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Niño duerme en los asientos de un aeropuerto | Foto: Shutterstock
Niño duerme en los asientos de un aeropuerto | Foto: Shutterstock

Conserje del aeropuerto le da su sándwich a un niño perdido: "Salva a mi mami de ese monstruo", le ruega el chico - Historia del día

Mayra Pérez
04 nov 2022
18:30

El corazón de un trabajador del aeropuerto se conmovió por un niño perdido, y le dio su único sándwich. Entre lágrimas, el niño le da un mordisco y de pronto le dijo: “Salva a mi mami de ese monstruo. ¡Está herida!”.

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Algunos encuentros accidentales te llevan a las mejores cosas de tu vida, pero Luis no creía en nada de eso. Era un hombre de 35 años que vivía una vida humilde y trabajaba como conserje en un aeropuerto para mantener a sus trillizos de dos años.

Poco tiempo antes, Luis se consideraba un hombre afortunado y felizmente casado. Tenía una esposa hermosa, tres hijos adorables y una casa pequeña y acogedora en un vecindario encantador. Pero un día todo se vino abajo...

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

La esposa de Luis, que se había ido al extranjero por un trabajo de modelo, lo llamó un día y terminó con todo. Habían estado tan felices cuando supieron que ella había sido seleccionada para el trabajo.

Habían celebrado con un pastel que hicieron juntos y Luis había gastado más dinero del que le permitía su bolsillo para invitarla a una deliciosa cena.

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Dianora siempre había querido convertirse en modelo. Ella y Luis se conocieron en el aeropuerto, donde ambos trabajaban. Después de tener trillizos, ella renunció a su trabajo para ser madre a tiempo completo.

Pero eso no la hacía feliz y le dijo a Luis que quería intentar hacer realidad sus sueños. Encontró en él un gran apoyo.

“Siempre estaré ahí para ti, nena”, le había dicho. “No tienes que preocuparte. Te apoyo en todo”.

Pero sus palabras por teléfono ese día hicieron que Luis se arrepintiera. Odiaba haber sido amable y amoroso con una mujer tan egoísta, que acababa de abandonar a su familia por su carrera y dinero.

“Estábamos destinados a ir por caminos separados, Luis”, dijo ella por teléfono. “Tengo un futuro brillante por delante. Nunca tuve la intención de tener bebés o hacer tareas domésticas”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Antes de que Luis pudiera decir algo más, ella terminó la llamada. Intentó llamarla, pero el teléfono estaba apagado. Pronto, recibió los papeles de divorcio y su matrimonio terminó abruptamente.

Después de eso, Luis se dio cuenta de que tenía que recuperarse por sus hijos, sus angelitos, que ahora eran su responsabilidad. Se prometió a sí mismo que sería el mejor padre para sus amados trillizos.

Un día, estaba trabajando en el aeropuerto cuando vio a un niño pequeño durmiendo en los asientos de la sala de espera. No había nadie a su alrededor, y parecía estar profundamente dormido.

“Tal vez sus padres salieron a comprar algo…”, se dijo. No pensó mucho en eso; barrió el área y se fue.

Pero cuando volvió a pasar por el mismo lugar, vio que el niño seguía allí. Sintió que algo andaba mal, así que decidió hablar con él: “¿Estás bien, niño?”.

Tocó suavemente su hombro y el niño se despertó sobresaltado. “Por favor, déjame. ¡No hice nada!”.

“Oye, oye, está bien”, dijo Luis con voz tranquila. “Soy Luis. Trabajo aquí”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Lo siento”, dijo el niño entre lágrimas. “Estoy esperando a mi mami…”.

“¿Quieres que te lleve con ella?”, preguntó Luis. “Yo podría ayudarte”.

Antes de que pudiera decir algo, el estómago del niño comenzó a sonar.

“Parece que tienes hambre. Espera aquí. Vuelvo enseguida, ¿de acuerdo?”, le dijo Luis.

Volvió con un sándwich y se lo dio. “Esto fue lo único que traje para el almuerzo, pero estás más que invitado a comerlo. A tu madre no le gustaría que pasaras hambre”.

“¿Seguro que no te importa que me lo coma?”, preguntó el chico.

“Claro que no. Al contrario, quiero que te lo comas”, dijo Luis con una sonrisa alentadora, y el niño lo aceptó.

“Soy Kevin”, dijo mientras le daba un mordisco al sándwich. “¿Puedo... puedo pedirte un favor?”. Sus labios temblaban y sus ojos se llenaban de lágrimas.

“Por supuesto, Kevin”, respondió Luis con una sonrisa, pero su sonrisa se desvaneció cuando escuchó sus palabras.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Por favor, ayúdame…”. Kevin miró a Luis y lo rodeó con sus brazos. “¡Salva a mi mami de ese monstruo!”, le rogó. “¡Está herida, y necesita ayuda!”.

Luis no supo qué decir por algunos instantes; luego le preguntó: “¿Qué le pasó? ¿Dónde está ella?”.

“Mi papá... se la llevó. ¡La metió en el auto y se la llevó!”. Kevin sollozó. “¡Mi mamá estaba muy asustada!, no creo que esté bien”.

“¿Puedes contarme más sobre lo que pasó?”. Luis no estaba seguro de cómo debía proceder.

Así que Kevin le contó todo y Luis decidió llamar a la policía y alertó a las autoridades del aeropuerto de la situación.

Poco después, la policía localizó a la madre de Kevin, Estela. Afortunadamente, ella había hecho que su hijo memorizara su número de teléfono y los policías pudieron rastrearla. El padre de Kevin fue aprehendido.

El hombre había estado maltratando a Estela por años, y ella había decidido huir. Se fue con su hijo al aeropuerto y debían pasar la noche en la sala de espera para tomar un vuelo a primera hora.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Pero él los encontró en el aeropuerto y la llevó a la fuerza a su auto. En ese momento, Kevin había ido al baño, así que para que no lo viera, Estela prefirió cooperar. El niño vio todo, y se escapó porque estaba asustado.

“Gracias por ayudarme”, le dijo Estela a Luis entre lágrimas. “No tienes idea de lo mucho que has hecho por nosotros”.

“Me alegro mucho haber podido ayudarlos”, le dijo. “Deberían ir a descansar un poco. Ha sido un día difícil para ustedes”.

Estela asintió. “Cambiamos nuestros planes. Tomaremos el próximo vuelo a la ciudad donde viven mis padres”.

“¡Gracias por ayudar a mamá!”. Kevin le dio un gran abrazo. “Me alegro haberte conocido…”.

Ese día, Luis vio despegar el avión de Estela y Kevin con una brillante sonrisa, sin esperar volver a verlos. Sin embargo, 6 meses después, mientras barría los pisos, alguien le tocó el hombro y le dijo: “¿Quieres un sándwich?”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Luis se dio la vuelta y vio a Kevin y le dio un fuerte abrazo. “Hola, amigo. ¿Qué haces aquí solo? ¿Dónde está tu mamá?”.

“Hola, Luis”, dijo Estela, apareciendo detrás de Kevin. “Encontré un trabajo aquí, así que nos mudamos de nuevo…”.

“¿Y todo está bien ahora? Quiero decir, ¿es seguro trabajar aquí?”, preguntó Luis con preocupación.

“Todo está bien ahora. Logré divorciarme de mi esposo y él no ha vuelto a aparecer en nuestra vida. Kevin y yo estaremos encantados si nos visitas alguna vez”.

Así que Luis visitó a Estela y Kevin un día con sus trillizos, y se sorprendieron al descubrir que era padre soltero. Él les contó que su esposa lo había abandonado con los bebés, y el dolor común, de alguna manera, los acercó.

Poco después, Luis y Estela se enamoraron y muy pronto se convirtieron en una feliz y ruidosa familia de seis.

“Me alegro de haber conocido accidentalmente a Kevin”, dijo Luis en su discurso de boda. "Y descubrí que algunos encuentros accidentales te llevan a las mejores cosas de tu vida”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los encuentros accidentales pueden conducir a hermosos comienzos: El encuentro de Luis con Kevin en el aeropuerto cambió sus vidas para siempre al unirlos como familia.
  • No te lamentes por lo ocurrido, agradece lo que llega: Los matrimonios anteriores de Luis y Estela colapsaron, pero ellos se enamoraron y fueron muy felices.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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