Pobre hijo limpia la casa mientras mamá divorciada trabaja día y noche: halla una caja fuerte de la que no sabían nada - Historia del día

Un niño estaba ayudando a su ocupada madre a limpiar la casa cuando encontró una caja fuerte secreta dentro de la despensa. Intentó abrirla con su fecha de nacimiento, y funcionó. Lo que encontró dentro los dejó a él y a su madre conmocionados.

Simón, de 12 años, estaba sentado en el sofá de la sala de estar, tratando de no llorar. Su padre, que era su campeón y su superhéroe, se iba de la casa, y el niño no podía hacer nada para detenerlo.

Sus padres, Andrés y Linda, se habían separado legalmente después de que ella descubriera que su esposo le estaba siendo infiel.

De cualquier manera, la vida nunca había sido próspera para la familia. Habían estado viviendo al día, sin lujos, sin vacaciones ni salidas familiares.

Después del divorcio, Linda se quedó sola a cargo de Simón. Ella había comenzado a trabajar en dos trabajos para llegar a fin de mes.

Un día, después de que la madre se fuera a trabajar, el niño decidió limpiar la casa. Sabía que ella estaría cansada al final del día, y había notado lo abrumada que estaba con el trabajo y las tareas del hogar.

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Para Simón, era fin de semana de todos modos y estaba libre, así que pensó que echarle una mano a Linda sería una buena idea.

“Sé que no lo dices en voz alta, mamá, pero sé que las cosas son difíciles para ti”, pensó el niño mientras aspiraba las habitaciones, lavaba los platos, cortaba el césped y terminaba de lavar la ropa.

Cuando Linda regresó a casa, no pudo reconocer el lugar. Estaba impecable, todo estaba organizado, ¡y la ropa también estaba lavada!

“¡Dios mío, cariño! ¿Hiciste todo esto?”, le preguntó la mujer a su hijo, quien sonreía ampliamente después de haberle preparado una cena especial.

“¡Lo único que tienes que hacer hoy es descansar, mamá! ¡Me aseguraré de que no vuelvas a tener la carga de las tareas del hogar!”, respondió mientras sacaba una silla para ella en la mesa del comedor.

“¡Refréscate y cenemos! ¡Hoy hice tu pasta favorita!”.

Linda no pudo contener las lágrimas y abrazó a Simón con fuerza. “Ay, cariño. Te amo tanto. ¡Mi hijo es el mejor del mundo!”.

“¡Tú también eres la mejor madre!”, respondió el niño mientras se abrazaban. “Ahora date prisa. ¡La pasta se está enfriando!”.

La mujer y su hijo tuvieron una cena maravillosa juntos y luego pasaron el resto de la noche conversando sobre su día antes de que Linda se fuera a trabajar de nuevo por la noche.

Simón decidió que prepararía la cena todos los días antes de que Linda llegara a casa, porque así ella no tendría que encargarse de todas las tareas del hogar. Además, ya se había propuesto limpiar todos los fines de semana para reducir aún más la carga de su madre.

Un día, el chico estaba acomodando la casa cuando decidió limpiar la despensa también. No recordaba la última vez que habían quitado el polvo allí, así que agarró los artículos de limpieza y comenzó a cepillar el interior de los estantes uno por uno.

Después de sacar las cosas de uno de los gabinetes, Simón vio que había algo detrás. Empujó con fuerza y se sorprendió al encontrar una caja fuerte escondida. Era del mismo color que la pared, y cualquiera podría haberla pasado por alto, pero a él le llamó la atención.

“Guau, ¿mamá sabrá sobre esto?”, se preguntó Simón mientras intentaba varias combinaciones para abrirla. El chico probó primero con las fechas de nacimiento de sus padres, pero no funcionó. ¡Le dio una oportunidad a su fecha de cumpleaños y la caja fuerte se abrió!

Sorprendido, sacó el contenido de la caja fuerte y no podía creer lo que veía. Dentro había un sobre grueso con $30.000, documentos que parecían papeles de propiedad y una carta de su padre.

Simón abrió rápidamente la carta para leerla, y pronto, pudo sentir lágrimas cayendo por sus mejillas.

Querida Linda, ¿Recuerdas que te hablé de una caja fuerte en mis cartas? Esta era de la que estaba hablando. Aunque sé que las cosas no funcionaron del todo entre nosotros, todavía los amo a ti y a Simón.

Un pedazo de papel no puede romper los lazos que hemos compartido durante tanto tiempo. Lamento no haber podido ser un gran esposo para ti, pero siempre he hecho mi mejor esfuerzo.

Cuando decidimos ir por caminos separados, me sentí desgarrado. Estaba muy avergonzado de lo que había hecho, pero más que eso, estaba preocupado por tu futuro con Simón.

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Así que decidí dejarte los papeles de propiedad de nuestra casa, así como la casa que heredé de mi tía aquí. También he dejado mis ahorros que deberían ayudarlos a ti y a Simón a sobrevivir por algún tiempo.

Ahora que tienes toda la propiedad para ti, no necesitamos discutir sobre la división de nuestros bienes por lo menos. Espero que tú y Simón vivan una vida feliz.

Por favor, perdónenme por las veces que los lastimé a ambos. – Andrés.

El chico no podía dejar de llorar después de leer la carta de su papá. No estaba al tanto de lo que había sucedido entre sus padres o la causa de su divorcio, pero entendió que su papá no estaba contento con su separación.

Esa noche, cuando Linda regresó a casa, Simón la confrontó. “¿Qué cartas te escribió papá, mamá? ¡Sé honesta conmigo!”, dijo el chico. Luego le contó a su madre sobre la carta y la caja fuerte secreta que había encontrado ese mismo día.

Linda admitió que había recibido cartas de Andrés, pero nunca había abierto ninguna. Simplemente las había metido en su armario.

“Pensé que no se preocupaba por nosotros, pero esto... ¡No sabía nada de todo esto! ¡Ni siquiera sabía que existía una caja fuerte allí! ¡Andrés debe haberla instalado durante las renovaciones que se hicieron hace tiempo!”, dijo mientras leía la carta que Simón había encontrado.

Linda fue a su habitación y leyó todas las cartas que su exesposo le había enviado, y no podía dejar de llorar. “Tu papá nos amaba, Simón. A pesar de que me engañó, todavía nos ama. Está viviendo en el viejo tráiler de su abuelo”, dijo y lloró aún más fuerte.

El niño la abrazó. “Mamá, todos merecen una segunda oportunidad... Él nos ama. Sería injusto si simplemente lo ignoráramos”.

Aunque Linda nunca había tenido la intención de volver a contactar a Andrés en su vida, su corazón se derritió después de leer sus cartas. Ella lo llamó y lo invitó a su casa a cenar para hablar sobre las cosas con madurez.

Andrés, agradecido, se disculpó con lágrimas en los ojos. “Lo siento”, dijo. “No estaba pensando con claridad. No es que pueda compensar lo que hice, pero lo siento, y lo digo en serio”.

“Papá”, lo interrumpió Simón de repente. “Después de que te fuiste tuve que convertirme en el hombre de la casa. Cuidaba a mamá y la ayudaba. Así que, si quieres dejarnos, no lo impediré. Sé que puedo cuidar a mamá”.

“Pero si te quedas con nosotros, debes prometerme que no volverás a romperle el corazón. Respeto tu preocupación por nosotros, pero también amo a mamá...”.

Con lágrimas en los ojos, Andrés abrazó a Simón. “Tienes razón, hijo. Un hombre de verdad siempre cuidará a su familia y dará todo lo que tiene para hacerlos felices, incluso si la familia le ha dado la espalda. Te prometo que no te dejaré a ti y a Linda otra vez. Lo siento”.

El hombre abrazó a su exesposa y a su hijo, y sus lágrimas no se detenían. Decidió no volver a dejarse llevar por las tentaciones porque no quería perderse la preciosa familia con la que había sido bendecido. Sabía que se había equivocado, y que nunca lo volvería a hacer.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Si dejas a tu familia por otra persona, es posible que algún día te arrepientas: Después de que Andrés perdiera a su familia, se dio cuenta de que lo que había hecho estuvo mal. Afortunadamente, tuvo la oportunidad de corregir sus errores y superar su arrepentimiento.
• Todo el mundo merece la oportunidad de rectificar sus errores: Aunque lo que Andrés hizo estuvo mal, estaba listo para enmendarlo. Merecía la oportunidad de probarse a sí mismo y corregir el mal que había hecho.

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