Mujer deja asiento vacío en su boda para su hijo fallecido y ve que un hombre desconocido se sienta - Historia del día
Mientras planeaba su boda, Jennifer decidió dejar un asiento vacío para su difunto hijo, Román. Pero en su día especial, alguien lo ocupaba y ella se sintió muy enojada, hasta que su novio le explicó la impactante razón.
“Creo que dejaremos este asiento para Román. ¿Qué piensas, Javier?”, le preguntó Jennifer a su prometido. Estaban planeando la boda y hacían un plano de asientos para la ceremonia y la recepción.
Jennifer se había convertido en madre a los 16 años y Román siempre fue la luz de su vida. El joven amaba las motocicletas, y en su cumpleaños número 18 tuvo un accidente fatal.
Román era donante de órganos, por lo que a Jennifer le consoló que, de alguna manera, su hijo siguiera viviendo. Su altruismo al donar sus órganos le había salvado la vida a varias personas.
En medio de su doloroso duelo, Jennifer conoció a Javier, quien la apoyó en todo. Sabía que él era el hombre adecuado para ella y deseaba que Román lo hubiera conocido. Le gustaba creer que su hijo lo había enviado para que ya no estuviera sola.
Jennifer comenzó a planear su boda dos años después de la muerte de Román, y en su corazón añoraba que estuviese allí. Una de sus amigas sugirió reservar un lugar vacío en su honor y la idea le encantó.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
“Eso suena genial, cariño. Hagámoslo. Puedes ponerlo junto a tus padres, ya que de todos modos es donde se hubiera sentado”, propuso Javier, y Jennifer asintió con una sonrisa.
El día de la boda, Jennifer estaba más emocionada que nunca. Estuvo al borde de las lágrimas muchas veces, era un día agridulce para ella. Pero tenía a sus padres, al resto de su familia y a muchos amigos que la apoyaban. Además, Román estaría allí en espíritu.
Se escucharon los primeros acordes de la marcha nupcial y ella comenzó a caminar del brazo de su padre, tratando de mantenerse firme. Mientras se acercaba al altar, donde la esperaba Javier, notó que alguien estaba sentado en el asiento de Román.
Era un hombre joven, posiblemente de veintitantos años, y ella no pudo reconocerlo. “Papá, ¿quién es ese?”, susurró lo más bajo que pudo.
“Silencio, cariño. Mira a Javier y sonríe”, respondió su padre. Pero Jennifer insistió.
“¿Pero sabes quién es él?”.
“Concéntrate, Jen”, dijo su padre, evitando su pregunta nuevamente mientras seguían caminando.
Al llegar al altar, decidió no seguir insistiendo. Pero por dentro se sentía muy enojada. ¿Cómo se atrevía esa persona a ocupar el asiento de Román?
Javier la esperaba con una sonrisa que le derritió el corazón, y la hizo olvidar el mal rato anterior. El ministro inició la ceremonia, la pareja dijo sus votos y todos vitorearon el beso final.
Sin embargo, tan pronto se subió al auto con su flamante esposo, Jennifer sacó el tema de nuevo. “Cariño, ¿sabes quién estaba sentado en el lugar de Román? Mi papá no quiso responderme”, dijo ella, con los ojos llenos de preocupación.
“Lo sé, mi amor. Pero quiero presentártelo en la recepción”, respondió Javier. Sus palabras no lograron aliviarla.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
“Javier, sabes lo importante que era ese espacio para mí hoy. Me preocupé por eso durante toda la ceremonia. Por favor, solo dime”, suplicó Jennifer, y él no tuvo el corazón para ocultárselo por más tiempo.
“Está bien. Su nombre es David, y él recibió el corazón de Román”, reveló Javier, y los ojos de Jennifer se abrieron desmesuradamente. “El corazón de tu hijo estaba justo en el sitio que planeaste para él”.
“¿En serio?”, preguntó Jennifer, incapaz de sacar recuperar el aliento.
“Sí, cariño. Fue mi sorpresa para ti, y David está deseoso por conocerte. Su madre también está aquí. Quería que tuvieras una parte de Román en la boda, y se me ocurrió esta idea”, agregó, mientras Jennifer se esforzaba por no llorar.
“Mi maquillaje se va a arruinar, pero estoy tan contenta de saberlo ahora”, lloró Jennifer, mientras abrazaba a su nuevo esposo. Ahora tenía la certeza de que había tomado la mejor decisión de su vida al elegirlo.
En la recepción, Javier le presentó a David, quien le agradeció efusivamente, y su madre le dio a Jennifer un gran abrazo. “No sé cómo agradecerte por tu sacrificio. Pero estaré en deuda contigo por siempre”, dijo la mujer, con lágrimas en los ojos.
“Gracias por venir”, les dijo Jennifer. Las lágrimas estropearon su maquillaje, pero ya no le importaba.
Mientras todos cenaban y se regocijaban durante la recepción, David le dio a Jennifer un estetoscopio para que pudiera escuchar los latidos del corazón de Román. Ella lloró una vez más y sintió que su hijo realmente estaba allí, en algo más que su espíritu.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
David y Jennifer se mantuvieron en contacto a lo largo de los años. Para ella era una gran alegría saber que su hijo se mantenía vivo de alguna manera.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- La donación de órganos es uno de los actos más generosos que cualquiera puede hacer. Son muchas las personas que necesitan trasplantes, y quien se registre como donante de órganos es un verdadero héroe.
- Es importante que tu pareja se conecte con tus sentimientos y necesidades. Javier sabía lo que significaba, para su futura esposa, la presencia de su difunto hijo en el día de su boda, y le preparó la mejor de las sorpresas.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Te puede interesar: Millonario llega a hotel y se desmaya al ver a su esposa trabajando como mucama allí - Historia del día
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.