Adolescente despierta del coma y les dice a sus padres que ella no es su hija - Historia del día
Una adolescente despierta del coma tras sufrir un accidente casi mortal y le dice a los afligidos padres que ella en realidad no es su hija.
Ava y Mia eran las mejores amigas. Estaban en la misma clase y se parecían mucho. Tenían el pelo rojo y los ojos de color marrón avellana.
Aunque podrían haber pasado por gemelas, sabían que era imposible: Ava era de una familia rica, mientras que Mia fue criada por su abuela de clase trabajadora. Así que, al crecer, las dos creían que eran sus dobles.
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"Es posible", le dijo Ava a Mia un día. "Los científicos dicen que cada persona tiene al menos seis dobles en el mundo. Es una increíble coincidencia que las dos vivamos en el mismo lugar y seamos mejores amigas".
Ava y Mia fueron invitadas a ir de acampada con dos chicos que conocieron en una fiesta. La abuela de Mia, Carlota, disuadió insistentemente a su nieta de ir.
"Cariño, mi instinto me dice que no deberías ir. Parece que se avecina una tormenta. Está oscureciendo. Podría ser peligroso", le dijo Carlota. "Además, ¿desde cuándo conoces a estos chicos?".
Mia convenció a su abuela de que todo estaría bien. Esa noche, Ava, su amiga Sandra y los dos jóvenes llamados Jesús y Carlos, recogieron a Mia.
Ninguno sabía que Jesús, el que conducía, no tenía licencia de conducir. Había tomado el auto de sus padres sin permiso mientras ellos estaban fuera de la ciudad.
Lo que ocurrió a continuación fue lo que Carlota más temía. En la carretera, el carro derrapó en una vía oscura y resbaladiza. En el accidente murieron cuatro personas y solo sobrevivió una chica.
Un transeúnte que vio el accidente llamó inmediatamente a emergencias. Los médicos llegaron y colocaron la tarjeta de identificación de Ava Martínez a la superviviente. Le vendaron la cara y la trasladaron al hospital para tratar sus heridas.
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Los padres de Ava, Miguel y Estela, fueron notificados de que su hija había sufrido un accidente y había sobrevivido. Mientras tanto, la abuela de Mia fue llamada a la comisaría. Le informaron de que la chica había muerto en el incidente.
O al menos, eso es lo que todos pensaban...
La familia Martínez recibió de la policía las pertenencias de Ava, incluido su bolso favorito. Sin embargo, les dieron también un par de zapatos que no reconocieron.
"Deben estar equivocados. A nuestra Ava no le gusta llevar zapatos deportivos", dijo su madre, Estela, a la policía.
"Las chicas comparten la ropa todo el tiempo", respondió una mujer policía.
Miguel asintió. "Tiene razón. Ava debe haber estado usando los zapatos de Mia. Ya las conoces. Lo compartían todo".
Mientras Ava estuvo en coma, Miguel y Estela no se separaron de ella. Había alguien con la chica las 24 horas del día, por si pasaba algo.
Cada día en la UCI les costaba 2.000 dólares, pero era un pequeño precio que estaban dispuestos a pagar para asegurarse de que su hija volviera a casa.
Al cabo de un mes y medio, Ava empezó a mostrar signos de mejoría. Abrió los ojos y su familia se alegró mucho, saltando, abrazándose y sonriendo.
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La joven mejoró y un día fue capaz de levantar la mano. "¿Qué intentas decir, Ava?", le preguntó su madre.
La adolescente entreabrió los ojos y señaló el papel que había sobre la mesa a los pies de su cama. Su padre se lo entregó junto con un bolígrafo. Escribió: "Soy Mia".
En ese momento se reveló el secreto. Mia sobrevivió al accidente y Ava no. Miguel y Estela estaban destrozados, pero lo sospechaban. Habían notado las señales, pero no querían admitir la verdad.
Se miraron y lloraron. Finalmente, tenían que aceptar que su hija había muerto, debido a la confirmación de la propia Mia.
"Oh cariño", le dijo Estela a Mia. "Nos imaginamos que no eras Ava cuando vimos los zapatos deportivos, ella nunca usaba ese tipo de calzado".
"Sabemos que tu abuela no puede pagar las facturas del hospital, así que nos haremos cargo de todo. Te hemos visto crecer y además Ava y tú eran como hermanas. Siempre te hemos tratado como nuestra segunda hija", admitió Miguel.
Mia derramó lágrimas en silencio, mojando la venda que le cubría la cara. Era la primera vez que se enteraba del fallecimiento de Ava, y escuchar la bondad de Miguel y Estela le rompió aún más el corazón.
Tras la confirmación de la identidad de Mia, los padres de Ava trataron de contactar a Carlota, pero no tuvieron éxito. La mujer había salido de la ciudad y fue imposible comunicarse con ella.
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Entonces, la pareja cuidó de Mia hasta que recuperó la salud. Una vez que le dieron el alta del hospital, fueron a buscar a Carlota.
Condujeron hasta su casa esperando tener suerte esta vez y encontrarla allí. Sin embargo, la vecina de Carlota les reveló que estaba en el cementerio porque era el cumpleaños de su difunta nieta.
Miguel y Estela habían visitado la supuesta tumba de Mia semanas antes, donde, en cambio, yacía su hija Ava. Como sabían donde era, fueron allí y vieron a Carlota con un ramo de flores.
"Hola, Carlota", dijo Estela cuando se acercaron. "Tenemos algo que decirte".
Miguel y Estela le comunicaron lentamente la noticia de que Mia estaba viva. Compartieron lo que habían vivido en el hospital y le pidieron a Carlota que se fuera a casa con ellos, ya que Mia estaba esperando su regreso.
Carlota estaba llorando. Estaba abrumada por la emoción tras saber que su nieta estaba viva y que podría volver a verla. Fueron a casa de los padres de Ava y Carlota vio a Mia sentada en el sofá, de la misma manera que siempre lo hacía: con los dos pies en alto mientras sostenía un bol de palomitas entre sus brazos.
"Mi querida Mia. ¡Alabado sea el cielo que estás viva! No sabía cómo iba a vivir el resto de mi vida sin ti", dijo Carlota, abrazándola mientras lloraba.
Miguel y Estela tampoco pudieron contener las lágrimas. Aunque echaban mucho de menos a su hija, se comprometieron a cuidar de Mia y Carlota, a las que Ava veía como su familia extendida.
Dos años más tarde, Miguel y Estela tuvieron otro hijo. Se aseguraron de mantenerse en contacto con Carlota y Mia, y se convirtieron en una gran familia que siempre celebraría y honraría la vida de Ava.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Confía en tus presentimientos: Carlota tuvo la corazonada de que Mia no debía ir de acampada, pero Mia no le prestó atención. Al final, un accidente fatal le costó la vida a sus amigos y solo ella sobrevivió.
- Siempre es bueno ayudar al necesitado: Aunque Miguel y Estela tenían el corazón roto tras perder a su hija, sabían que debían salvar a Mia. Esto creó un vínculo de por vida entre ellos, Mia y Carlota.
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