Enfermera afirma que mientras estaba en coma se reunió con Dios, aprendió el sentido de la vida y despertó: "Se supone que sigamos adelante"

Mientras estaba en coma, una enfermera experimentó algo inusual que cambió su perspectiva sobre la vida y la muerte para siempre. Afirma que conoció a Dios y reveló detalles impactantes sobre su experiencia.

Todos hemos vivido momentos que pueden dejarnos una marca profunda. Así fue la experiencia que tuvo Penny Wittbrodt, de Kentucky, Estados Unidos, la cual cambió su vida para siempre.

La enfermera jubilada de 52 años pasó por muchas dificultades, las cuales la hicieron cuestionar los planes del destino. Sin embargo, no imaginaba que algún día obtendría respuestas a las preguntas que se había hecho a lo largo de su vida.

Malas experiencias

Como la mayoría de nosotros, Penny había experimentado algunas situaciones amargas en la vida, y una de ellas fue su divorcio. Cada vez que pensaba en sus primeros días como madre, recordaba cosas que hubiera preferido olvidar.

Ella reveló que su exesposo la había abandonado cuando sus hijos eran solo bebés. Si bien eso fue muy difícil para ella, su corazón se rompía cuando miraba a sus hijos esperando a su padre.

“Ver a esos niños hablar con él por teléfono y luego ir al buzón todos los días para buscar un regalo que dijo que iba a enviar”, recordó Wittbrodt sobre algunos momentos desgarradores del pasado, según cita The Epoch Times.

Penny sentía que sus hijos no se merecían ver la ruptura de su familia. Estaba desarrollando sentimientos de resentimiento en su corazón por sus malas experiencias.

En 2014 y 2016, Wittbrodt experimentó experiencias cercanas a la muerte que le cambiaron la vida. Reveló que era muy alérgica a los mariscos, hasta el punto de que tuvo un episodio anafiláctico potencialmente mortal.

El otro mundo

Un día, comenzó a sentir dificultad para tragar y respirar. La enfermera que hay en ella entendió rápidamente lo que estaba pasando y le pidió a su hijo que la llevara al hospital. Estaba teniendo una crisis anafiláctica.

Un asistente médico la atendió cuando se ahogaba en el pasillo del hospital. Parecía que no lo lograría, pero lo que sucedió después fue increíble. Penny afirmó que su alma abandonó su cuerpo, se miró a sí misma y dijo:

“¿Quién es esa chica? Está bastante enferma”.

“El tiempo aquí está muy estructurado, y el tiempo allá realmente se te escapa”, recordó mientras hablaba sobre el mundo de los espíritus en el que había entrado inesperadamente. Estaba en ese lugar después de caer en coma.

Wittbrodt afirmó que vio una luz brillante antes de que apareciera el espíritu de su abuela quien le dijo telepáticamente que mantuviera la calma.

“Estaba tan aliviada de que hubiera alguien allí, y no estuviera sola”, recordó.

Experiencias irreales

Mientras pasaba su tiempo en el otro mundo, Wittbrodt descubrió que sus pensamientos se convertían en realidad. Recordó haber visto flores amarillas brillantes tan pronto como pensó en ellas. Dijo:

“Cada flor tiene su propia vibración, su propio canto, su propio olor y sabor. Y no tienes que acercarte a ella para experimentarlo”.

Luego, Wittbrodt afirmó que había conocido a Dios y se quejó con Él de todas las dificultades que ella y sus hijos habían tenido que soportar. Ella le preguntó por qué había permitido que sus hijos sufrieran y obtuvo las respuestas a todas sus preguntas.

La respuesta

Según Wittbrodt, las respuestas de Dios le hicieron comprender que el sufrimiento en este mundo sería recompensado en el más allá. También vio un atisbo del futuro, donde su hijo, David, estaba viendo a su hijo jugar al fútbol.

“Mamá, voy a ser para él el padre que me merecía”, lo escuchó decir. Años después, David repetía la misma frase mientras veía jugar a su hijo. Wittbrodt consideró esta experiencia como una señal de Dios y una “confirmación” de su experiencia de otro mundo.

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Sin embargo, Wittbrodt se sintió preocupada cuando llegó el momento en que ella debía regresar. No quería dejar de flotar en el vacío. Fue una experiencia surrealista que no podría describir adecuadamente con palabras.

La lección

Wittbrodt dijo que le pidió a Dios que le permitiera recordar esta experiencia antes de regresar. Pensó que se sentiría desesperanzada si la olvidaba y recordó haber llorado al dejar la otra realidad.

Afirmó que se había curado después de despertarse del coma. Ella reveló que la experiencia le había sanado su anafilaxia y que su perspectiva de la vida había cambiado por completo.

“Estamos destinados a avanzar, enfrentar desafíos y compartir bondad”, dijo.

Después de conversar con su creador, la mayor lección que aprendió fue que las comodidades terrenales no tienen el mismo valor en el más allá. Son las dificultades y las luchas las que dan fruto.

Ha compartido su experiencia en múltiples entrevistas y podcasts. También le dice a la gente que tenemos la oportunidad de elegir a nuestra familia y qué lecciones de vida queremos aprender antes de venir a este mundo.

“Trato de recordarle a la gente que, antes de venir, sabías los traumas que ibas a enfrentar”, agregó Penny.

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