Pobre mujer se presenta en boda lujosa para ver al hijo que dio en adopción hace 20 años - Historia del día

Una mujer frágil y pobre se presentó en una boda y los invitados se burlaron de ella hasta que alguien reveló quién era. El novio recibió un gran regalo que había deseado toda su vida.

"¿Quién es esa?".

"¿No hay mejor seguridad aquí?".

"Sé que ella no es parte de la familia de Anastasia. Todas son mujeres con clase".

"¿Crees que ella es parte de la familia de Tomás?".

"Esto es un desastre".

Los invitados a la boda en el club de campo se rieron cuando una mujer mayor, pobremente vestida con una apariencia delgada y frágil, apareció y caminó al altar.

Todos se sorprendieron y comenzaron a burlarse, comentar y mirarla con desdén. Los novios aún estaban preparándose, por lo que la ceremonia no comenzaría hasta dentro de unos minutos. Nadie podía creer que la mujer fuera una invitada especial allí.

La mujer miró a todos, y de vuelta recibió miradas de desprecio y algunas sonrisas desdeñosas. Sin embargo, un amigo del novio, Larry, se levantó y se le acercó.

"Señora, ¿está perdida?", preguntó suavemente.

La anciana sonrió con timidez. "Soy Ada. Estoy aquí para la boda de Tomás", respondió, con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo.

"Señora Ada. ¿Le parece bien sentarse allí?", sugirió Larry, señalando hacia uno de los lugares vacíos alrededor del jardín.

"Espera", interrumpió alguien. "¿Ada? ¿Eres tú?". Era la señora Fraga, la madre de Tomás. Acababa de llegar y reconoció a la frágil anciana.

"¿La conoce, señora Fraga?", preguntó Larry.

"Oh, sí, querido", dijo la mujer y sonrió emocionada. "Estoy tan feliz de que hayas podido venir".

"Gracias por invitarme", respondió Ada, y se abrazaron, sorprendiendo a todos los invitados allí. No podían creer que la señora Fraga abrazara o incluso se relacionara con una mujer tan mal vestida.

Cuando terminaron el abrazo, la señora Fraga se giró, sintiendo ojos sobre ella, e intuyendo lo que estaban pensando sus invitados. Sabía que casi todos eran unos presumidos, que no entablaban amistad con nadie por debajo de su nivel social y económico.

Ella los detestaba por eso. Sin embargo, estas personas eran parte del círculo de la novia, por lo que sabía que debía ser tolerante. Había planeado una sorpresa, pero tendría que esperar más tarde. Sentó a Ada junto a ella y su esposo, quien le sonrió alegremente.

El novio y sus padrinos ocuparon sus lugares. Las damas de honor caminaron hacia el altar y, finalmente, la novia llegó del brazo de su padre. Toda la ceremonia fue hermosa y emotiva.

Ada lloró y disfrutó estar allí, aunque casi nadie sabía quién era. Ella no necesitaba reconocimiento. Todo lo que quería era ver a Tomás feliz y casándose con el amor de su vida.

Estaba encantada y en realidad había planeado irse una vez que terminara la ceremonia, pero la señora Fraga insistió en que asistiera a la recepción.

La fiesta era extraña para ella; nunca antes había estado en una boda como esa. Las flores, las decoraciones, la comida, las bebidas y todo era más costoso que cualquier cosa que hubiera tenido.

Se sentía fuera de lugar, aunque feliz de que Tomás viviera así. Significaba que su sacrificio había valido la pena. Una vez más, intentó escabullirse. De repente, la señora Fraga subió al escenario en compañía de su esposo.

"Hola a todos. Gracias por venir a la boda de nuestro querido hijo con la hermosa Anastasia. Estamos muy orgullosos y felices por ustedes dos. Tomás, te tenemos una sorpresa. Ada, ¿puedes venir aquí con nosotros?", preguntó con deferencia.

Las cejas de Ada se elevaron por la sorpresa; todos se volvieron hacia ella. Se puso de pie y caminó lentamente para pararse junto a los Fraga. En ese punto, no podía marcharse.

"El mejor día de mi vida fue hace 20 años, cuando un niño de apenas cinco añitos vino a nuestro hogar y lo llenó de alegría", comenzó la señora Fraga, poniendo su brazo alrededor de Ada.

"Pero eso no hubiera sido posible sin esta mujer. Tomás, ella es Ada… tu madre biológica. Esta valiente mujer sacrificó todo para que pudieras tener una vida mejor. Este es nuestro regalo de bodas para ti, hijo", concluyó.

La recepción quedó en silencio; la mayoría de los presentes se había estado burlando de esa mujer. En ese momento, el señor Fraga tomó el micrófono.

"Hijo, sabemos lo mucho que nos amas, pero siempre preguntaste por tu familia biológica, especialmente por tu madre", agregó. Volviéndose a la frágil mujer, sugirió: "¿Podrías decir algunas palabras, Ada?".

Tomás se había levantado de su mesa, mientras su novia se tapaba la boca con la mano. Ada sacudió la cabeza en forma imperceptible, pero se armó de valor. Esta era su oportunidad.

"Hola, Tomás. Soy Ada. Probablemente, no me recuerdes, pero gracias a tus padres puedo estar aquí. Me invitaron a tu día especial, y les estaré eternamente agradecida por todo lo que han hecho por ti", comenzó, con la voz entrecortada.

Se las arregló para contener las lágrimas, pero no pudo hablar más. La señora Fraga le dio un cariñoso abrazo, y le pidió a los invitados que siguieran disfrutando del resto de la fiesta.

Después, Tomás invitó a Ada para que lo acompañara a una habitación al lado del salón de recepción. Ella le explicó que 25 años atrás había estado en una mala relación y se había embarazado.

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Durante los siguientes cinco años, intentó criar a su hijo a pesar de los malos tratos de su pareja y la precaria situación económica. Luego, el hombre se fue con otra mujer, y ella no tenía cómo ofrecerle una buena vida a su hijo.

"Fue entonces cuando supe que quería más para ti", continuó Ada, tragando saliva. "Así que hablé con una agencia de adopción. Tus padres eran los primeros en la lista y eran perfectos".

Tomás lloraba abiertamente, sin miedo a mostrar sus emociones.

"¿Cómo supiste dónde estaba?", preguntó, mientras intentaba secar sus lágrimas inútilmente.

"Nunca me alejé de ti. Siempre supe dónde vivías, a qué escuela ibas y muchas otras cosas. La agencia de adopción le dio a tu madre mi apartado de correos y ella me enviaba actualizaciones", explicó Ada.

"Pero recientemente me enfermé y me acerqué a ella para ver si finalmente podía conocerte. Ella accedió de inmediato. Tus padres son maravillosos", expresó con sinceridad.

"Sí, lo son. Y tú también. Hiciste lo correcto por mí, y yo… muchas gracias", dijo Tomás, sosteniendo la mano de Ada. "¿Qué te está pasando? ¿Necesitas un médico?".

Hablaron un poco más sobre su condición, que no era fácil de tratar y probablemente nunca desaparecería. Ada cambió de tema y habló de cosas más felices hasta que la señora Fraga los interrumpió.

"Necesitamos que regrese el novio para el primer baile", dijo con una sonrisa.

"¡Por supuesto!", dijo Ada, levantándose del sofá. "Te he apartado demasiado tiempo de tu boda".

"Hablaremos más tarde, ¿verdad?", preguntó Tomás, al tiempo que se ponía de pie y la miraba fijamente.

"Claro que sí", respondió Ada.

"¡Tienes que unirte a nosotros y celebrar!". La señora Fraga tomó a Ada del brazo y el resto de la noche fue especial. A pesar de estar fuera de lugar en esa lujosa boda, sentía el afecto de las personas que le importaban.

Ada y Tomás construyeron un hermoso vínculo. Meses después, ella tuvo la oportunidad de conocer a su nieta, Ada Marina, nombrada así en honor a las dos madres. Fue la bendición más grande de su vida.

Vivió pocos meses más, y se fue feliz, sabiendo que su único hijo tendría el futuro más brillante y hermoso al lado de su esposa y su preciosa hija.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Dar a un niño en adopción es el mayor y más desinteresado sacrificio de una madre: Ada sabía que no podía darle a Tomás la vida que quería para él, y lo entregó a una pareja que sí podía hacerlo.

• Nunca te burles de alguien por su apariencia: Burlarse de las personas por su apariencia, la ropa o cualquier otro motivo no está bien. Los invitados de la boda lo hicieron con Ada, para luego descubrir que era la madre biológica de novio.

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