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Hombre y niña con Síndrome de Down. | Foto: Shutterstock
Hombre y niña con Síndrome de Down. | Foto: Shutterstock

Viudo adopta a niña con síndrome de Down: 20 años después, el padre biológico aparece en su boda - Historia del día

Georgimar Coronil
20 sept 2022
16:00

Un viudo adoptó a una niña con síndrome de Down y la crió con amor. Ella le ayudó a luchar contra su dolor y se convirtió en su familia. 20 años más tarde, el padre biológico de la chica se presentó en su boda, y todo fue un desastre.

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Daniel estaba inmóvil mientras miraba el montículo de tierra fresca bajo el que yacía su esposa, Laura, quien había fallecido en un accidente de tránsito.

"Por favor, cuídate, Daniel. Avísanos si necesitas ayuda", dijo alguien al salir del entierro, pero Daniel no pronunció palabra.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

El hombre estuvo sentado cerca de la tumba de Laura toda la tarde. Cuando llegó a su casa, pudo sentir su presencia al entrar, y cuando se tumbó en su cama, aún podía oler su aroma.

"Si hubiera sabido que teníamos tan poco tiempo, habría estado a tu lado para siempre", se dijo a sí mismo.

Pasaron meses. Daniel seguía llorando la pérdida de Laura y había cerrado su corazón al amor. Nadie sustituiría nunca a su esposa. Él lo sabía.

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Pero como dice el refrán, el cambio es la única constante.

"Tú puedes ser la familia que ellos anhelan. Abre tu corazón a un niño y llévalo a un hogar lleno de amor", decía un anuncio que apareció en la computadora de Daniel.

De mala gana, hizo clic en él y empezó a consultar la página web. Se trataba de una adopción en régimen de acogida y, tras recorrerla, sintió que esto podría dar un giro a su vida.

Daniel y Laura siempre habían querido tener hijos. Nunca imaginó que criaría uno sin ella, pero sabía que Laura estaría feliz de verle dar un hogar a un niño necesitado.

Así que Daniel se inscribió en el sitio web y, tras completar su certificación de padre de acogida, llegó el gran día.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Conoció a varios niños en el refugio, pero su corazón se compenetró con el de una niña de cinco años con síndrome de Down. Estaba sentada en un rincón, tímidamente, sin interactuar mucho.

Daniel se acercó a ella con una sonrisa. "Hola, soy Daniel. Tú eres Lily, ¿verdad?".

Ella sonrió. "Sí", dijo. "¿Vas a ser mi papá?", preguntó mirando sus juguetes y luego a él.

"Bueno, solo si estás de acuerdo", dijo Daniel. "¿Te gustaría?".

Lily asintió con la cabeza. "¡Papá!", expresó. Y en ese momento, Daniel supo que haría cualquier cosa para darle un hogar lleno de amor.

De vuelta a la oficina, mientras Daniel terminaba el papeleo restante, la trabajadora social le preguntó si estaba seguro. Debido a la condición de Lily, ninguna familia se había hecho cargo de ella.

"Se da cuenta de que es una niña con necesidades especiales, ¿no?", preguntó la empleada. "¿Por qué la eligió a ella en lugar de a los otros niños? Ninguna de las familias que conocimos aceptó acogerla".

"Bueno", dijo Daniel, sonriendo. "¿No son todos los niños especiales? Me encantaría ser su padre, y me esforzaré por darle un hogar feliz". Y bueno, eso hizo.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Para Daniel, Lily significaba todo, y no había nada en el mundo por lo que la cambiaría. Sí, hubo momentos difíciles porque era un hombre soltero que nunca había criado a una niña, pero esos problemas no eran nada comparados con su amor por Lily. Era su hija y la quería.

A medida que Lily crecía, Daniel siempre temía lo que pudiera pasar cuando él no estuviera cerca de ella. No quería que se enfrentara a más dificultades de las que ya tenía tras ser abandonada por su madre al nacer.

Por eso, cuando Lily trajo a un hombre guapo y se lo presentó como su prometido, Daniel se mostró escéptico sobre si era la pareja indicada para su hija.

"¿Te importa que hablemos a solas, cariño?". Daniel se excusó con su hija. "Nos gustaría hablar de algunas cosas rápidamente".

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Cuando Lily se fue, Daniel le preguntó a Andrés: "Sabes lo que estás haciendo aquí, ¿verdad? Mi hija... puede ser diferente a los ojos del mundo, pero para mí siempre será muy especial. No alguien con necesidades especiales. Si no alguien que necesita un hogar y un compañero cariñoso, como todos nosotros".

Andrés sonrió. "¿Pero no somos todos especiales en cierto modo? Quiero decir, todos somos personas únicas con necesidades diferentes. Yo quiero a Lily. Confíe en mí. La haré feliz. Es una promesa de mi parte para usted”.

Cuando Daniel escuchó eso, recordó el día en que la trabajadora social le había preguntado por qué quería a Lily. Su respuesta no había sido diferente, y sabía que Andrés mantendría a Lily feliz y cumpliría su promesa.

Daniel le dio felizmente su bendición a Andrés y Lily.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

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El día de su boda, mientras Lily estaba de pie con su vestido de novia en su habitación, las lágrimas de Daniel no paraban. Era la novia más hermosa a sus ojos, y echaría de menos su presencia en su casa. Realmente lo haría.

Limpiando sus lágrimas, tomó sus manos entre las suyas y la besó en la frente. "Te echaré de menos, cariño. Lo haré. Te deseo una feliz vida de casada", le dijo.

De repente, unos golpes en la puerta los interrumpieron. "Voy a ver quién es", dijo.

Daniel abrió la puerta y había un hombre con lágrimas en los ojos.

"¿Sí, señor? ¿En qué puedo ayudarle?", preguntó Daniel.

"¿Puedo ver a Lily por una vez? Soy su padre, Jaime. Esta es su habitación, ¿verdad?", preguntó el hombre, con la voz quebrada, y la rabia de Daniel no tuvo límites.

"¿Está aquí después de haberla dejado? Yo soy su padre. La adopté legalmente. Márchese!", gritó.

"¿Papá? ¿Qué pasa?", preguntó ella. "Por favor, no te estreses. ¿Quién es él?".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Lo siento mucho". Jaime comenzó a llorar. "Yo... yo soy tu padre. Ni siquiera sabía que existías. Mi exnovia tenía 18 años cuando te tuvo. Cuando nos separamos, no tenía ni idea de que estaba embarazada de ti.

"Hace unos meses, recibí una carta de ella. Me dijo que se estaba muriendo y que su último deseo era que te viera. Siento haber tardado meses en encontrarte. Dudé en venir aquí después de descubrir que tenías un padre amoroso, pero no pude contenerme. Lo siento", expresó.

"Papá...", dijo Lily a Daniel. "Deberíamos perdonarle".

"¿Qué? Cariño, pero...".

"Por mi bien, papá", comentó Lily. "No es culpa de nadie. No culpo a mi madre por dejarme. La habría perdonado si hubiera venido a recogerme. Te tuve como padre toda mi vida, y no podría haber pedido más. Y mi papá biológico volvió conmigo, y también estoy feliz por eso. ¿Por favor?".

Por el bien de Lily, Daniel decidió dejar atrás el pasado, aunque de mala gana.

"Me gustaría que mis dos padres me llevaran al altar", añadió Lily. "¿Están de acuerdo?".

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Los dos padres no se atrevieron a decir que no. Ambos adoraban a Lily, aunque la conocieron en diferentes momentos de su vida. Y cuando Lily y Andrés se dieron el "sí, quiero", ambos lloraron de emoción.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Todos somos diferentes y especiales: Lily era una niña encantadora con necesidades especiales, y lo único que le faltaba era un hogar cariñoso. Cuando Daniel la adoptó, por fin lo encontró.
  • No es fácil perdonar, pero un corazón fuerte puede y debe hacerlo: A pesar de que los padres biológicos de Lily estuvieron ausentes durante la mayor parte de su crianza, ella los perdonó y no les guardó rencor mientras esperaba una nueva vida con su marido.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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