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Escaleras de un sótano | Fuente: Shutterstock
Escaleras de un sótano | Fuente: Shutterstock

Mamá regresa de viaje de negocios y se entera de que hijo de 5 años pasó la noche en un sótano con la puerta trabada - Historia del día

Guadalupe Campos
22 may 2022
10:15

Sylvia estaba lista para ir a un viaje de negocios, y sería la primera vez que dejaría a su hijo, Ricardo, con su padrastro, José. Estaba preocupada, pero José le aseguró que todo estaría bien. Cuando volvió, sin embargo, se llevó el susto de su vida.

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"Bueno, pero ¿estás seguro de que podrás con Ricardo?", preguntó Sylvia a su esposo. Era por lo menos la décima vez que insistía sobre este punto. Ella tenía que visitar a un cliente en una ciudad cercana, y José quedaría un día completo solo a cargo del niño por primera vez.

"Por supuesto, cariño. ¡Ricardo y yo nos divertiremos mucho!", dijo, sonriendo ampliamente.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Sylvia lo miró con desconfianza. Sabía que se divertirían, pero eso casi que la preocupaba más: su esposo era a veces tan infantil como su hijo.

Ricardo no era hijo biológico de él, sino de una relación anterior. El chico tenía seis años, y ella llevaba un año casada con José. El padre del niño la había abandonado tan pronto como el bebé nació, y le había costado volver a confiar en un hombre.

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Su marido y su hijo se llevaban de maravilla. A los dos les gustaban los videojuegos y jugar al básquet en el jardín. Ambos eran amantes de los superhéroes. El problema, claro, era que a veces Sylvia sentía que era la única persona adulta de la casa.

"Bueno, confiaré en ti", dijo a su marido. Tomó su bolso de mano, dio un beso a cada uno y se marchó. Con un poco de suerte, se dijo, la experiencia de cuidar 24 horas completas a un pequeño terremoto de seis años le haría entender a José que él ya no era un niño.

José y Ricardo la pasaron de maravilla. Jugaron con cochecitos de juguete, disfrutaron de algunos videojuegos en la consola y se comieron toda la comida chatarra que Sylvia nunca les permitiría comer. "Este tiene que ser nuestro pequeño secreto, ¿de acuerdo?", le dijo José a Ricardo, quien asintió con una sonrisa cómplice.

Después de todos sus juegos, decidieron ver una película, y José se puso su favorita, "Cazafantasmas". Pero se quedó dormido rápidamente después de que el subidón del azúcar desapareciera. Se despertó en medio de la noche, apagó la televisión y se fue a su dormitorio a dormir.

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Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

"¡Hola, he vuelto!", saludó Sylvia cuando regresó a casa. Había vuelto a casa bien temprano, para compartir el desayuno con sus dos amores. La casa era un desastre, regada con juguetes por todas partes. Vio dulces y envoltorios de comida en lugares insólitos. Pero bueno, eso ella se lo esperaba.

José salió a la sala de estar, frotándose los ojos y el pelo. Claramente, acababa de despertarse. "Hola cariño, ¡volviste antes de tiempo!", dijo.

Sylvia lo besó y dejó su bolso en el sofá. "Lo sé, pero no me gusta estar tanto rato fuera de casa. Haré el desayuno, ¿sí?". Mientras ordenaba lo mínimo para poder trabajar en la mesada, agregó: "Algo me dice que Ricardo no se debe haber bañado anoche, ¿verdad? ¿Puedes despertarlo?".

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"Claro, cariño", dijo José bostezando, y subió a la habitación. Desde allí, Sylvia lo oyó gritar: "¡Ricardo!".

Sylvia dejó caer la cafetera que tenía entre manos y corrió a la habitación del niño. "¿Qué pasa?", preguntó. Ricardo no estaba en su cama. José comenzó a buscar por la casa, revisando los armarios, revisando el dormitorio de invitados... pero Ricardo no estaba en ninguna parte.

"¿DÓNDE ESTÁ MI HIJO, JOSÉ?", se preocupó e indignó la madre.

"No sé... No lo sé, Sylvia. Anoche nos quedamos dormidos mirando una película y cuando me desperté no estaba, supuse que se había ido a su cuarto", dijo él, con la voz ronca de angustia. Sylvia tomó su teléfono, desesperada. "¡Un adulto responsable hubiera chequeado!", le gritó. "¡Llamaré a la policía!".

De repente, un sonido les llegó de algún lugar de su casa. "¡Mami!".

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Shutterstock

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"¡Ese es Ricardo!", gritó Sylvia a José, y corrieron hacia la voz que venía del sótano. La puerta estaba atascada, y podían oír a Ricardo gritar.

"¡Aléjate de la puerta, Ricky! ¡Voy a abrirla de una patada!" gritó José. Por suerte, una patada contundente bastó, y Ricardo corrió hacia los brazos de Sylvia.

"¡Oh, mi cielo!" Exhaló. "¿Qué ha pasado? ¿Por qué estabas en el sótano?".

"¡Quería atrapar a algunos fantasmas!", respondió. Su voz sonaba apagada porque se negó a soltar a su madre.

"¿Qué?".

"Anoche vimos 'Cazafantasmas'", explicó su esposo.

"Me imaginé que todos los fantasmas estaban en el sótano. ¡Pero me cansé, y después la puerta no se abría! Grité, pero nadie vino", continuó Ricardo, mirando a su madre con lágrimas en los ojos.

"¡Está bien! Todo está bien ahora, cariño", lo reconfortó Sylvia. "Vamos a meterte en el baño y olvidémonos de todo esto".

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Mientras Ricardo estaba distraído en el baño, Sylvia regañó a José por ser tan descuidado. Él se disculpó y prometió que nada de eso volvería a suceder. Sylvia lo perdonó rápidamente porque no había pasado nada terrible. Todo el mundo estaba a salvo.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Shutterstock

A partir de entonces, José se puso mucho más serio con Ricardo. Claro que seguía jugando con él, pero aprendió que necesitaba ser un adulto con el niño. Sylvia estaba orgullosa de su marido, y finalmente confió plenamente en él para cuidar a su hijo.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

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  • Siempre tienes que supervisar a los niños. José era un poco descuidado, y no se dio cuenta de que Ricardo no estaba. Debería haber comprobado que estaba a salvo antes de volver a dormir.
  • La confianza es algo que se construye con el tiempo y con esfuerzo. José logró ganarse la confianza de Sylvia una vez que comenzó a actuar como un adulto con su hijo.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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