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Una casa | Foto: Shutterstock
Una casa | Foto: Shutterstock

Mujer se acerca con un pastel a conocer a su nueva vecina y se va después de que llega la policía - Historia del día

Vanessa Guzmán
27 jul 2022
06:00

Cuando Julia finalmente decidió hacer una nueva amiga, no esperaba compartir uno de los días más angustiosos de la vida de su vecina. Mucho menos, terminar llamando a la policía.

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Julia Briceño tenía dos voces en su cabeza. Una voz la impulsaba a quedarse en casa, creyendo que era una inadaptada entre los vecinos. Y la otra voz quería que ella saliera y fuera ella misma sin importarle encajar. Un día decidió sorprenderse a sí misma y escuchar la segunda voz: “Tengo que salir de casa hoy”, pensó.

Habían pasado tres semanas desde que Julia y su esposo Ernesto se mudaron a la gran ciudad. Y habían pasado tres semanas desde que Julia se había refugiado en su nuevo hogar palaciego. Ella no estaba acostumbrada a vivir entre tanto lujo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Estaba genuinamente feliz por la gran promoción y el éxito de su esposo. Su mundo cambió rápidamente, con una lujosa casa nueva, un automóvil de la empresa y un montón de ventajas que Julia no entendía del todo.

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Ella y Ernesto habían soñado con esta nueva vida, pero cuando finalmente llegó, Julia se sintió muy intimidada por ella. Desde las pinturas abstractas de las paredes hasta las funciones de las duchas en el baño. Tenía mucho que comprender y aprender.

Hizo lo mejor que pudo para ocultarle este sentimiento a su esposo, pero él había comenzado a darse cuenta de su vacilación.

“Ya era hora de que eso cambiara”, pensó Julia mientras se ponía el delantal. Tenía el plan perfecto para ganarse a sus vecinos. Puede que no tuviera la ropa o el vocabulario de lujo, pero tenía el poder de hacer el pastel de arándanos más irresistible y delicioso.

El plan era sencillo. Julia horneaba un pastel al día y se lo llevaba a uno de sus vecinos como regalo con la excusa de presentarse y hacer algunas amistades.

El plan podría ser un poco anticuado. Pero, ¿quién podría decir que no a su pastel?

Primera parada: la casa de enfrente.

La mujer de la hermosa casa al otro lado de la calle era la única cara familiar del vecindario para Julia. La hermosa mujer la saludaba cada vez que la veía en el césped. Extrañamente, Julia sintió que ella la entendería y no la juzgaría por ser una mujer sencilla.

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Julia llevó el pastel tibio y recién horneado en una mano y cruzó la calle. Justo cuando practicaba su sonrisa amable y se acercaba al camino de entrada, un coche pasó chirriando junto a ella en la dirección opuesta. Esto la alarmó, pero logró recomponerse rápidamente antes de tocar el timbre.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Después de una larga espera, la mujer finalmente abrió la puerta. Parecía un poco nerviosa, pero su dulce voz lo cubrió.

"Hola. Soy tu nueva vecina, Julia Briceño. Pensé que debía venir a saludarte y presentarme".

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Julia trató de no sonar demasiado ansiosa. Al mismo tiempo, notó que algo andaba mal con la mujer. Parecía cortarle devolverle la sonrisa a Julia y no hacía contacto visual.

"Ah, y también te traje el mejor pastel que hayas probado en tu vida".

La mujer se estremeció y volvió a la realidad y dijo: "Por supuesto, qué descortés de mi parte. Hola, soy Clara Mijares. ¡Ese pastel se ve delicioso!".

Clara intentaba sonar sincera, pero no podía engañar a Julia.

"Bueno, lo saqué recién del horno, lo que significa que me está quemando la mano. ¿Puedo ponerlo en algún lugar?".

Clara sabía que no podía seguir actuando distante. "Sí, por supuesto, por favor entra".

Cuando Julia entró en la casa, se sintió como si hubiera entrado en un mundo completamente diferente. Las paredes sutilmente texturizadas, los jarrones de flores en cada rincón y los candelabros majestuosamente anchos casi le quitaron el aliento a Julia.

"Por favor, déjalo aquí junto al sofá", dijo Clara.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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"En realidad, si está bien, necesito guardarlo en un rincón cálido de la cocina". Al decir esto, Julia comenzó a caminar hacia la cocina.

"¡No, no lo hagas!". Clara trató de detenerla, pero ya era demasiado tarde. Julia ya había notado el impactante desastre.

Había fragmentos de vidrio y cerámica esparcidos por todo el piso. Los estantes estaban medio abiertos, la puerta del lavavajillas estaba rota y había una abolladura en el refrigerador.

También notó que un tazón de cereal de plástico de colores brillantes se volcó y había leche y cereal derramado por todo su alrededor.

Julia estaba sorprendida y preocupada. Algo terrible acababa de ocurrir allí. ¿Podría estar relacionado con el coche que había salido a toda velocidad? Incluso sin conocer a Clara o su historia, Julia sabía que su vecina estaba en problemas.

"¿Qué pasó aquí?", preguntó Julia.

Clara trató de esquivar la pregunta, pero Julia no parecía dispuesta a dejarlo pasar.

"No es nada. Solo mi esposo... se puso un poco agresivo después de una discusión. Destrozó la cocina y se fue".

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"¿Estás bien, cariño? Ven, siéntate". Julia trató de calmarla. Clara obviamente estaba más estresada de lo que dejaba ver.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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"No, necesito llamarlo. Tiene que volver. No puede irse así". Clara estaba llamando frenéticamente a su marido una y otra vez, pero fue en vano.

Julia le trajo un vaso de agua. "Clara, háblame. ¿Qué pasó realmente? ¿Se fue como si nunca fuera a volver?".

Clara gritó: "¡No me importa si no va a volver! ¡Pero esta vez se ha llevado a mi hija con él!".

Clara explicó que su esposo se había ido antes, pero que últimamente había estado amenazando con dejarla y separarla de la vida de su hija de 4 años, Marissa.

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"Bueno, eso lo cambia todo", Julia se puso de pie y comenzó a marcar en su teléfono.

"¿Qué estás haciendo?", preguntó Clara.

"Voy a llamar a la policía. Esto termina ahora".

"¡No! Si llamas a la policía, mi familia lo sabrá". Clara trató de detenerla.

Julia estaba desconcertada y le preguntó por qué importaba.

"Eso no sentará bien. Mi familia se preocupa por su reputación. No entiendes cómo funcionan las cosas aquí".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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Julia no podía creer lo que acababa de escuchar. Una ola de ira golpeó su cuerpo. "No, no lo sé. No entiendo cómo funcionan las cosas aquí. No entiendo cómo funcionan las relaciones sociales aquí, al igual que no entiendo el arte, la estética o el brunch. Pero me sorprende cómo puedes preocuparte por el qué dirán cuando la seguridad de tu propia niña esté en entredicho".

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"Solo respóndeme a esto: ¿Quieres que Marissa regrese a casa a salvo o no?".

Clara se sorprendió por la brusquedad de Julia, pero sabía que tenía razón. Julia no perdió ni un minuto antes de denunciar el incidente a la policía.

La policía llegó en 20 minutos y tomó toda la información necesaria. Esa noche, Julia se quedó al lado de Clara. La alimentó, la escuchó hablar con el corazón y la consoló.

En algún momento pasada la medianoche, llamaron a la puerta. ¡Marissa estaba de vuelta en casa! Su esposo había sido atrapado tratando de salir de la ciudad y pasaría la noche en la cárcel.

Julia sintió una sensación de alivio y satisfacción al ver a la madre y la hija reunidas. Sabía que probablemente había cruzado algunos límites con su vecina, pero estaba feliz de poder ayudarla.

Dos días después, Julia se despertó con la voz de Ernesto.

"Julia, Clara está aquí. Dice que quiere darte una demostración de 'brunch'".

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Julia sonrió ante el sentido del humor de Clara. Tenía la sensación de que iban a ser buenas amigas en los años venideros.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • No dudes en ofrecer ayuda siempre que puedas: Nunca se sabe quién puede necesitar tus palabras de aliento, guía o apoyo. En este caso, Julia dio un paso audaz al ofrecer su punto de vista honesto y terminó reuniendo a una madre y una hija.
  • Las amistades se basan en buenas intenciones y acciones, no en "encajar": Al principio, Julia dudaba de sí misma, pero cuando se trataba de hacer lo correcto, mostraba franqueza e integridad. Esto terminó ganándole una buena amiga.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo para fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si desea compartir su historia, envíela a info@amomama.com.

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