Mujer temerosa de perder a hijo adoptivo porque el padre obtuvo la custodia total recibe una oferta de trabajo del papá
Una mujer familiarizada con la crianza temporal recibió una llamada por un bebé recién nacido que necesitaba atención y apoyo. Ella aceptó al instante, sin saber qué le deparaba el futuro a ambos.
La dinámica del amor no siempre es fácil de describir o de entender. Casi siempre nos permite ver el mundo bajo una perspectiva muy diferente y nos hace vivir experiencias valiosas y transformadoras.
Esto fue lo que le sucedió a una mujer que, sin saber, abrió la puerta de su hogar y de su corazón a un niño que transformó totalmente su vida.
MADRE DE CRIANZA
Julie Long y su familia habían estado asociados con la crianza temporal durante ocho años cuando recibieron una llamada telefónica. No hubo nada nuevo en todo el proceso; ella estaba acostumbrada a recibir niños, cuidarlos y dejarlos ir.
La llamada era acerca de un bebé recién nacido llamado Braelyn. Él necesitaba que alguien lo cuidara mientras su padre biológico estaba intentando obtener su custodia total.
Al estar en medio de una batalla por la custodia, era extremadamente desalentador para el hombre cuidarlo a tiempo completo. Necesitaba a alguien confiable con quien pudiera dejar a Braelyn.
Julie parecía la candidata perfecta y ella no podía estar más feliz. Aceptó y le dio la bienvenida a Braelyn como su hijo adoptivo. Pero lo que ella no sabía en ese momento era cómo la experiencia cambiaría su vida.
DIFÍCIL DESPEDIDA
Como madre adoptiva, la parte más desafiante para ella siempre ha sido apegarse emocionalmente a los niños y después no saber cómo despedirse. En un artículo exclusivo para Love What Matters, ella compartió su experiencia y las dificultades que enfrenta.
“La parte más difícil es decir adiós, sin lugar a dudas. Cada vez que paso por un proceso de duelo, siento que con cada uno de ellos se va un pedazo de mi corazón y no tienen idea”, expresó Julie.
Según dijo, los niños que llegan a su hogar en forma temporal son pequeños de menos de 4 años, por lo que no guardan recuerdo de ellos en su memoria.
En una publicación de Facebook, la madre adoptiva de Vale, en Carolina del Norte, Estados Unidos, quiso explicar sus sentimientos al despedirse de sus bebés adoptivos.
Ella comentó que las personas a menudo se preguntan cómo hace para cuidarlos, sabiendo que se irán y que posiblemente no volverá a verlos.
“Simplemente lo haces. Luego lloras. Los abrazas cuando lo necesitan. Los alimentas. Juegas con ellos. Los amas. Los bebés adoptivos que van y vienen necesitan las mismas cosas que cualquier otro bebé”, dijo.
EL PEQUEÑO BRAELYN
Como siempre, Julie se involucró emocionalmente mientras cuidaba a Braelyn; el dulce niño valoraba su presencia y amor. Sin embargo, una parte de ella sabía que algún día tendría que despedirse de él, sin importar cuánto le doliera.
En una publicación de Instagram, compartió que ella fue la única a la que Braelyn conoció durante los primeros seis meses de su vida y que le angustiaba saber que algún día tendría que dejarlo ir.
Pero en lugar de preocuparse por el futuro, la madre adoptiva se centró en su presente y construyó una relación saludable con el padre biológico de Braelyn. Él hablaba español con fluidez, idioma que Julie no conocía, pero hizo su mejor esfuerzo y recogió los frutos.
“Después de unos meses, el padre me preguntó si podía cuidar a Braelyn mientras él trabajaba a tiempo completo. ¡Así que, por supuesto, dije que sí! Ese bebé volvió a mí de una manera que nunca imaginé. Dos años más tarde todavía lo cuido y estoy más que feliz por eso”, compartió.
“MAMÁ JULIE”
Tener a Braelyn en su vida le ha permitido verlo crecer y alcanzar sus hitos. Dijo estar extremadamente agradecida con el padre por dejarla ser una parte integral de su vida.
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El pequeño niño la llama “mamá Julie”, y eso le encanta. Si bien entiende que no es la madre del niño, para Braelyn es la única madre que ha conocido. Eso le ha permitido verlo crecer e ir descubriendo el mundo ante sus ojos.
El miedo a tener que despedirse algún día de ese adorable niño la acompaña siempre: “Todavía pienso a veces en que llegará el día cuando ya no me necesite como niñera. Será difícil. Pero hasta entonces, seré su mamá Julie y lo amaré como debería amarlo una madre”.
VALE LA PENA
A pesar del dolor de las despedidas, Julie expresó que la crianza temporal es en definitiva una experiencia emocionante para ella y su familia. Se siente contenta de que le ofreciera la oportunidad de conocer a Braelyn y ser parte de su vida.
Sin duda, la crianza temporal es un reto hermoso, que cambia la vida de muchos niños que, por cualquier razón, terminan en el sistema de acogida. La felicidad y la protección de esas criaturas debe ser siempre la prioridad para todos.
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