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Mujer con el rostro entre sus manos | Foto: Getty Images
Mujer con el rostro entre sus manos | Foto: Getty Images

Mamá busca a hija desaparecida todo el mes: se entera de que su esposo estuvo en contacto con ella todo el tiempo - Historia del día

Mayra Pérez
03 oct 2022
20:00

Una madre está desesperada por la desaparición de su hija, que ha decidido escapar de casa. Un mes después, accidentalmente escucha a su esposo en una llamada telefónica y se entera de que él siempre supo el paradero de la jovencita.

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“¡Uf! ¡Eso fue un escape arriesgado!”, murmuró Selena, de 18 años, mientras bajaba por la escalera de cuerda que había improvisado desde su habitación hasta el césped. Se estaba escapando de casa para darle una lección a su madre.

Selena había decidido huir de casa poco antes de la medianoche. Sus padres, Esther y Samuel, asumían que estaba profundamente dormida en su habitación cerrada con llave.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Cariño, ven aquí rápido”, gritó Esther después de encontrar la habitación de su única hija vacía al día siguiente. “¿Dónde está nuestra hija? La busqué por todos lados y encontré esta escalera de cuerda en la ventana”, le gritó a su esposo.

De pronto, vio una nota en el escritorio de Selena dirigida a ellos. Decía:

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“Queridos mamá y papá, por favor no me busquen. Prometo volver después de demostrarle a mamá que está equivocada.

Mamá, me obligaste a hacer esto. Siempre te decía que no me restringieras, pero no recuerdo que me escucharas. No tengo más remedio que mostrarte algo que nunca imaginaste.

No puedo seguir viviendo con tu miedo a perderme como a mi hermana. No volveré a casa a menos que demuestre que soy una adulta que puede hacer las cosas de forma independiente.

Con amor,

Selena”.

Esther ya no pudo contener las lágrimas. Se derrumbó en la cama, con la cara enterrada entre sus manos, y se echó a llorar. Intentó llamar a Selena, pero su número estaba bloqueado.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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La pobre Esther no podía dejar de pensar en lo que le había pasado a su hija mayor Emma cinco años antes, y le preocupaba que la historia se repitiera con Selena.

“Cariño, está bien. Creo que ella estará bien. La buscaremos, ¿de acuerdo?”, le dijo Samuel, en un intento por calmarla. Pero ella no podía escucharlo y siguió llorando.

“Hace cinco años, le dije a Emma que no fuera a esa excursión, pero ella no me escuchó. Si me hubiera obedecido y se hubiera quedado, hoy estaría con nosotros”, lloró.

En ese entonces, Emma, ​​que estaba en su último año de escuela, se había ido de excursión. Diez minutos después de su última llamada telefónica con Esther, el autobús en el que viajaba junto a otros estudiantes chocó fatalmente. Lamentablemente, nadie sobrevivió.

Luego de la trágica pérdida, Esther se obsesionó con la idea de que podía perder también a su hija menor, Selena. Así que estableció reglas y restricciones estrictas que la chica tuvo que seguir sin protestar.

Nunca permitió que la niña saliera con sus amigos después de las diez y se negó a enviarla a campamentos de verano. Esther siempre cerraba con llave el dormitorio de Selena y la puerta principal para asegurarse de que no saliera sigilosamente por la noche.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Su naturaleza sobreprotectora destruyó lentamente la paz mental y la libertad de su hija. Día tras día, Esther se convirtió en una madre controladora que Selena despreciaba.

Selena amaba a su madre, pero se sentía asfixiada. El colmo fue cuando Esther se negó a permitirle asistir a la fiesta de cumpleaños de su mejor amiga. Cerró la puerta con llave y obligó a su hija a quedarse en su habitación.

En ese momento, la jovencita decidió demostrarle a su madre que era una adulta capaz y responsable. Hacía tiempo que había ideado un plan para escapar de casa, y ese era el mejor momento.

“Cariño, ¿estás bien?”. Esther escuchó la débil voz de Samuel que la devolvió a la realidad. Se culpó a sí misma por lo que había sucedido y le rogó que encontrara a su hija.

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La pareja presentó una denuncia de persona desaparecida en la estación de policía local y esperaron que pudieran encontrarla.

Pero semanas después, los detalles sobre el paradero de Selena seguían siendo un misterio. Así siguió todo hasta que una noche, Esther escuchó accidentalmente a Samuel hablar con alguien por teléfono.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Sí, cariño, te queremos mucho”, lo escuchó decir. “Creo que es hora de que le digas a tu mamá porque está muy nerviosa. No ha comido ni dormido bien durante días”.

Furiosa, Esther apareció, sorprendiendo a Samuel. “Hablaré contigo más tarde”, dijo, colgando el teléfono.

“¿Quién era?”, preguntó molesta. “Escuché todo. ¿Estabas hablando con nuestra hija?”.

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Samuel permaneció en silencio y asintió con aprobación. “Sí, era Selena”.

Esther no podía creer lo que escuchaba y comenzó a llorar. “Sabías todo este tiempo dónde estaba. La he estado buscando como una loca todo el mes. Y estabas en contacto con nuestra hija desaparecida a mis espaldas... Sabías dónde estaba y me lo ocultaste. ¿Por qué?”.

Samuel se dio cuenta de que ya no podía ocultarle la verdad. Decidió llevarla con su hija y mostrarle lo que estaba pasando. Esa noche, condujeron hasta las afueras de la ciudad para encontrarse con Selena.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Espero que esté bien. ¿Por qué ha venido tan lejos? Este lugar no parece bueno. ¿Qué está haciendo ella aquí?”, le preguntó a Samuel durante todo el viaje.

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Momentos después, se acercaron a lo que parecía un campamento. Esther no podía creer lo que veía cuando Samuel señaló a una chica rodeada de niños. Era Selena, y estaba asesorando a un grupo de 15 niños en la parte más pobre de la ciudad.

“¡¿Mamá?! ¿Qué haces aquí?”, exclamó, mirando a su padre. Se veía molesta. Su padre le había revelado el secreto a su madre muy pronto.

“Lo siento, cariño. Tu mamá nos escuchó hablar por teléfono, así que la traje aquí para mostrarle lo que has estado haciendo todo el mes”.

Al final, resultó que Selena quería convertirse en consejera y había estado soñando con ser parte de este campamento. Pero no había podido cumplir su sueño debido a las constantes restricciones y reglas de Esther.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Sintió que no tenía más remedio que huir de casa para demostrarle a su madre que ahora era lo suficientemente adulta como para cuidar de sí misma y de los demás.

Esther miró a su alrededor y quedó encantada de ver lo bien que Selena había organizado el campamento. Estaba feliz de ver a su hija trabajando a estos de niños tan pequeños y ayudándolos en su crecimiento y desarrollo de habilidades.

Selena miró a su mamá a los ojos, disculpándose entre lágrimas por el daño emocional que le había causado. Aunque Esther estaba abrumada por las emociones, se dio cuenta de su error y también se disculpó con su hija.

“Cariño, siento mucho lo que hice. El miedo me dominó y no te dejé vivir. Sé que los niños necesitan su espacio, y los padres deben alentarlos a perseguir sus sueños y no encerrarlos”.

Ese día, Esther se prometió a sí misma trabajar sus problemas emocionales y dejarle espacio a su hija para vivir. La familia regresó a casa, dispuestos a tener nuevo comienzo. La madre de Selena comenzó a respetar las decisiones de su hija.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La sobreprotección de los padres no da espacio a que los niños se desarrollen como seres independientes y responsables. Movida por el temor de perder otra hija, Esther prácticamente le impidió a su hija tener una vida. En respuesta, Selena decidió huir para demostrarle que era una adulta independiente.
  • Es importante buscar ayuda psicológica cuando una situación nos supera emocionalmente. Esther no podía manejar la perdida de su hija, y eso la llevó a encerrar a la otra para protegerla de cualquier cosa. Al final, la adolescente se sintió obligada a huir para comenzar a vivir.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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