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Una pareja en el bosque | Foto: Shutterstock
Una pareja en el bosque | Foto: Shutterstock

Mujer atrapa a su marido mintiéndole por primera vez en 48 años: al otro día él la lleva al bosque - Historia del día

Mayra Pérez
28 may 2022
09:05

Todos los miércoles, Kevin dejaba a su esposa Sarah con sus perros y se iba a pescar al lago en el bosque. Un día, ella descubrió que él había estado mintiendo. Cuando lo enfrentó, la llevó al bosque y le reveló la verdad.

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Kevin y Sarah llevaban casi cinco décadas juntos, pero su amor nunca había mermado. Cuando él se jubiló, la pareja compró una casa tranquila en las afueras de una hermosa ciudad, donde vivían haciéndose compañía mutuamente.

Hacían juntos las tareas del hogar, las compras y se turnaban para pasear a sus perros. Pero recientemente, Kevin había descubierto su amor por la pesca, así que cada miércoles se iba a un lago cercano, a disfrutar de su pasión.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Kevin había conocido a Sarah en una clase de historia. Ambos eran competidores y perfeccionistas. A menudo discutían en clase para demostrar quién era mejor. Poco después se dieron cuenta de que estaban enamorados.

Se casaron y tuvieron dos hermosos hijos que ya eran adultos y habían abandonado el nido. Después de la jubilación de Kevin, compraron una villa tranquila en las afueras de la ciudad. Era un lugar lleno de encanto.

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Estaba ubicado en un paisaje pintoresco rodeado de lagos y bosques, y la pareja sintió que esta casa rústica sería su paraíso hasta su último aliento.

Poco después de mudarse, Sarah se sorprendió con el pasatiempo de pesca de Kevin. Nunca antes lo había visto tan emocionado como cuando empacaba sus cosas en su garaje los martes por la noche.

“¡No te preocupes, cariño! ¡Iré con Eduardo, el vecino y él llevará el desayuno y el almuerzo!”, le dijo a su esposa.

Kevin solía salir temprano de casa todos los miércoles por la mañana. Tomaba una taza de té y besaba a Sarah mientras ella dormía.

“¡Chicos, cuiden a mamá!”, le decía a sus tres perros después de darles sus golosinas favoritas. Kevin pasaba afuera todo el día y regresaba muy tarde en la noche, y algunas veces, al día siguiente. Eso último siempre le pareció extraño a Sarah, ya que el lugar de pesca estaba en el bosque cercano, muy cerca de su hogar.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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“¡Vaya, esa es una gran captura, Kev!”, exclamó Sarah una noche, después de ver una canasta llena de pescado fresco con la que había regresado.

Después de la cena, Kevin se jactaba de su gran día en el lago. A menudo le contaba historias a Sarah de cómo se le habían escapado los mejores ejemplares.

“Y hoy, hubiera traído más si no hubiera estado tan ventoso ahí afuera…”, exclamó con alegría.

La pasión de Kevin por la pesca había durado cerca de seis meses, cuando Sarah se enteró de la verdad. Supo que su esposo le había estado mintiendo cada semana.

“¡Lo sorprenderé para la cena!”, murmuró Sarah mientras marchaba hacia el mercado uno de esos miércoles. “Le tendré lista una gran comida…”

“¡Hola, señora Paula!”, saludó Sarah. Ella era cliente habitual de Paula y le contó que le iba a preparar una comida muy especial a su esposo, aprovechando que estaba pescando todo el día.

“¿Está de pesca?”, le preguntó Paula. “¿Entonces no pasará esta noche a comprar pescado fresco? ¡Le tenía reservados los mejores!”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Sara estaba desconcertada. No entendía a qué se refería Paula y no pudo disimular su sorpresa. Le pidió que le explicara mejor.

“¡Kevin suele venir aquí todos los miércoles por la noche para comprar pescado fresco!”, reveló Paula, “y yo le dejo reservados los mejores”.

De pronto la verdad golpeó en el rostro de Sarah: Kevin nunca había ido a pescar en el lago. La engañaba con el pescado fresco que había estado comprando en el mercado, y ella estaba decidida a averiguar porque. Primero, se dirigió a la casa de su vecino Eduardo.

Cuando se acercó a la casa del vecino, lo vio a través de la ventana. Se suponía que estaba pescando con su esposo, y pensó que lo mejor era confrontarlo.

“¡Hola, Eduardo!”, saludó. “¿No fuiste a pescar con Kevin hoy? Pensé que iban a pescar juntos los miércoles”.

“¿Pescando? ¿Los miércoles? ¡De ninguna manera! Nunca he ido a pescar con Kevin”, le reveló Eduardo a una sorprendida Sarah. Ella se disculpó y se apresuró por regresar a casa.

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Un par de horas después, Kevin regresó con una canasta llena de pescados. Le sonrió a Sarah y le comentó de lo agotador que había sido pescar todo el día con Eduardo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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“... ¿Y sabes lo que hizo? ¡Robó algunos peces de mi canasta y lo atrapé!”, exclamó y se rio divertido. Sarah lo miraba en silencio. Después de escuchar su historia inventada, le dijo que tenían que hablar.

Kevin nunca había visto a Sarah sonar tan seria. “¿Qué pasa, cariño?”, tartamudeó. “¿Está todo bien?”.

Sarah lo miró intensamente. Lo agarró de las manos y lo llevó a la cocina que olía a una cena deliciosa. Kevin no sabía lo que estaba pasando.

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“Te preparé una cena especial que compré hoy en el mercado de la señora Paula”, le dijo. “Y ella se mostró muy sorprendida al saber que pescabas cada miércoles”

Kevin entendió de inmediato lo que había ocurrido y sabía que su esposa estaba furiosa e indignada.

“Ya no quiero vivir contigo... me has estado mintiendo cada miércoles, ¡y Dios sabe lo has estado haciendo!”. Sara explotó. “¡Pensé que no había secretos entre nosotros!”.

Kevin le rogó a Sarah que le diera la oportunidad de explicárselo por la mañana. Sarah estuvo de acuerdo. Esa noche no logró conciliar el sueño...

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¿Estás lista?”, le preguntó a Sarah al día siguiente. Parecía muy confiado. Tomó una ruta diferente para ir al bosque y todo el camino permanecieron en silencio.

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“Bájate... tenemos que caminar un poco”, le dijo a Sarah al llegar.

Tomó sus bolsas de pesca y la acompañó al bosque. Unos minutos más tarde, la pareja llegó a un lago alineado con árboles y colinas al fondo. El paisaje era impresionante y pintoresco.

“Vamos, solo unos pasos más”, le dijo Kevin a Sarah mientras tomaba su mano y la llevaba hasta una adorable casita de madera incompleta junto al lago. Estaba atónita.

Kevin le dijo que la había estado construyendo durante los últimos seis meses. “Será para nuestras escapadas de fin de semana con nuestros nietos”, reveló. “Quería darte una gran sorpresa, pero ahora veo que no debí mentirte y me disculpo por eso”.

“Oh, cariño… ¡Yo también lo siento mucho! Debí tener más confianza en ti”, dijo Sarah, y se echó a llorar. “¡Hagamos esto juntos!”, propuso.

Sacó las herramientas de la bolsa de pesca de Kevin y le dijo que lo ayudaría a completar la casa. Después del incidente, su relación quedó fortalecida y cada uno aprendió una valiosa lección.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • No permitas que las pequeñas dudas y malentendidos debiliten su relación. Kevin y Sarah llevaban años de feliz relación. Pero cuando ella descubrió que él había estado mintiendo, quiso romper su matrimonio. Afortunadamente, aceptó escuchar su explicación.
  • Pide disculpas y trata de corregir los errores antes de que sea demasiado tarde. Tanto Kevin como Sarah cometieron errores, él al mentirle y ella al desconfiar de él sin escuchar su explicación. Pero se disculparon mutuamente y el episodio solo fortaleció su relación.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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