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Máquina de coser | Fuente: Shutterstock
Máquina de coser | Fuente: Shutterstock

Millonario fallecido dejó a su hijo solo una vieja máquina de coser, dijo que era "el tesoro más grande que tenía" - Historia del día

Georgimar Coronil
04 may 2022
12:30

El hijo de un millonario esperaba heredar una gran fortuna tras la muerte de su padre, pero para su sorpresa, lo único que recibió fue una máquina de coser muy vieja.

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David Ballesteros se quedó mirando al abogado. No podía creer lo que escuchaba. "Disculpe", dijo amablemente. "¿Podría repetir lo que acaba de decir?".

El abogado se ajustó las gafas de montura metálica en el puente de la nariz y se aclaró la garganta. "A mi querido hijo David le dejo la máquina de coser Singer de 1923 que en su día perteneció a mi bisabuela y que considero mi mayor tesoro".

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

"Eso es muy bonito", dijo David. "¿Pero qué más? ¿Y el dinero? ¿Los bienes inmuebles? ¿A qué equivale todo eso?".

El abogado, el Sr. Javier, suspiró y dejó el documento sobre la mesa. "Lo siento, David, pensé que tu padre había explicado los términos del testamento antes de morir".

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"Bueno", dijo David. "Solo me contó que me dejaría su fortuna, pero nunca especificó la cantidad... ¡Eso es lo que estoy tratando de averiguar!".

El señor Javier dijo con cuidado: "No hay nada, David, no hay dinero en absoluto".

"¡Eso es imposible!", gritó David. "Mi padre era dueño de fábricas de ropa por todo Estados Unidos, ¡era RICO!".

"Según los términos del testamento de tu padre", explicó el señor Javier, "todos sus bienes fueron liquidados en el momento de su muerte y donados a la caridad".

"¡NO!", gritó David con rabia. "¡Él no me haría eso! Voy a impugnar el testamento...".

"Puedes hacerlo", dijo el Sr. Javier con suavidad. "Estarías en tu derecho. Pero debo advertirle que es bastante inútil: solamente gastarás dinero que no tienes en abogados".

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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David se levantó. Se tambaleaba como si le hubieran dado un puñetazo. Había vivido una vida de privilegios y ahora no le quedaba más que una vieja máquina de coser. "David", dijo el señor Javier. "Tu padre te ha dejado una carta que puede explicar su decisión...".

David tomó el sobre. "¡Su decisión fue dejarme en la miseria! ¿Qué clase de explicación podría tener para eso?" Salió y condujo de vuelta a su apartamento justo a tiempo para ver llegar una furgoneta.

"¿Sr. David Ballesteros?", preguntó el hombre de la furgoneta.

"Sí", dijo David.

"Tenemos una entrega para usted, señor". Señaló una vieja y elaborada máquina de coser en la acera. "¿Dónde la quiere?".

David estaba a punto de gritar: "¡A la basura!", pero se le ocurrió que la vieja monstruosidad podría valer algo de dinero, así que ordenó hoscamente al hombre que la llevara a su apartamento.

Cuando el sujeto se fue, David se sirvió una copa y se quedó mirando la máquina de coser. "Tengo una maestría en administración, estoy preparado para dirigir empresas. ¿Qué voy a hacer con una máquina de coser, papá?", se preguntó en voz alta.

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Entonces recordó la carta. Sacó el sobre de su bolsillo y lo abrió.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

"Mi queridísimo David, quiero que sepas que te quiero por encima de todas las cosas en esta vida y que lo daría todo por hacerte feliz.

Me imagino que en este momento estás enfadado conmigo por el dinero... pero créeme cuando te digo que sería una carga para ti. Sí, te facilitaría la vida, pero la vivirías bajo la sombra de mis logros.

Cuando mi abuela llegó a este país durante la guerra civil española, estaba sola. Su marido había muerto luchando, pero ella llevaba en su vientre a mi padre, tu abuelo.

No sabía qué hacer, así que le pidió dinero prestado al hombre más rico del barrio para comprar una máquina de coser y así poder ganar algo de dinero haciendo ropa y reparaciones.

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Trabajó tan duro que le devolvió el dinero en un año y se convirtió en la modista más solicitada de la ciudad. Pero lo que nadie sabía era que usaba todos los restos de telas de la ropa de sus clientes y hacía ropa para los pobres. Nadie que llegara a su casa salía de ella con hambre o harapiento.

Diez años después, tenía una fábrica de ropa de moda muy cara. Contrataba a mujeres pobres del barrio para que trabajaran con ella y les pagaba buenos sueldos para que pudieran vivir con dignidad. Y seguía utilizando todos los restos de tela para hacer ropa para los pobres y para el orfanato local.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

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Tu bisabuela crio a mi padre y lo envió a la universidad. Pero cuando ella murió, él no heredó nada excepto la máquina de coser, la primera máquina de coser. Construyó su fortuna con esa máquina de coser, David, y me dio una buena vida y una buena educación.

Cuando murió, descubrí que la máquina de coser y la ética de trabajo que habían construido dos fortunas sobre el concepto de justicia y caridad eran mi herencia. Te transmito ese legado.

Eres libre de reinventarte, hijo mío, de elegir tu propio camino, de vivir tu propia aventura sin que te frene lo que yo hice o dejé de hacer. Te dejo esta preciosa máquina de coser que ha sido la base de tres fortunas.

Sé que en tus manos seguirá siendo un tesoro, la semilla del gran éxito que tendrás de tu vida".

Cuando David dejó la carta tenía lágrimas en los ojos. Pasó una mano cariñosa por la máquina de coser negra y sonrió. "Puedo hacer cualquier cosa", dijo. "¡Solo tengo que trabajar duro y usar mi imaginación!".

David, que era un gran aficionado al surf, empezó a pensar en lo aburridas que eran algunas de las fundas para tablas que había visto. Al día siguiente, desmontó una para ver cómo estaba hecha. Luego, tomó algunos de sus viejos jeans e hizo una nueva funda.

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Fue el comienzo de lo que pronto sería una apasionante marca internacional de ropa de surf fabricada únicamente con jeans reacondicionados. Años después, David fue invitado a montar una exposición en un museo de su ciudad, y en el centro de todo, estaba su mayor tesoro: la máquina de coser de su bisabuela.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La vida es mucho más que tener dinero: La riqueza adquirida a costa de los demás y sin retribución no tiene el mismo valor que la cosechada con perseverancia y trabajo duro.
  • Nuestro mayor legado es nuestra ética de trabajo y nuestras raíces: David heredó una rica historia de honestidad, bondad y abnegación y eso fue todo lo que necesitó para obtener lo que quería.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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