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Casa decorada para Halloween. | Foto: Shutterstock
Casa decorada para Halloween. | Foto: Shutterstock

Nadie visita la casa de una anciana por años hasta que un niño golpea a su puerta en Halloween - Historia del día

Todos en el vecindario evitaban la casa de una anciana hasta que un niño pequeño decidió tocar su campana en Halloween y descubrió la verdad sobre ella.

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“¡Howie! ¡No puedes entrar! ¡Mamá nos dijo que evitáramos la casa de la Sra. Carrigan a toda costa! No podemos ir allí”, advirtió el hermano mayor de Howie, Archie, cuando lo vio caminar por el jardín delantero de aquella dama, viendo sus decoraciones de Halloween.

El pequeño se giró y miró a sus dos hermanos mayores con petulancia. “Pero puso decoraciones. Quiere que entremos”, respondió el niño, señalando las calabazas en el jardín y el cartel de truco o dulce en la puerta.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“¡Sal, Howie! ¡Vamos! Creo que mamá piensa que es una... una bruja”, susurró su otro hermano mayor, Bobby.

“¿Qué? ¿Le tienes miedo?”, se burló Howie, sabiendo que a sus hermanos no les gustaría eso. Vio sus ceños fruncidos, pero sus palabras eran ciertas.

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Ellos estaban asustados. Nadie en el vecindario entraba en la casa de la Sra. Carrigan o se quedaba cerca. A algunos les daba miedo acercarse, y otros valientes llamaban a su puerta.

La señora que allí vivía era extraña. Se vestía siempre de negro y no se cepillaba el cabello. No podía caminar erguida y jamás sonreía, así que la gente le temía y la evitaba las raras veces que ella dejaba la casa.

Pero Howie no tenía miedo. Iba a tocar. Lo peor que podía pasar era ser ignorado o que le dijera que se fuera. A pesar de las palabras de su hermano mayor, subió los diminutos escalones y tocó el timbre.

“¡Howie! ¡No!”, le susurraron sus hermanos mayores desde la acera. Él se dio la vuelta y se llevó el dedo a la boca, haciéndoles señas para que se callaran. De repente vio sus ojos agrandarse y sus rostros palidecer incluso debajo del maquillaje de Halloween que estaban usando.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Howie sintió algo detrás de él y se volvió lentamente, sin saber qué esperar. Sintió el aire frío, que, en retrospectiva, debería haber sabido que era del aire acondicionado en la casa de la mujer mayor, pero finalmente, sintió que tocar el timbre no había sido una buena idea.

La anciana estaba allí, encorvada y mirándolo enigmáticamente. Él vio su cabello desordenado y su ropa perpetuamente negra, y supo precisamente por qué todos pensaban que era una bruja.

Se parecía a las de los dibujos animados. Pero Howie cuadró los hombros, levantó su cubo de calabaza de plástico y dijo: “¡Truco o dulce!”.

Algunos de sus amigos se mostraron escépticos, pero algunos valientes llamaron a su puerta e hicieron lo mismo que Howie.

La vecina mayor lo miró fijamente durante unos segundos y vio que sus ojos se abrían un poco. Pero finalmente, ella sonrió, y no fue espeluznante como él esperaba. Ella estaba feliz.

“¡Cariño! ¡Sí! ¡Tengo truco o dulce por primera vez!”, dijo ella con tono feliz. De inmediato estiró la mano hacia un lado y sacó una gran bolsa de dulces de marca. “¡Aquí tienes! ¡Elige lo que quieras! Me gusta tu disfraz”.

Howie sonrió alegremente mientras escogía sus favoritos: Snickers, barras Mars, M&M, etc. La mujer mayor miró hacia atrás y vio a sus hermanos mayores. “¿Ellos no quieren dulces?”, preguntó ella.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“¡Chicos! ¡Vengan aquí! ¡Hay muchos dulces!”, los llamó Howie, agitando las manos. Sus hermanos mayores se miraron confundidos, pero sonrieron y corrieron hacia la puerta, agarrando lo que la Sra. Carrigan estaba ofreciendo.

“¡Gracias!”, dijeron los tres a coro, y la mujer mayor se despidió de ellos.

“¡Díganles a tus amigos que quedan muchos dulces!”.

Ellos asintieron y les dijeron a todos en el vecindario. Algunos de sus amigos se mostraron escépticos, pero algunos valientes llamaron a su puerta e hicieron lo mismo que Howie.

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La Sra. Carrigan estaba encantada una vez más, y todos terminaron con dulces fantásticos esa noche.

Howie, Archie y Bobby le dijeron a su madre, quien frunció el ceño por desobedecerla, pero fue a agradecer a la Sra. Carrigan por los dulces. Poco después, las otras madres del vecindario también se acercaron.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Descubrieron que después de la muerte de su esposo, la Sra. Carrigan solo usaba ropa negra y le gustaba estar sola. Sin embargo, nadie sabía cómo comenzaron los rumores o chismes sobre que ella era una bruja.

Las malas historias desaparecieron esa noche de Halloween y la anciana se convirtió en otra vecina amigable para todos en el pequeño pueblo.

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca juzgues a alguien por su apariencia: Todos en el vecindario juzgaban a la Sra. Carrigan hasta que un niño valiente demostró que ella era amable.
  • Los niños pueden ver lo bueno en todos: Los adultos suelen ser más cautelosos, pero los niños como Howie están más abiertos a las personas nuevas y ven la amabilidad en los demás.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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