logo
página principalHistorias Inspiradoras
Un hombre durmiendo en la calle | Foto: Shutterstock
Un hombre durmiendo en la calle | Foto: Shutterstock

Mujer rica se despierta por la mañana y se encuentra tirada en la calle junto a un indigente sucio - Historia del día

Mayra Pérez
22 may 2022
16:05

Una noche, una mujer desconsolada decide caminar de regreso a casa, solo para despertarse por la mañana acostada en la calle junto a un vagabundo al que no había visto en su vida.

Publicidad

Sofía Pereira era millonaria y propietaria de una gran empresa de cosméticos. Había comenzado a salir con Patricio, un contador de su empresa que la ayudaba a administrar el negocio.

Ella le regaló una casa, una motocicleta, dos autos y muchos otros lujos a lo largo de los años, pensando que pasarían el resto de sus vidas juntos. Desafortunadamente, estaba equivocada. Él terminó la relación.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Eres demasiado fuerte e independiente para mí. Es mejor que nos separemos”, le dijo.

Sofía estaba devastada. No podía soportar estar en la casa, ya que todo le recordaba su relación. Decidió llamar a su amiga Sabrina y contarle sus penas. La invitó a cenar a un restaurante donde lloró por horas.

Publicidad

“No sé cómo puedo volver a casa. Cada rincón me recuerda a él”, sollozó a su amiga. Ella intentó ayudarla, y se le ocurrió la peor de las sugerencias.

“Cuando la vida se vuelve demasiado difícil de manejar, por lo general tomo pastillas para dormir. ¿Quieres algunas? Podría ayudarte a sobrellevar el dolor”, ofreció Sabrina. Sofía aceptó, y se las tomó sin siquiera pensar en las consecuencias.

Cuando terminaron de cenar, ya se estaba haciendo tarde. Sofía no estaba segura de poder conducir luego de tomar el medicamento, así que decidió regresar caminando. Aprovecharía de tomar aire fresco y despejarse un poco.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

La noche era tranquila y cálida, y muchas estrellas iluminaban el cielo. Miró hacia arriba, y no pudo evitar fantasear en lo agradable que sería caminar por las calles junto a Patricio en ese momento.

Publicidad

Decidió sentarse en el césped del parque cercano por unos minutos, y de pronto sintió que se le nublaba la mente por efecto de las pastillas, y se quedó dormida.

A la mañana siguiente, Sofía se despertó desorientada. Cuando abrió los ojos, pudo sentir el sol brillante que cegaba sus ojos. Movió un poco las piernas, solo para darse cuenta de que no estaba en su cama.

El pánico comenzó a invadirla, y se incorporó de inmediato. Su costoso traje de negocios estaba sucio y no recordaba cómo es que había terminado en la calle. “¿Qué hago aquí?”, se preguntó a sí misma.

Percibió un hedor espantoso que le provocó náuseas. Se dio la vuelta y quedó impactada al ver a un vagabundo acostado a su lado. ¡Estaba horrorizada!. Intentó huir, pero el hombre la detuvo. “¿Estás bien?”, le preguntó.

Su gesto la asustó, hasta que se percató que no sentía ningún dolor y tenía todas sus pertenencias encima. Intentó calmarse y le preguntó al hombre qué le había pasado.

“Anoche te vi durmiendo en la hierba. Muchas personas intentaron robarte, y te protegí diciendo que estabas conmigo. Quería asegurarme de que estuvieras bien, así que me quedé a tu lado para protegerte, pero también me quedé dormido”, dijo el hombre.

Publicidad

Ella le agradeció por su amabilidad antes de llamar a Sabrina y pedirle que la buscara. Su amiga llegó aproximadamente media hora después.

Antes de irse, Sofía le dijo: “Te agradezco mucho lo que hiciste anoche por mí. Desearía poder darte más que esto, pero este es todo el dinero que tengo", dijo, entregándole algunos billetes.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

La noche siguiente, mientras Sofía conducía a casa desde el trabajo, buscó al vagabundo. Estaba en la calle, pidiendo comida. Decidió invitarlo a cenar a un restaurante. “Por favor, es lo menos que puedo hacer después de lo que hiciste por mí ayer”, le dijo.

Publicidad

Mientras caminaban hacia el restaurante, Sofía y el hombre se presentaron. Su nombre era Luis Enrique y tenía solo 32 años, apenas dos más que Sofía. El hombre ordenó una comida abundante y durante la cena le contó toda su historia.

“Era químico. Hace un año, vendí mi casa para desarrollar esta nueva fórmula de crema antienvejecimiento. Después de invertir todo mi dinero, mis socios me estafaron y lo perdí todo. Quedé en la calle”, reveló.

Sofía estaba asombrada. Le contó que era propietaria de una empresa de cosméticos y que estaba formulando una línea para el cuidado de la piel.

“Me encantaría ofrecerte un trabajo en mi empresa y comprar una patente a tu nombre para esa increíble fórmula que creaste”, le dijo.

La comida se extendió por horas. Hablaron sobre sus pasiones, negocios y muchos otros temas. Antes de irse, Sofía le pidió a Luis Enrique que visitara su oficina al día siguiente.

También le ayudó a reservar una habitación en un hotel, para que pudiera asearse y dormir bajo techo, y le dio algo de dinero. Luis Enrique usó una parte para afeitarse y cortarse el pelo y compró algo de ropa para el día siguiente. Cuando llegó a la oficina, Sofía casi no pudo reconocerlo.

Publicidad

“¿Eres realmente tú?”, le preguntó, asombrada por la transformación.

Tenía frente a ella a un joven atractivo y con el tiempo, supo que también era un brillante y exitoso químico, así como un ser humano maravilloso. En poco tiempo, superó su ruptura.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Todos somos iguales y debemos tratarnos así. Luis Enrique protegió a Sofía cuando se desmayó en el césped. En agradecimiento, ella lo invitó a comer en un restaurante, a pesar de su olor y aspecto.
  • No se debe juzgar a las personas por su apariencia. Sofía estaba nerviosa de que el vagabundo pudiera haberle hecho algo, y descubrió que él la había protegido en una noche difícil.
Publicidad

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares