Nieta convence a su abuelo de sacar a hermano del testamento: la mansión que ella heredó es demolida 1 año después - Historia del día

Un abuelo decide dejar sus bienes a sus nietos, pero su nieta le insta a que deje a su hermano fuera del testamento. Al final cumple. Un año después, cuando decide demoler la mansión que heredó, el hermano hace algo inesperado.

A Carlos Mendoza, de 88 años, solo le quedaba un mes de vida. Le diagnosticaron una afección cardíaca progresiva que le permitiría vivir muy poco si se cuidaba excepcionalmente y evitaba el estrés.

Pero Carlos estaba realmente estresado. Estaba preocupado porque le había dado instrucciones a su abogado, el Sr. Pérez, para redactar su testamento y legar sus bienes, incluida su enorme mansión, a sus nietos, y esto provocó una ruptura entre ellos.

Su nieta, Melissa, quería a su hermano, Juan, fuera del testamento, por la única razón de que ella era una mujer. "Sabes lo difícil que es para una mujer salir adelante en la vida y hacer una fortuna. Juan tiene una ventaja porque es un hombre y ya le está yendo bastante bien en la vida".

Carlos desaprobó la idea de ser parcial con sus nietos, pero después de pensarlo un poco, se dio cuenta de que Melissa no estaba del todo equivocada.

Luego de la muerte de los padres de Juan y Melissa, Carlos los crio solo, ya que su esposa había muerto al traer a su único hijo al mundo.

Juan era un hombre de negocios que tenía todo lo que buscaba en la vida: una carrera maravillosa, una familia, una casa hermosa y mucho dinero. Mientras tanto, Melissa tenía 20 años y luchaba por equilibrar la vida y la universidad mientras dirigía un pequeño emprendimiento.

Así que Carlos decidió dejarle la mayor parte de su herencia y su mansión, a Melissa, mientras que Juan recibiría una asignación de $10.000.

Cuando Carlos murió un mes después, su abogado leyó el testamento. Le dio a Juan la carta que Carlos le había dejado. En la carta, el difunto explicaba por qué le dio la mansión a Melissa.

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"¡Esto es una completa tontería!", expresó Juan, enfurecido. "¿Él te dejó la mansión porque te tenía lástima? Por el amor de Dios, Melissa, ¿no tienes conciencia? ¡Tú lo obligaste a hacer esto!".

"¿Qué quieres decir, Juan?", respondió ella. "¡Eso es lo que el abuelo decidió hacer! Le fui sincera sobre mis sentimientos, pero al final fue su decisión, ¡así que es mejor que tengas cuidado con lo que dices!".

"¡No puedo creer que lo hayas manipulado tanto! ¡Deberíamos tener partes iguales en esa casa! ¿Cómo pudiste?".

"¡De ninguna manera!", interrumpió Melissa. "¡No te daré nada! ¡Y no puedes convencerme de lo contrario!".

Poco después, Melissa se mudó a la mansión que Carlos le había dejado. Toda la propiedad era impresionante. Las bellas obras de arte adornaban sus paredes y cada habitación estaba meticulosamente amueblada. Para Melissa, se sentía como si estuviera viviendo en un palacio.

Sin embargo, un año después de mudarse, comenzó a escuchar ruidos extraños. Una vez, se despertó en medio de la noche con los ruidos y llamó al 911 porque estaba aterrorizada de que alguien hubiera entrado en la casa. Los policías llegaron y revisaron la propiedad, pero no encontraron nada inusual.

Sin embargo, los ruidos no cesaron. Los días siguientes se hicieron más fuertes y se prolongaron por algunas semanas. Llamó a la policía nuevamente, pero no pudieron encontrar nada. Melissa estaba segura de que los sonidos no provenían de su cabeza, por lo que instaló cámaras por toda la casa.

El sistema de vigilancia no registró nada significativo, aunque los sonidos continuaron. Estaba tan frustrada con el ruido constante que al final decidió vender la casa.

Desafortunadamente, se había extendido el rumor de que la casa estaba embrujada, por lo que no pudo encontrar un solo comprador para ella. En ese momento, Melissa decidió que tal vez podía hacer un emprendimiento comercial con la propiedad y convertirla en un hostal: la fama de casa embrujada hasta podía serle comercialmente rentable.

El inspector local se negó a darle la habilitación alegando que se encontraba en un sitio residencial, donde no estaban permitidos ese tipo de establecimientos.

"¿Entonces qué hago ahora?", le preguntó al inspector local, abatida.

"Te sugiero que te deshagas de ella encontrando un comprador. De lo contrario, prepárate para encuentros con las autoridades, para obtener permisos y, sí, lo más importante, tendrás que ser paciente. Después de todo, estos procesos pueden ser complicados a veces".

Melissa ahora estaba completamente confundida sobre qué hacer, ya que había pasado semanas tratando de encontrar un comprador y había sido inútil. Se preguntó si realmente debería seguir adelante con la sugerencia del inspector hasta que recibió una sorprendente llamada de Juan.

"Escuché que tuviste problemas con la mansión, Melissa", dijo. "¿Por qué no me lo vendes más barato? Vamos, no seas tonta y acepta la oferta".

"¿Pero por qué lo comprarías?", inquirió sospechosamente. "Los ruidos extraños me mantienen despierta toda la noche, y la propiedad no puede ser demolida”.

Él rio. "Siempre quise vivir en esa casa. No me importa si tengo que lidiar con los ruidos. De todos modos, reunámonos para discutirlo. ¿Qué piensas?".

Melissa lo pensó y se dio cuenta de que no era una mala idea. Después de todo, ella quería deshacerse de la mansión. ¿Qué había de malo en que Juan la comprara? Así que ella estuvo de acuerdo.

Pero esa noche, mientras reflexionaba sobre los eventos del año anterior, cómo de repente comenzó a escuchar ruidos y luego a Juan proponiéndole comprar la casa, sintió que algo estaba mal y comenzó a analizar el escenario.

Pidió ayuda a la policía, les contó todo y les pidió que vigilaran discretamente su casa durante una semana.

Fue difícil persuadirlos, pero ella afirmó que sospechaba que su hermano podría estar involucrado en todo esto. Sobre todo, después de que la llamó de repente con la intención de comprar la mansión a precio más bajo.

Sorprendentemente, cuando los policías comenzaron a patrullar afuera de su casa, notaron algo extraño. Encontraron a un hombre colándose en la casa a altas horas de la noche y lo detuvieron. Cuando se le preguntó cómo evitó las cámaras, reveló toda la historia.

"Su hermano me contrató. Me indicó que la asustara para que saliera de la casa. Solo estaba haciendo lo que me indicaron. Soy un experto en eso, así que evadir las cámaras no fue demasiado difícil. Tenía la intención de hacerlo hasta que la mujer que vive aquí le vendiera la propiedad a su hermano".

Melissa no podía creerlo. ¿Juan había hecho esto? Ella lo denunció a la policía y lo demandó por daños morales para que sufriera por lo que hizo.

Al final, con el corazón apesadumbrado, Melissa decidió demoler la mansión. Consideraba que la propiedad no era nada más que la raíz del mal.

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Luego se mudó a un lugar diferente, lejos de Juan, después de recibir una generosa compensación por la tierra y romper relaciones con él, aliviada de que nunca más invadieran su privacidad.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Tu familia no está obligada a dejarte una herencia: Si lo hacen, agradece por ello. Juan no podía digerir que Carlos lo había dejado con un pequeño estipendio y quería la mansión a toda costa. Hasta cierto punto, tuvo éxito, pero Melissa lo burló.
• No dejes que la codicia saque lo peor de ti: Juan olvidó todo en medio de su codicia y solo quería la mansión. Al final, sufrió por codicioso.

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Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo para fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si desea compartir su historia, envíela a info@amomama.com.