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Una casa vieja | Foto: Shutterstock
Una casa vieja | Foto: Shutterstock

Mujer lee por casualidad el pedido de ayuda de una señora, va hasta su casa y la ve tendida en el suelo - Historia del día

Tras separarse de su esposo infiel, Laura se mudó a otra ciudad para comenzar una nueva vida. Un día, después de mudarse a su nueva casa, se topó con una carta que tenía una petición extraña.

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Laura estaba a punto de irse al trabajo cuando descubrió el sobre en su porche. Le pareció extraño porque no tenía parientes vivos que pudieran enviarle algo.

Pero luego sus pensamientos cambiaron a la idea de que ese sobre podría estar relacionado con el acuerdo de divorcio. Entonces lo tomó para ver qué era y notó que estaba dirigido a una mujer llamada Katy Prieto, no a ella.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Ella pensó que el repartidor había cometido un error al entregar la carta en su casa. Decidió que la revisaría más tarde y la guardó en su bolso.

Mientras subía a su automóvil, se encontró con su casero y vecino, Horacio. “Entonces, ¿ya te instalaste?”, preguntó él con una gran sonrisa en su rostro.

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“Sí, ya casi termino de desempacar todo. Quería preguntarte algo, por cierto”, le dijo la mujer.

“Cuéntame”, le dijo él.

“Recibí una carta para Katy Prieto esta mañana. ¿Sabes si alguien con ese nombre vive en esta área?”.

“Qué extraño. ¡Katy Prieto murió! Era la inquilina que vivía antes en la casa que te acabo de alquilar. Te había mencionado que la persona que vivía aquí había fallecido, ¿recuerdas?”.

“Sucedió hace dos meses aproximadamente. Ella hacía algún tipo de voluntariado con ancianos. Nunca entendí realmente por qué estaba interesada en ayudar a los viejos. Sus abuelos eran ricos y le habían dejado una fortuna después de que fallecieron”.

“Sin embargo, se crio en un orfanato. Sus abuelos murieron cuando ella era pequeña. Poco después, sus padres perdieron la vida en un incendio en una casa. Por eso tuvo que vivir en un orfanato”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¿Qué le pasó exactamente a Katy? ¿Cómo murió?”.

“Tuvo un accidente automovilístico en una carretera. Ella venía de regreso a casa después de encontrarse con alguien. Tal vez la persona que envió esa carta no sabe que murió”.

“¡Gracias por la información, Horacio! Te veré más tarde. Tengo que ir a trabajar”, respondió Laura, luego se acomodó en su auto y se alejó.

Ya en su oficina, la mujer no podía dejar de pensar en el sobre. “¿Y si es algo importante?”, pensó. Entonces decidió abrirlo. En el interior encontró una carta escrita con una letra distorsionada pero hermosa. En el texto le pedían ayuda inmediata a Katy.

“Querida Katy,

Intenté muchas veces comunicarme contigo, cariño, pero mis llamadas, correos electrónicos y mensajes quedaron sin respuesta. Escribo esta carta con la esperanza de que al menos vengas a verme después de leerla. Me encuentro muy mal. Necesito ayuda, pero no sé a quién acudir. Nadie me escucha. Mis vecinos solo se preocupan por ellos mismos. Por favor ven tan pronto como puedas. Estaré esperándote.

Con amor,

Betty Farías”.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Laura se tapó la boca en estado de shock mientras leía todo. La Sra. Farías necesitaba urgente ayuda, pero Katy ya no estaba viva. La señora obviamente no tenía idea, y había escrito la carta con la esperanza de que la mujer la ayudara.

Dadas las circunstancias, Laura no pudo ignorar el grito de auxilio de la Sra. Farías y decidió ir a verla. Solicitó un permiso de emergencia a su jefe y decidió dirigirse a la dirección que estaba en el sobre en busca de la señora.

Ingresó la dirección en Google Maps y resultó estar a solo 30 minutos en automóvil. Laura condujo lo más rápido que pudo y, después de media hora, llegó a una casa vieja y destartalada. Caminó hasta la puerta principal y llamó.

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“¿Sra. Farías? ¿Está en casa? Yo... umm... recibí la carta que envió”, gritó. Pero no hubo respuesta. Volvió a tocar, esta vez con un poco más de firmeza, y la puerta principal se abrió con un chirrido. Cuando entró, una bocanada de humedad la golpeó. Entonces se fijó en ella.

La Sra. Foster estaba desmayada justo frente a la puerta, con una bolsa de compras en la mano, inconsciente y pálida.

“¡Dios mío!”. Laura se arrodilló para comprobar su pulso. ¡Afortunadamente, todavía estaba viva! Marcó el número de emergencias y poco después, la Sra. Farías fue llevada al hospital.

Horas más tarde, la anciana había recuperado el conocimiento, pero aún estaba en estado crítico. Los médicos le informaron a Laura que la mujer mayor estaría ingresada en el hospital por unos días.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Cuando fue a verla, la anciana no paraba de llorar. “¿Eres Laura Blanco? ¿La que me encontró desmayada?”, preguntó, temblando.

“Sí, Sra. Farías. ¿Se siente mejor ahora? Los médicos dijeron que se había desmayado por el cansancio”.

“Ay muchacha”, dijo la anciana mientras comenzaba a llorar. “Llevo mucho tiempo enferma y fatigada. Las rodillas me han estado fallando, así que no había salido desde hace tiempo”.

“No había comido en días y estaba bastante cansada, pero decidí ir al mercado para tratar de comprar algo de comida, y luego no recuerdo lo que ocurrió después de eso. ¿Katy te envió?”.

“Bueno, verá señora Farías”, dijo Laura respirando profundo. “Katy ya no está con nosotros. Falleció hace dos meses en un accidente automovilístico”.

“¿Qué? ¡No puede ser! Eso es terrible. Era una chica muy feliz. Fue mi enfermera por un tiempo, pero luego me mudé a una casa nueva. No tengo familia. Ella me recordaba a mi nieta. ¡Dios, cómo La extraño!”.

“Siento mucho que se haya enterado de esta manera. Hace poco me mudé a su casa. Yo tampoco tenía idea hasta que le pregunté al propietario”.

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La Sra. Farías quedó devastada al descubrir que Katy había muerto. Laura la consoló y comenzó a visitarla en el hospital después del trabajo todos los días para hacerle compañía.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Poco a poco, la anciana comenzó a recuperarse y cuando estaba a punto de ser dada de alta del hospital, Laura le hizo una oferta. “Sra. Farías”, dijo. “Me preguntaba si le gustaría mudarse conmigo”.

“No hay presión, pero después de que me separé de mi esposo, me quedé sin alguien a quien pudiera considerar como familia. Así que estaba pensando…”.

“Ay, cariño”, dijo la anciana mientras abrazaba a la joven. “Por supuesto que sí me gustaría. Me mudaré contigo. Gracias por preocuparte. ¡Muchas gracias!”.

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La Sra. Farías vendió su casa y se mudó con Laura. Más tarde, la joven se casó con un hombre llamado Danilo Centeno. Era un colega suyo que trabajaba en el departamento de marketing.

Era muy dulce y encantador, y Laura se había enamorado de él a primera vista. Un año después, dieron la bienvenida a una niña y la Sra. Frías se convirtió en su abuela.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La mayoría de nosotros encontramos lo que buscamos. El grito de ayuda de la Sra. Farías finalmente fue escuchado por alguien que podía ayudarla.
  • Nunca estás solo. Alguien te está esperando y eventualmente lo encontrarás. La Sra. Farías y Laura estaban destinadas a encontrarse para hacerse compañía.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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