Maestra adopta a estudiante tras verlo dormir en el estacionamiento: él la recompensa en un escenario años después - Historia del día

Una profesora de física sin hijos adoptó a su mejor alumno tras descubrirlo durmiendo en un estacionamiento después de la escuela. Ella lo crio como si fuera su propio hijo, y él se aseguró de reconocer su ayuda.

La Sra. Laura era una talentosa profesora de física de 53 años que vivía sola. Ella y su esposo nunca tuvieron hijos, lo que finalmente afectó su relación y terminaron divorciándose.

Aunque nunca tuvo hijos propios, ella amaba a los niños. Trataba a sus alumnos como si fueran suyos y dedicaba su vida a la enseñanza.

De todos sus estudiantes, la Sra. Laura estaba especialmente encariñada con un chico brillante llamado Brandon. Él era su mejor alumno, siempre aprobaba sus exámenes con gran éxito e impresionaba a las multitudes con sus exhibiciones de física.

“Serás un gran físico, Brandon. ¡Sigue así y te irá bien! Esta podría ser tu futura profesión”, le decía ella para motivarlo. El chico asentía y le decía a su profesora favorita que le encantaría convertirse en físico algún día.

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Desafortunadamente, cuando Brandon llegó a su último año en la escuela secundaria, sus calificaciones comenzaron a bajar. “¿Qué le pasó a Brandon? ¿Sus notas también están bajando en tus materias?”, preguntó la Sra. Laura a sus compañeros docentes.

La Sra. Cáceres, maestra de historia del último año, reveló que Brandon había perdido recientemente a su madre. “Está pasando por un momento difícil. Perdió a su madre y no quiere hablar con nadie sobre lo que pasó”, explicó.

La Sra. Laura quería intentar hablar con él para asegurarle que no estaba solo. Sin embargo, no importaba cuánto intentara hacerlo, él se mantenía reservado y tenía dificultades para expresarse sobre cómo se sentía.

“Lo siento, Sra. Laura, simplemente no puedo en este momento”, le dijo. “Hay algunas cosas que me gustaría guardar para mí en este momento, si no le importa”.

“Por supuesto, cariño. Tómate todo el tiempo que necesites para llorar. Solo quería recordarte que no estás solo, y en cualquier momento que necesites algo, tus otros maestros y yo estamos listos para escuchar”, le dijo.

Un fin de semana, la Sra. Laura hizo su viaje mensual al supermercado. Estacionó el auto en el estacionamiento grande frente a la tienda, y fue entonces cuando notó que Brandon estaba durmiendo en el suelo al lado de donde estaban estacionados todos los carritos de supermercado.

Vio que el área estaba llena de personas sin hogar que esperaban junto a la tienda a que la gente les entregara donaciones. Había una boca de incendios donde podían lavarse y una pequeña hoguera en el suelo para mantenerlos calientes.

“¡¿Brandon?!”, dijo la maestra tan pronto como salió de su auto. “¡¿Qué estás haciendo aquí?!”.

Al principio, el primer instinto del chico fue levantarse para salir corriendo, pero ya era demasiado tarde. La Sra. Laura ya lo estaba ayudando a levantarse del suelo. “Ven dentro conmigo. Pon tus cosas en mi auto”.

Brandon vaciló, pero decidió obedecer a su maestra por respeto. Entraron en la tienda, donde la Sra. Laura le compró una comida caliente y algunas bebidas. “¿Qué te pasó, cariño?”, le preguntó ella.

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“Cuando mi madre murió, mi padre apareció repentinamente en casa con otra mujer. No me gustó que la reemplazara al instante, así que me escapé de casa. He estado durmiendo en el estacionamiento durante varios días, pero a mi papá nunca le importó buscarme”, reveló Brandon.

“A veces duermo en el suelo, pero a veces, un vagabundo llamado Horacio me deja dormir dentro de su auto cuando hace demasiado frío. Gracias a Dios por su ayuda porque ha estado helando recientemente y siempre siento que estoy a punto de contraer gripe”, agregó.

La maestra se sintió terrible por su brillante estudiante. Sin dudarlo, le dijo al chico que intentaría adoptarlo si los servicios sociales aceptaban quitarle la patria potestad a su padre.

Debido a que el jovencito se estaba acercando a la mayoría de edad, el proceso fue largo y tedioso, pero la Sra. Laura nunca se dio por vencida. Tomó a Brandon bajo su ala y poco a poco volvió a encarrilar su vida.

La maestra era tutora del chico todos los días después de la escuela. Los dos se convirtieron en un verdadero dúo de madre e hijo. Hacían viajes, disfrutaban preparando comidas juntos y se ofrecían como voluntarios para dar clases a niños pequeños durante los fines de semana.

Eventualmente, Brandon obtuvo una beca completa para una de las mejores universidades de ciencias del país. Se destacaba en lo que hacía y se convirtió en un físico famoso.

Un día, varios años después, el joven recibió un premio que solo podían recibir los mejores físicos del mundo. En lugar de atribuirse el mérito del logro en su discurso, decidió honrar a la Sra. Laura diciendo:

“Cuando estaba en la escuela secundaria, hubo una persona que me inspiró a convertirme en el físico que soy hoy. Ya tuve la suerte de ser su alumno, pero por un giro del destino, tuve aún más suerte de haberme convertido en su hijo”.

La Sra. Laura estaba en la audiencia, llorando al escuchar a Brandon hablar sobre ella. Estaba muy orgullosa de él y no quería nada más que verlo triunfar.

“Sin mi maestra, mi madre, no estaría aquí frente a ustedes hoy. Este premio es para ella, por todos los sacrificios que ha hecho por mí, todas las lecciones que me ha enseñado y todo el amor que me ha dado. Gracias mamá”.

Tan pronto como Brandon terminó su discurso, la Sra. Laura recibió una ovación de pie de la audiencia. La aplaudieron por su gran corazón y su hijo la acompañó al escenario para que fuera reconocida.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Nunca olvides a quienes te criaron: Brandon admiraba a la Sra. Laura como su profesora, pero nunca imaginó que ella se convertiría en su madre. Cuando tuvo éxito, la reconoció a ella y a todas sus contribuciones a su vida.
• Tus circunstancias no necesitan definir tu futuro: Las esperanzas de Brandon de convertirse en físico desaparecieron lentamente cuando su madre murió y se escapó de casa. Gracias a la Sra. Laura, no desperdició su futuro porque ella lo guio en la dirección correcta y lo cuidó como su hijo.

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