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Niño tapa un agujero | Foto: Shutterstock
Niño tapa un agujero | Foto: Shutterstock

Niño repara baches en la calle de la abuela con arena: empresario le toca la puerta al enterarse de esto - Historia del día

Mayra Pérez
26 sept 2022
18:00

Timothy, de 12 años, ideó su propia solución para arreglar el bache que había dañado el auto de su abuela. No imaginaba las consecuencias que acarrearían sus acciones, comenzando con una visita inesperada de un rico hombre de negocios.

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Wendy llegaba tarde, nuevamente, a la reunión de concejales del pueblo programada para las cinco. Ya tenía 15 minutos de retraso y todavía estaba en casa.

“¡Timothy!”, gritó a su nieto.

“¡Ya estoy casi listo, abuela! Solo tengo que encontrar mi otro calcetín y amarrarme los zapatos”, respondió el niño de 12 años.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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“Date prisa, querido”. Wendy agarró su bolso y comenzó a buscar las llaves del auto.

“Tranquila, abuela. Llegaremos a tiempo”.

“Oh, Tim. Esta va a ser la tercera vez que llego tarde a la reunión. No esperan mucho de mí, pero quiero ser útil. Y llegar a tiempo es lo mínimo que debo hacer”, explicó Wendy.

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“Ellos lo entenderán. Todos saben que tienes un dolor de espalda terrible, ¿verdad?”.

“Sí, cariño. Pero hay problemas más grandes en la ciudad que necesitan solución. Por ejemplo, ¿has notado el semáforo al final de esta calle? Ha dejado de funcionar durante las últimas tres semanas. ¿Y recuerdas la acera frente a la casa de Jessica?”.

“¿La que tuvo un bebé recientemente?”, dijo Timothy, intentando recordar.

“Sí. Esa acera necesita reparación. Jessica casi se cayó cuando caminaba por ahí. Y estaba con el bebé”. Wendy negó con la cabeza, queriendo quitar escenarios alternativos de su mente.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

“También tenemos que arreglar las cañerías de agua en la zona oeste del pueblo. Luego está la cañería de aguas negras cerca del ayuntamiento…”. La abuela continuó conversando con su nieto, mientras cerraban la casa y subían al carro.

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“¿Por qué estas cosas no se arreglan rápido, abuela?”.

“La respuesta corta es dinero. No tenemos suficientes fondos para arreglar todo. Es por eso que los concejales tienen que hacer un plan para usar el poco dinero que tenemos. Realmente no es tan fácil”.

Una sacudida repentina y un sonido metálico interrumpieron la conversación.

“Eso no puede ser bueno. Apenas comencé a conducir. ¿Y de dónde salió ese bache?”, pensó Wendy. El auto estaba atascado en la calle justo afuera de su casa.

“¿Estás bien, Tim?”, preguntó ella, preocupada.

“Estoy bien, abuela. ¿Cómo está tu espalda?”.

El tirón agudo le había causado un dolor muy penetrante. Intentó aguantar, pero al final salió con dificultad del auto y permaneció apoyada de la puerta durante unos minutos para sentirse mejor.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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“¿Hola? Soy Wendy... Sí, lo siento, no podré llegar a la reunión de hoy. Tuve un pequeño incidente... No. Estoy bien. Estaré allí mañana ... Sí, por supuesto, entiendo lo importante que es. Lo siento mucho”.

Durante el resto del día, Wendy apenas pudo moverse por la casa. Trató de aparentar que estaba bien ante su nieto, pero no logró engañarlo.

Timothy no pudo dormir esa noche. Miraba por la ventana mientras el impacto repentino del bache y el dolor de su abuela se repetían en su cabeza. De repente, notó un sitio de construcción a una cuadra de distancia, y tuvo una idea.

Al día siguiente, Timothy esperó a que su abuela se fuera a la reunión del consejo antes de caminar hacia el sitio de construcción. Afortunadamente, no había trabajadores en el lugar a esa hora.

Había montones de losas de hormigón, de grava y muchas piezas metálicas grandes que no podía nombrar. Siguió mirando alrededor hasta que finalmente encontró exactamente lo que estaba buscando. Una pala polvorienta y una pila de cubos viejos.

“Esto parece más difícil que lo que hacía en la playa cuando era niño”, pensó Timothy y se rio entre dientes.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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“Pero hay que hacerlo. ¿Y si la abuela se hubiera lastimado ayer? ¿Qué pasa si otra persona sufre una lesión peor?”. Los pensamientos de Timothy se aceleraban mientras trabajaba con la pesada pala y llenaba el balde con arena.

“Ahora, ¿cómo llevo esto hasta el bache? Piensa, piensa”.

Trató de levantar el balde, pero era pesado. Apenas podía levantarlo, y caminar con él sería un verdadero desafío.

Timothy miró a su alrededor con nerviosismo. La reunión de la abuela podría terminar en cualquier momento y necesitaba resolver la situación rápidamente.

Fue entonces cuando vio una carretilla en la esquina del sitio. Rápidamente, levantó el cubo de arena y la pala y los acomodó en la carretilla.

“Esto debería funcionar”, pensó y corrió hacia el bache.

“¡Oye! ¿Qué crees que estás haciendo, chico?”. Timothy escuchó una voz enojada detrás de él.

Miró hacia atrás y vio a un hombre alto con traje y casco. Era el señor Gómez, el dueño del negocio de la construcción.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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Timothy se asustó y se detuvo en seco. Explicó el accidente que se produjo a causa del bache.

“Por favor, déjeme ir, señor. Quiero terminar esto antes de que mi abuela salga de la reunión”.

El señor Gómez lo miró con recelo y finalmente lo dejó ir. Durante los siguientes 20 minutos, observó al chico desde lejos, llenando el bache con arena y luego nivelando la arena con la misma pala.

Cuando terminó, Timothy notó la presencia de alguien detrás de él. Era Wendy con los otros miembros del consejo. Su abuela tenía lágrimas en los ojos.

“Abuela... ¿Cómo estuvo la reunión? Mira, rellené el bache. Ahora no te lastimarás. Y nadie más saldrá lastimado tampoco”.

Se volvió hacia los otros miembros y dijo: “Cuando empiece a ganar dinero, podré arreglar todo lo demás. Mientras tanto, intentaré ayudar como lo hice hoy”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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Wendy abrazó a Timothy y dijo: “¡Mi niño querido! ¿Tienes idea de cuánto has hecho ya? Míranos a todos aquí... ¡Nos quedamos sin palabras!”.

Timothy durmió como un bebé esa noche, sin saber que acababa de crear una ola con su acto de bondad.

A la mañana siguiente, él y su abuela estaban desayunando cuando sonó el timbre. Su abuela abrió la puerta y Timothy vio un rostro que le era familiar. Era el señor Gómez. Ella le dio la bienvenida. Lo invitó pasar y a acompañarlos a desayunar.

“No, gracias. Quiero hablar con el chico”, dijo el hombre. “Estoy aquí porque vi a este niño tratando de robar mi equipo del sitio de construcción”, dijo el señor Gómez con seriedad, mirando directamente a los ojos de Timothy.

Después de unos segundos, el señor Gómez y Wendy se echaron a reír. El niño se sintió aliviado al descubrir que el hombre solo estaba bromeando.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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“Lo vi trabajar duro tratando de arreglar ese bache. Más tarde, conocí a Jim del taller del vecindario. Me dijo que tu auto se había dañado debido al accidente. Por eso estoy aquí. Por favor, acepta esto”.

El señor Gómez le entregó a Wendy una caja. La abrió y no podía creer lo que estaba viendo: ¡Era un juego de llaves de un auto nuevo!

“No te sorprendas, Wendy. Con todo lo que estás tratando de hacer por la ciudad, te mereces esto. Y Jim también me contó cómo el consejo de la ciudad está intentando arreglar muchas cosas. Así que les pedí a mis hombres que arreglaran el problema de baches en nuestra área. Es lo menos que podía hacer”.

“Muchas gracias, señor Gómez. Estamos muy agradecidos”.

“Si debes agradecer a alguien, es a tu nieto. Él fue quien nos inspiró a mí y a mi personal a ayudar a arreglar nuestra ciudad. No has leído el periódico de hoy, ¿verdad?”.

Wendy negó con la cabeza cuando el hombre le mostró el periódico. El titular decía: Niño de 12 años soluciona problema de baches y gana el título de ‘Futuro alcalde’.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

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¿Qué aprendemos de esta historia?

  • Cuando se trata de ayudar a la comunidad, ningún esfuerzo es demasiado pequeño. Tanto Timothy, de 12 años, como su abuela Wendy, intentaban a su manera hacer su parte para ayudar a la comunidad.
  • Nunca sabes a quién pueden inspirar tus buenas acciones. La amabilidad y el sentido del deber de Timothy inspiraron a un hombre de negocios a ayudar a hacer de la ciudad un lugar mejor.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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