Hombre cuida a su abuela y el resto de la familia la ignora hasta que ella hace público su testamento - Historia del día

Una anciana vio que su familia maltrataba a su nieto por preocuparse de ella. La inteligente abuela echó una bomba sobre su parentela codiciosa con su inesperado testamento.

Decir que Brad no estaba satisfecho con su vida sería quedarse corto. Él la odiaba. Y más que a su vida, despreciaba a su padre, Anthony, pero nunca lo dijo en voz alta.

Brad fue criado por su padre después de que su madre muriera poco después de dar a luz. Anthony quería que Brad siguiera los pasos de su hermano mayor, James, que era boxeador. Pero Brad no quería.

Él había soñado con ser enfermero. La medicina era su objetivo, no el boxeo. Y cuando Anthony se enteró, se puso furioso.

"¡¿Un enfermero?!", gritó Anthony. "¿Quieres pasar tu vida alrededor de enfermos y medio muertos acostados en camas de hospital? ¡No! ¡Eso no va a suceder!".

"Papá…", suplicó Brad. "Quiero hacerlo. Es mi sueño ayudar a la gente. Me encanta la medicina".

"¡Eres demasiado joven para saber qué es lo mejor para ti, muchacho! ¿Olvidaste cómo los crie a ti y a tu hermano? Sacrifiqué todo por ustedes dos, y ahora que ya creciste, quieres ir en mi contra".

Después de eso, Brad no pudo decir nada más. Así había sido siempre Anthony. Un fanático del control total y un chantajista emocional.

"¡Ánimo y deja de llorar por algo que no vale la pena!".

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"¡Los hombres nunca lloran! ¡Eso es solo para los débiles! ¡No te crie para que fueras un cobarde!".

Las burlas de su padre seguían llegando cada vez que Brad se sentía deprimido o molesto.

Las cosas habían llegado a un punto en el que no se le permitía llorar ni mostrar sus emociones. Se sentía sofocado en la presencia de Anthony, pero no podía transmitírselo a nadie, excepto a su abuela Paulina.

"Déjame adivinar, es tu padre otra vez", dijo tan pronto como notó el rostro pálido de Brad.

Brad había comenzado a visitar a Paulina con frecuencia después de que el resto de la familia la olvidara. Le diagnosticaron una afección cardíaca progresiva y la obligaron a guardar cama. Brad la cuidó porque la amaba. Ella siempre fue amable y apoyó sus sueños.

"Él lo decidió por mí, abuela. Voy a ser boxeador. Está bien; supongo que puedo hacer eso por él. Él es, después de todo, mi padre... De todos modos, me siento obligado a complacerlo. Ha hecho mucho por James y por mí".

"Oh, querido. Ciertamente, eres inocente, Brad. ¡Tu padre es mi hijo, y lo conozco por dentro y por fuera! ¡Él no puede poner esa imagen de padre amoroso frente a mí!".

"Pero abuela...".

"¿Sabes por qué nadie viene a verme, Brad? Me desprecian. Tu padre, tu hermano mayor y el resto de la familia simplemente no me quieren cerca. Por eso dejaron de visitarme".

"No, abuela. Creo que solo están...".

"¿Ocupados?". Ella se rio. "¿Sabes por qué no puedo enfadarme contigo, aunque me molesta que tu padre te engañe a sabiendas? Eres como tu madre. Ella también era muy amable. La adoraba, pero, ¡ay!, Dios nos la quitó demasiado pronto”.

Paulina continuó hablando sobre Anthony y todos los que la dejaron en el olvido: “Todos se arrepentirán algún día. Lo prometo. Y te ayudaré a convertirte en enfermero. Serás el mejor enfermero del lugar. Es una promesa".

"No lo sé, abuela. Por ahora, solo descansa. Buscaré tus medicinas”.

Brad era un hombre joven, ya tenía una edad en la que debería preocuparse por sus sueños, pero llevaba el peso del cuidado de su abuela sobre sus hombros. Por supuesto, no podía estar con ella todo el tiempo debido a su entrenamiento de boxeo, que Anthony lo había obligado a tomar.

Sin embargo, había contratado a una enfermera para Paulina. Trabajaba a tiempo parcial en un restaurante para pagarla, lo que Anthony no aprobaba. Pero habían hecho un trato de que él lo daría todo en el próximo torneo de boxeo, y el autoritario padre estuvo de acuerdo.

Meses después, la condición de Paulina comenzó a deteriorarse y creía que su fin estaba cerca, por lo que decidió llamar a su familia a su casa.

"Mis queridos hijos y nietos", dijo, y sacó una carpeta que le entregó a su abogado. "Temo que Dios me llame a casa pronto, y quería que esto sucediera frente a mis ojos. El Sr. Pancione ahora les leerá mi testamento a todos ustedes".

Aclarándose la garganta y notando la presencia de todos en la habitación, el Sr. Pancione comenzó a leer el testamento.

"La señora Paulina desea dejar su residencia a su nieto menor, Brad, así como sus ahorros por un valor de $20.000", afirmó. "No hay nada más".

"¿A Brad?", gritó Anthony. "¡Soy tu hijo! ¿Cómo pudiste dejárselo a él cuando sabes que estoy aquí? ¿Estás loca?", le gritó a su madre tan fuerte que todos se giraron para mirarlo.

"¿Por qué no puedo?", replicó Paulina. "¡Brad se lo merece, mientras que tú y la familia de tu hijo mayor no! Todos se alejaron de mí cuando me enfermé.

"¡Porque estabas envenenando la mente de Brad! ¡Lo estabas volviendo en mi contra! ¡Tú eres la que arruinó su cabeza con eso de estudiar enfermería!", gritó una vez más Anthony, y los ojos de Brad se llenaron de lágrimas.

Paulina se rio. "Nunca fuiste padre, Brad. Tus hijos no son como inversiones bancarias en las que pones dinero y esperas un retorno. Se espera que los adores y los cuides. ¿Realmente hiciste eso? ¡No! No lo hiciste. Tu hijo se siente asfixiado con tu presencia, ni siquiera puede expresarse. ¿Así debe ser un padre?”.

"Pero abuela", intervino James. "Tengo tres hijos, y todos estamos hacinados en una casa pequeña. Podrías ser un poco más considerada…".

"¡Oh! ¿Qué tan desvergonzados pueden ser? ¡¿Todavía están pensando en ustedes mismos?! ¿Qué hay de Brad? ¿Qué hay de sus sueños? ¡Se convertirá en enfermero como él quería! Hará lo que quiera y si necesita ayuda, la tendrá. ¡Lo ayudaré a él!".

"Abuela…", dijo Brad entre lágrimas. "No necesitabas...".

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"Necesitaba hacerlo, Brad. Tu madre me pidió que te cuidara. No pude hacerlo debido a mi mala salud, pero puedo hacer esto. Debes crear una vida para ti aparte de tu familia tóxica, y yo te ayudaré. ¿Recuerdas lo que prometí ese día? ¡Prometí ayudarte!”.

Unos meses después de esto, Paulina se fue a su hogar celestial. Brad estaba derramando lágrimas mientras ponía flores en su tumba y prometía no decepcionarla.

Y, por supuesto, no lo hizo. Brad se convirtió en un enfermero exitoso y enorgulleció a su abuela. Cada vez que visita su tumba, siente su presencia, como si ella lo mirara y lo felicitara desde arriba.

"¿Recuerdas que dije que serías el mejor enfermero del mundo? ¡Lo hiciste, Brad, y estoy orgullosa de ti!", le asegura una voz silenciosa.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Un verdadero padre no trae el caos a la vida de sus hijos: Anthony claramente no era un padre. Era alguien que solo quería las cosas a su manera, y nunca se preocupó por Brad o sus sueños. En cambio, hizo de la vida de Brad un infierno.
• El corazón de una abuela es todo amor: Paulina sabía lo tóxico que era Anthony como padre y se preocupaba por el sueño de Brad. Entonces, antes de morir, le dejó sus bienes a Brad para que pudiera salir de la toxicidad y establecer su vida libremente.

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