Niña ayuda a su pobre madre a recolectar basura en el bosque: los vecinos se enteran y se reúnen en su casa - Historia del día
Una niña ayudaba a su pobre madre a recoger basura en el bosque todas las tardes y la gente asumía que era porque necesitaban más dinero. Un día, sus vecinos aparecen frente a su jardín, elogiándolos por su amabilidad.
Laura y su hija Coco, de nueve años, eran muy pobres y vivían en la casa rodante que heredó Laura al morir sus padres. La madre soltera tenía un trabajo mal remunerado como barrendera y lo que ganaba no era suficiente dinero para comprar comida y cubrir otras necesidades diarias.
Mientras Coco estaba en la escuela, Laura estaba en el parque, cumpliendo con sus deberes como personal de limpieza. Ella barría las aceras y sacaba la basura todo el día hasta que terminaba su turno a las tres de la tarde.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Luego se dirigía a la escuela de Coco para recogerla, y felizmente caminaban juntas hacia el bosque. Intercambiaban historias sobre su día y de diferentes personas que habían encontrado mientras caminaban.
Cada vez que llegaban al bosque, Laura le entregaba a Coco un palo y una bolsa. Juntas recogían la basura que veían. La mayor parte de los desechos consistía en plástico, latas y botellas que los campistas y excursionistas dejaban tirados en el lugar.
Un día, uno de sus vecinos se sorprendió al verlas recogiendo basura en el bosque justo antes del atardecer. "¿Por qué se pasan las tardes recogiendo basura en el bosque? Eso apenas te va a dar dinero. Otro trabajo sería mejor para ganar más", comentó.
Laura se encogió de hombros. "Sé que no estamos bien, pero no hay trabajo más importante que el que hacemos todas las tardes", respondió ella.
"¿Qué quieres decir? Hay muchos trabajos más importantes, puedes aplicar en un restaurante de comida rápida o en una tienda de comestibles. Seguro que pagan más de lo que ganas recogiendo basura", insistió el vecino.
Esta vez, Coco decidió hablar en nombre de su madre. “Señor, lo que mi mamá está tratando de decir es que la naturaleza se está muriendo. Si seguimos tirando basura a nuestros bosques, terminarán contaminados. ¿No quiere seguir disfrutando de este hermoso sendero?”.
El hombre se sorprendió. Desconocía que Laura y Coco le estaban haciendo un favor a su vecindario. Pensaba que estaban recogiendo basura solo para ganar algo de dinero extra.
Las elogió por su servicio y se disculpó por no poder contribuir. Prometió no volver a tirar basura en el bosque y ser más consciente de los desechos diarios que genera.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Un par de días después, en una hermosa mañana de sábado, Laura salió de su casa para llevar a Coco al parque y se sorprendió al ver una cuadra entera de vecinos en su patio, parados allí con bolsas y guantes.
"Lo siento, ¿me estoy perdiendo algo aquí?", preguntó Laura, confundida. "¿Cómo puedo ayudarlos a todos?".
Entonces el hombre que conoció en el bosque días atrás salió de la multitud y habló. "Después de verla a usted y a su hija en el bosque, publiqué lo que hacían por nosotros en el foro de la comunidad. También es nuestra responsabilidad cuidar el ambiente. Por eso acordamos que todos los sábados haremos jornadas de limpieza”.
Laura sonrió. Estaba encantada de saber que sus acciones inspiraron a otros a cuidar mejor los espacios naturales que los rodean. Por lo tanto, se unió a ellos en el bosque donde lograron limpiar un área más extensa de lo que ella y Coco serían capaces de limpiar cuando lo hacían solas.
Finalmente, el alcalde del pueblo descubrió lo que Laura y Coco habían hecho por la comunidad. Quería retribuirles por su interés y les dio una recompensa generosa. Les regaló una casa en el vecindario, para que pudieran dejar de vivir en un remolque destartalado.
“Gracias por sacrificar su tiempo y comodidad por nuestra comunidad. Necesitamos más personas como ustedes en el mundo”, les dijo el alcalde mientras le entregaba las llaves de la nueva casa a Laura.
Mientras tanto, los vecinos de Lara, que estuvieron presentes durante el acto de entrega, donaron muebles, electrodomésticos y cajas de alimentos para que Laura y Coco pudieran surtir la despensa de su nuevo hogar.
Madre e hija no solo lograron mantener limpio el bosque, sino que también unieron a todo el vecindario. Ganaron una familia conformada por sus vecinos que estaban a unos pasos de ellas cada vez que necesitaban ayuda.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Dar un buen ejemplo puede inspirar a otros a iniciar un movimiento: Laura y Coco trabajaron en el mantenimiento del bosque simplemente porque querían hacer su parte en el cuidado del ambiente. Su acción fue inspiración en la creación de un movimiento en pro de la preservación de los espacios naturales.
- Nuestro medio ambiente merece ser respetado y cuidado: El medio ambiente nos da todo lo que necesitamos y más. Con más y más contaminantes presentes en el mundo, la humanidad debe hacer su parte para garantizar que la naturaleza siga siendo cuidada, para poner fin al cambio climático, y así la Tierra siga siendo un lugar habitable durante los siglos venideros.
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