logo
página principalHistorias Inspiradoras
Niño lavando los platos | Foto: Shutterstock
Niño lavando los platos | Foto: Shutterstock

Niño asume las tareas del hogar mientras su mamá divorciada tiene 2 trabajos: el jefe se entera y aparece en su puerta - Historia del día

Mayra Pérez
13 sept 2022
22:00

Lucas comenzó a ayudar a su madre en casa porque ella trabajaba mucho. Pero un día, el jefe de ella escuchó su conversación telefónica y apareció en la puerta de su casa con una propuesta sorprendente.

Publicidad

Lucas, de siete años, veía lo cansada que siempre estaba su madre. Ángela necesitaba dos trabajos para llegar a fin de mes y al llegar a casa estaba agotada.

Ella se había divorciado recientemente de Kevin. Lucas notó cómo cambió todo en el hogar después de eso, especialmente cuando su padre dejó de darles dinero. Ángela tuvo que buscar un segundo trabajo y empezó a dejarlo solo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

“La señora Carvajal está justo al lado si necesitas algo. Pero nunca salgas mientras estoy en el trabajo. Lamento dejarte solo, pero lo entiendes, ¿verdad?”, dijo Ángela, y Lucas asintió pensativo.

Estar solo le hizo tomar conciencia de todo a su alrededor, y decidió ayudar en la casa para aliviar la carga de su madre. Cuando llegaba de la escuela, hacía la tarea, y después, colaboraba en lo que pudiera.

Publicidad

Barría el piso, lavaba los platos y preparaba alguna cena sencilla para que su madre tuviera algo caliente para comer tan pronto como entrara por la puerta.

Ángela estaba muy agradecida, aunque a menudo se sentía culpable y le decía a Lucas que no necesitaba hacer tanto trabajo doméstico. Sin embargo, él quería asumir más responsabilidades.

Un día, quería limpiar las ventanas y llamó al trabajo de su madre para preguntarle qué producto de limpieza funcionaría.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

“¿Qué? ¿Limpiar las ventanas? No, Lucas, ¡eso es muy peligroso! Y esos productos también son difíciles de manejar. No, lo haré este fin de semana”, respondió Ángela, con preocupación en su voz. “Dame un segundo, cariño”.

Publicidad

Lucas esperó y escuchó una voz masculina a través del teléfono. “¿Qué está pasando, Ángela?”.

“Señor Manuel, lo siento. Mi hijo llamó para preguntar sobre la limpieza de las ventanas. ¿Puede creerlo? Solo tiene siete años y quiere asumir las responsabilidades de un adulto. Es tan dulce”, escuchó decir a su madre.

“Oh, eso es divertido”, dijo la voz masculina, y Lucas recordó que el señor Manuel era el jefe de su madre.

La voz de Ángela volvió alta y clara. “Lucas, por favor, no limpies las ventanas. Concéntrate en tu tarea. ¿Y qué tal unos sándwiches de pavo para cenar esta noche? Eso es más que suficiente”, le dijo Ángela, y se despidieron.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Lucas pensó en hacerlo de todos modos, pero luego entendió que su madre tenía razón. Esos productos de limpieza podían ser peligrosos, y subirse a una escalera para limpiar tampoco era seguro.

Entonces preparó sándwiches y miró televisión hasta que su madre llegó a casa. Al menos ella no trabajaba los fines de semana y podrían pasar mucho tiempo juntos.

La mañana siguiente, estaban comiendo cereales en la cocina cuando sonó el timbre. Su madre frunció el ceño, pero se levantó y abrió la puerta y encontró a su jefe afuera.

“Señor Manuel, ¿qué hace aquí? ¿Y qué lleva puesto?”, preguntó, sorprendida. Lucas sintió curiosidad, así que se acercó a la puerta.

El desconocido vestía un mono y botas de trabajo, llevaba una fregona y un balde con productos de limpieza. También tenía una enorme sonrisa en su rostro.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Vio a Lucas y le sonrió al niño. “¡Oye, tú debes ser Lucas! Soy Manuel, el jefe de tu mamá. ¡Y estoy aquí para limpiar ventanas contigo! ¿Qué te parece?”, reveló, y el niño gritó de emoción.

Vio cómo su madre intentaba rechazar la oferta, pero entró Manuel y le dijo a Lucas que se cambiara el pijama para poder ponerse a trabajar.

Era la primera vez que Lucas veía que alguien se ofreciera como voluntario para trabajar en su casa, así que corrió a su habitación y se cambió de ropa.

Los tres limpiaron las ventanas y Manuel fue increíblemente paciente y divertido con Lucas. Ángela les dio el almuerzo y cena. Fue uno de los mejores días de la vida de Lucas, a pesar de que trabajaron muy duro.

Muy pronto, Manuel comenzó a venir con más frecuencia y eso le encantaba al niño. Unos meses más tarde, Ángela le explicó que estaban saliendo y que Manuel le había propuesto matrimonio. Lucas no podía estar más feliz.

Acompañó a su madre camino al altar y Manuel se convirtió en el mejor padre para él y el mejor compañero para Ángela. Juntos consolidaron una amorosa familia.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los niños deben tener algunas responsabilidades en el hogar: La madre de Lucas estaba demasiado ocupada trabajando para mantener su hogar, y el pequeño comenzó a hacer algunas labores aptas para su edad.
  • El amor es la mejor amalgama en una familia: Manuel llegó a las vidas de Lucas y Ángela y con su amor y dedicación pronto se ganó un lugar en su familia y en sus corazones.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares