Chica abandona a su abuela, regresa un año después y ve su casa totalmente destruida - Historia del día
Una joven que aspira a la fama y la fortuna como cantante roba los aretes de su abuela para viajar a la ciudad y convertirse en una estrella. Pero a su regreso se encuentra con una desagradable sorpresa.
Bella Vásquez estaba furiosa. Había actuado de manera brillante en la producción escolar. La estación de televisión local incluso la había aclamado como una futura estrella.
Solo una persona no la había colmado con elogios por presentación: su propia abuela, Rosa Vásquez. La única persona que Bella pensaba que debería admirarla más no lo hacía. ¡Decía que necesitaba más disciplina!
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
“¿Disciplina?”, gritó la joven. “¿Acaso no me escuchaste cantar?”.
“Sí”, dijo Rosa con calma. “Sí escuché, y para una producción de una escuela amateur fue perfectamente aceptable. Pero si quieres que te diga que fue una actuación pulida e inspirada, no lo fue”.
Lágrimas de rabia llenaron los ojos de Bella. “¡Nunca soy lo suficientemente buena para ti!”, gritó la joven y saliendo de la habitación aventando la puerta para irse a su habitación. Rosa suspiró y sacudió la cabeza.
Tal vez había sido un poco dura con su nieta, y si su sueño hubiera sido convertirse en abogada, doctora o esteticista, Rosa la habría elogiado hasta el cielo.
Pero Bella quería ser cantante profesional. Quería ser una estrella con un estante lleno de premios. La joven tenía una voz encantadora, pero había miles de voces igual de buenas.
Como entrenadora vocal y profesora de piano, Rosa había visto ir y venir a chicas como Bella, chicas que pasaron por muchas angustias. No era lo que la mujer quería para su nieta.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash
La joven podía lograrlo, tenía el talento, pero necesitaba esforzarse mucho más de lo que estaba dispuesta. Tendría que ampliar su repertorio y pasar horas todos los días ejercitándose y ampliando el rango de su voz.
Lamentablemente, Bella había visto demasiadas películas de Hollywood en las que la chica de un pueblo entraba en un estudio y salía diez minutos después con un contrato y una carrera garantizada como estrella internacional.
Rosa sabía que, a menos que se esforzara, su nieta no tenía ninguna posibilidad, e incluso con trabajo duro, no había garantías. Deseaba que Bella entrara en razón.
En su habitación, la joven lloró hasta quedarse dormida. Cuando se despertó unas horas más tarde, estaba con una idea en mente. Estaba decidida a viajar a la capital incluso antes de graduarse. ¡Se iría hoy mismo!
“Pero... ¿de dónde saco el dinero?”. Contó la pequeña pila de billetes que había estado guardando. No era suficiente para mantenerse ni una semana en la capital.
Entonces se levantó. Echó un vistazo a la sala de estar, a la cocina y al dormitorio de su abuela. “¡Bueno! Ella salió”. Bella corrió al dormitorio y abrió el joyero de la mujer mayor.
Dentro de una pequeña caja de cuero estaban los aretes de su tatarabuela. Brillaban en las manos de Bella. Diamantes tallados y zafiros estrella, como había dicho su abuela.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash
Valían mucho dinero. Serían más que suficiente para financiar su sueño. Entonces Rosa se daría cuenta de que Bella sí tenía el talento, la determinación y las agallas para triunfar en Broadway.
La joven metió sus cosas en una mochila y guardó los aretes con cuidado. Llamó a un taxi y se dirigió a la terminal de autobuses. Doce horas más tarde, bajaba del autobús en la terminal de la capital.
Después de mirar boquiabierta los altos edificios de la ciudad, Bella decidió buscar una casa de empeño donde pudiera convertir sus aretes en efectivo. Cuando sacó las prendas el hombre comenzó a tararear y sacó un anteojo de joyero.
Bella gritó antes de que él dijera algo. “¡Valen por lo menos $30.000!”.
“Te daré $3.000”, dijo el hombre.
“Claro que pueden valer $30.000 o más”, agregó el individuo. “Pero tienes que mostrarme una prueba de propiedad. Si lo haces, te daré $50.000”.
Bella salió de la tienda con los tres mil dólares y, tres semanas después, el dinero ya se había acabado. En esas tres semanas la joven había asistido a todas las audiciones que pudo encontrar, pero ni siquiera había llegado a la segunda fase de selección en ninguna de ellas.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash
Uno de los mejores directores de casting le había dicho que su voz era “agradable” pero que le faltaba flexibilidad. Le dijo que necesitaba esforzarse mucho y mejorar, pero tenía potencial. Las mejillas de Bella ardían. Era exactamente lo que le había dicho Rosa.
La joven se encontró viviendo en las calles y fue abordada varias veces por hombres que querían “cuidarla”. Ella sabía dónde acababan las chicas que aceptaban la ayuda.
Bella comenzó a mendigar en el metro. Cantaba canciones a cappella, yendo de estación en estación, recolectando las monedas que la ayudaban a pasar el día. Con suerte lograba guardar algunas para su boleto de autobús para regresar a casa.
Un día, la joven rio hasta llorar cuando se dio cuenta de dónde estaba: una de las estaciones del metro más lúgubres de la ciudad. Aquí era donde la habían llevado sus grandes sueños: a cantar en una horrible estación que olía a orina. Era hora de irse a casa.
Cuando Bella finalmente tuvo suficiente dinero, tomó el autobús de regreso a su pueblo. Solo podía pensar en ir a casa con la abuela Rosa, pero cuando llegó allí, la casa ya no estaba.
Bella se desplomó. Solo había un montón de tierra y escombros. Y tirado sobre los tablones rotos estaba el piano de Rosa, hecho añicos. Bella comenzó a llorar y no podía parar. “¡Lo siento, abuela!”, gritó. “Debería haber estado aquí para ti. Lo siento mucho...”.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
De repente, el vecino de Rosa vio a Bella llorando y se acercó a ella.
“Fue un tornado, cariño. Nos golpeó hace una semana. Por suerte tu abuela no estaba en casa, pero terminó teniendo un infarto cuando vio cómo había quedado la vivienda...”.
Bella se apresuró al hospital para ver a su abuela. Quedó sorprendida al ver lo frágil y triste que se veía, pero cuando Rosa la vio, su rostro se iluminó. “Ay, Bella”, sollozó. “Tenía mucho miedo...”.
La joven lloró en los brazos de su abuela y confesó todo: el vuelo a la capital, el empeño de los pendientes a bajo precio, las audiciones fallidas. Tenías razón, abuela”, susurró. “Debería haberte hecho caso. Me daré por vencida. Ya no soñaré con cosas imposibles...”.
“Eso no fue lo que yo te dije, Bella”, gritó Rosa. “No tienes que renunciar a tus sueños cuando fallas en el primer intento, ¡pero tienes que estar preparada para esforzarte mucho!”.
La casa de Rosa estaba asegurada y, cuando la vivienda fue reconstruida, la abuela y su nieta regresaron a su hogar. Bella tuvo que esforzarse para mejorar sus calificaciones en el último año y todos los días trabajaba con Rosa en su música.
La joven fue a la universidad a estudiar música y comenzó a publicar sus canciones originales en YouTube. Para su sorpresa, comenzó a reunir muchos seguidores. Un día, un productor la contactó y le ofreció un contrato.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash
Lo primero que hizo Bella cuando debutó su álbum fue tomar parte de ese dinero e ir a la capital y recuperar sus aretes en la casa de empeño. “Los recuperé, abuela”, dijo. “Y todo es gracias a ti”.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Los sueños no se hacen realidad sin mucho esfuerzo y disciplina. Bella aprendió que tenía que esforzarse si quería ser una estrella.
- Aprecia a las personas que te dicen la verdad: son tus mejores amigos. Todos le dijeron a Bella que era la mejor. Eso era lo que ella quería escuchar, pero solo Rosa le dijo lo que necesitaba escuchar.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.
La información contenida en este artículo en AmoMama.es no se desea ni sugiere que sea un sustituto de consejos, diagnósticos o tratamientos médicos profesionales. Todo el contenido, incluyendo texto, e imágenes contenidas en, o disponibles a través de este AmoMama.es es para propósitos de información general exclusivamente. AmoMama.es no asume la responsabilidad de ninguna acción que sea tomada como resultado de leer este artículo. Antes de proceder con cualquier tipo de tratamiento, por favor consulte a su proveedor de salud.