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Niño en restaurante. | Foto: Shutterstock
Niño en restaurante. | Foto: Shutterstock

Mesera nota a hombre con un niño en el restaurante: el chico luce pálido y no quiere comer - Historia del día

Mayra Pérez
11 abr 2022
16:00

Una camarera en el restaurante de un hotel se fija en un hombre y su hijo adolescente y descubre por qué el chico se ve tan triste y está inapetente. La razón le rompe el corazón.

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Sara disfrutaba de su trabajo. Mucha gente no entendía que ser camarera era un oficio muy gratificante, al menos donde ella trabajaba. La mayoría de sus clientes estaban en ese hotel por vacaciones y solían sentirse de buen humor.

Cuando un hombre entró con su hijo adolescente, llamó su atención. El hombre miraba al jovencito con ojos desesperados. Pidieron la comida especial de la casa, pero notó que el chico apartaba la comida en su plato. Sus ojos expresaban una gran tristeza.

“¿No estaba bueno el pastel?”, preguntó Sara en tono alegre, mientras retiraba el plato. La tarta de manzana con helado estaba prácticamente intacta. El muchacho se sonrojó y dejó caer su flequillo hacia adelante, ocultando su rostro.

El padre respondió con una sonrisa: “El pastel estaba delicioso, es solo que Kevin no tiene mucho apetito hoy”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Sara sonrió y dijo: “Espero que tengas más apetito para el almuerzo de mañana, porque tendremos nuestra parrillada especial”.

El hombre respondió: “¡Aquí estaremos!”. Luego se levantó y acompañó a su hijo hacia el ascensor que subía a las habitaciones. Unos minutos más tarde, Sara lo vio de nuevo en el vestíbulo, hablando con el gerente. Estaba muy serio.

El hombre volvió al restaurante y se le acercó. “¿Podemos hablar?”, preguntó. Sara notó que era muy guapo, a pesar de su tristeza, y su voz era gentil y amable.

“Por supuesto”, dijo Sara.

“Mi hijo tiene leucemia y está aquí para someterse a quimioterapia en el instituto”, dijo el hombre con voz tranquila. “Esta noche quiere afeitarse la cabeza para adelantarse a la caída del cabello”.

“Yo también me afeitaré, así que lo que quería pedirte es que no hagas comentarios al respecto. Por favor, solo actúa normal…”.

Sara asintió y respondió: “Por supuesto. Por favor, no se preocupe. También hablaré con el resto del personal”.

El hombre sonrió. “¡Gracias! ¡Soy Óscar, por cierto!”, dijo.

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Ella le devolvió la sonrisa. “Soy Sara... ¡Nos vemos mañana!”.

Cuando entraron al restaurante para desayunar a la mañana siguiente, Óscar y Kevin se llevaron una sorpresa. ¡Sara también se había afeitado la cabeza! Ella les sonrió a ambos y dijo: “¡Pensé en unirme al club!”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Kevin comenzó a reírse. “¡Te ves muy graciosa!”, exclamó.

Sara se puso las manos en las caderas y frunció el ceño con exageración. “¿GRACIOSA? Quiero que sepas que esto es lo que llevan las mejores cabezas en París esta temporada. ¡ESTAMOS A LA MODA!”

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En lugar de concentrarse en su calva, el jovencito se estaba riendo de los chistes de Sara y Óscar le lanzó una mirada de agradecimiento. Su esposa había fallecido de cáncer cuando Kevin tenía apenas siente años, y desde entonces eran solo ellos dos.

Cuando la enfermedad de Kevin fue diagnosticada, Óscar quedó devastado. Se enfrentaba de nuevo al mismo enemigo, y esta vez podía perder todo lo que le quedaba, su amado hijo. La maravillosa sonrisa de Sara y su valiente gesto alegraron su corazón.

Cuando Kevin subió a descansar un rato después, Óscar volvió al restaurante para hablar con Sara. “Gracias”, le dijo. “No tienes idea de lo que ha significado tu gesto para Kevin y para mí. Sacrificaste tu hermoso cabello…”.

Sara negó con la cabeza. “No fue ningún sacrificio”, explicó. “Perdí a mi madre por cáncer cuando era muy joven y recuerdo su valentía. Ella me enseñó todo lo que sé sobre el amor. Solo quería transmitirlo”.

Óscar tenía lágrimas en los ojos y le dio a Sara un abrazo agradecido. A partir de ese día, ella se convirtió en la mejor amiga de Kevin y, cuando tenía el día libre, llevaba a padre e hijo a ver los lugares de interés.

Afortunadamente, el tratamiento de Kevin salió bien y los médicos declararon que estaba en remisión. “¡Volveremos pronto!”, prometió el chico con lágrimas en los ojos y Óscar asintió.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Sí, volveremos en dos meses”, dijo el padre.

“¿Otro tratamiento?”, preguntó Sara.

“No”, dijo Óscar sonriendo. “¡Vacaciones! Nosotros... quiero decir... me preguntaba si podrías tomarte un tiempo libre para acompañarnos”.

Sara sonrió. “Me encantaría…”.

Un año después, Óscar le propuso matrimonio y ella aceptó. Le pidieron a Kevin que fuera el padrino. La boda fue muy hermosa y conmovió a todos los invitados.

Dos años más tarde, Sara y Óscar dieron la bienvenida a su primer hijo juntos y Kevin se convirtió en un orgulloso hermano mayor.

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Un acto de solidaridad y valentía vale más que mil palabras: El gesto de Sara ayudó a Kevin a aceptar lo que estaba pasando y le dio valor para luchar por su vida.
  • El amor es un contagioso: Personas como Sara, que transmiten amor a quienes la rodean, reciben ese amor de vuelta multiplicado por mil. Son un ejemplo a seguir.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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