un poco de fórmula para bebés y un biberón barato. Mientras la alimentaba, Richard supo que tenía que hacer lo correcto: entregarla a la policía. Pero después de esa noche, no pudo hacerlo. Así que la crio solo y la llamó Jennifer.

Afortunadamente, la pequeña era tranquila y no hacía mucho alboroto. El hombre comenzó a hacer trabajos ocasionales limpiando platos en restaurantes por unos pocos dólares e iba a los comedores populares para conseguir comida para la bebita.

Encontraba ropa vieja en establecimientos de beneficencia y en varios contenedores de basura y así lograban sobrevivir mientras Jennifer crecía.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Richard le enseñaba a la niña lo esencial usando libros para niños que la gente tiraba. No era lo ideal, aunque él finalmente tenía una motivación para vivir y estaba más feliz que nunca. Pero su felicidad le fue arrebatada un día extraño.

El hombre le estaba leyendo a Jennifer un libro que acababa de encontrar tirado en algún lugar cuando una mujer entró en su callejón. “¡AHÍ ESTÁ! ¡Él es el hombre que robó a mi hija!”, gritó la mujer, y Richard miró cómo tres policías comenzaban a caminar hacia él.

“Ponga las manos detrás de la espalda, señor”, dijo un oficial.

“No, oficial. no entiende. Yo encontré a esta niña cuando era una bebé hace cinco años. La he criado desde entonces. Yo no la robé. Estaba en un contenedor de basura”, explicó Richard, y los oficiales miraron a la mujer.

“¡Él está mintiendo! ¡Perdí a mi bebé y él se la llevó!”, gritó la mujer. Pero no convencía a los oficiales porque Jennifer estaba aferrada a la pierna de Richard.

“Lo siento señor, pero vamos a tener que llevarnos a la niña con nosotros”, dijo uno de los otros oficiales. “No queremos ningún problema. Solo queremos que ella esté a salvo”.

“Por favor, esta niña es mi hija. Es todo lo que tengo en el mundo”, suplicó Richard cuando Jennifer comenzó a llorar debido a la conmoción. Era una niña brillante para tener cinco años y sabía exactamente lo que estaba pasando.

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Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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“Señor, aunque esta mujer esté mintiendo, no podemos dejar que una niña crezca en las calles”, afirmó el tercer oficial. “Vamos a llevarla a un lugar seguro”.

Richard entendió que el oficial tenía razón. Era difícil de aceptar, pero esta vida no era nada buena para la niña. Quería que Jennifer tuviera una vida mejor y con oportunidades.

Esta era la mejor opción para ella. Por lo tanto, los policías se llevaron a la niña, a pesar de sus gritos y protestas por su papá. La vida de Richard se hizo más sombría cuando Jennifer se fue.

No tenía nada por qué vivir y estuvo desesperado durante varios años. Su único consuelo era la idea de que Jennifer tendría más de lo que él podría darle.

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Desafortunadamente, Jennifer no tenía mucho. Si bien tenía un techo sobre su cabeza, su madre biológica, Karla, era una mujer horrible.

Ella admitió haberla abandonado en ese basurero cuando era una bebé y solo la había buscado años después porque le gustaba la idea de tener a un pequeño ser en casa para controlarlo.

Y la mujer fue fiel a sus palabras. La niña fue tratada como sirvienta la mayor parte de su infancia y adolescencia. Pero nunca olvidó al padre que la crio. A menudo soñaba con escapar e ir con él, pero tenía miedo de que se metiera en problemas.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Pero cuando Jennifer cumplió 14 años, finalmente encontró ese viejo callejón. Allí dejaba libros, comida, suministros y monedas para Richard cuando él no estaba cerca.

El hombre no tenía idea de quién había tenido la amabilidad de dejarle cosas, pero comenzó a sospechar que podría ser Jennifer, aunque era muy pequeña cuando se la llevaron. Sin embargo, pensó que tal vez la vida los uniría en algún momento.

Y tenía razón. Años después, Jennifer escapó de la casa de Karla y fue a buscar a Richard. Tras conseguir empleo, pudo alquilar un pequeño apartamento para los dos.

“No podría vivir aquí. Esta es tu casa, Jennifer”, dijo Richard, rechazando su oferta al principio. No se sentía digno de su amabilidad.

“Papá, me encontraste en un basurero, y no estaría viva si no me hubieras cuidado. Siempre serás mi papá. Vivir con Karla fue un infierno, pero sé por qué me dejaste ir. Incluso entonces, estabas pensando en lo que era mejor para mí”.

“Ahora, tengo mi diploma de escuela secundaria y puedo trabajar mientras te ayudo a reconstruir tu vida. Por favor, vamos a hacer esto juntos”, explicó Jennifer, rogándole a su padre que aceptara. Y él finalmente aceptó.

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Ahora que tenía una dirección, consiguió un trabajo oficial como ayudante de camarero en un restaurante. Estaba orgulloso de ayudar con las cuentas.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Mientras tanto, Jennifer trabajaba y asistía a clases nocturnas en una universidad local. Eventualmente, ambos ascendieron en el mundo.

Más tarde, la joven se mudó con su prometido y Richard se quedó en su apartamento. Él adoraba el lugar porque le había salvado la vida. Acompañó a su hija al altar y estuvo allí para cada momento importante en su vida.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los niños pueden cambiar tu vida. Cuando te conviertes en padre, todo cambia. Richard dio un paso al frente para cuidar a una bebé abandonada a pesar de sus medios limitados, y ella se lo retribuyó años después.
  • La familia viene en muchas formas. Jennifer odiaba a su madre biológica, aunque le hubiera dado un techo. Su verdadera familia era Richard, y fue a buscarlo tan pronto como pudo.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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