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Pasajeros en un vuelo. | Foto: Getty Images
Pasajeros en un vuelo. | Foto: Getty Images

"¡Tú, hediondo, aléjate de mí!", hombre rico se burla de veterano en un avión, sin saber que salvó a su hijo - Historia del día

Un hombre de negocios adinerado que iba en un vuelo se burló brutalmente de un veterano por su olor corporal sudoroso. Poco después de aterrizar, recibió una llamada del hospital y entre lágrimas lamentó haber insultado al exsoldado.

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Joseph Miller, de 53 años, estaba orgulloso de las boutiques de novias que dirigía por toda la ciudad. Cada unidad contaba con una amplia colección de costosos trajes de diseñador, vestidos de novia y todo lo que una persona desearía para que su boda fuera especial.

Subir la escalera hacia el éxito no había sido fácil para el magnate de los negocios. Joseph, que nació de padres pobres que apenas podían llegar a fin de mes, nunca tuvo una infancia feliz.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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El hambre y la pobreza le enseñaron el valor del dinero y, a medida que envejecía, comenzó a pensar solo en sí mismo. Él creía que solo aquellos que luchaban por sí mismos sin pedir ayuda saboreaban el éxito.

“Y nadie ayuda gratis sin esperar beneficios”, pensaba y eso lo motivaba. Finalmente, los frutos de su arduo trabajo llegaron a través de una beca que lo catapultó a la universidad sin tener que pagar un centavo.

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Joseph estudió mucho y se graduó summa cum laude. Salió a enfrentarse al mundo, preparado para demostrar que podía tener todo lo que la gente alguna vez dijo que no podía tener debido a su pobreza...

El tiempo pasaba demasiado pronto cuando el hombre dedicaba su corazón y su alma a alcanzar la cima del éxito. ¡Y lo logró!

Tenía todo lo que alguna vez había soñado: una fortuna que fácilmente podría durar generaciones, una hermosa esposa y un hijo adorable cuyo futuro ya había sido decidido por Joseph.

“Pero papá, quiero servir al país. El dinero no lo es todo, y después de ver al papá de mi mejor amigo Mark, que está en el ejército, incluso yo quiero convertirme en soldado”, le dijo Kevin, de 22 años, a su padre.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Joseph se sorprendió porque quería que su hijo se hiciera cargo del negocio familiar cuando él se retirara. Estaba sin habla y no podía entender la elección de su hijo. Su amor por Kevin superó los sueños que tenía para él, por lo que accedió y lo dejó ir.

El padre estaba orgulloso de su retoño, aunque lo extrañaba cada segundo. Pasaron tres años y el siguiente gran acontecimiento fue cuando Kevin y su esposa, Sally, tuvieron a su primer bebé, Eric.

Joseph era el hombre más feliz después de la llegada de su nieto, por lo que celebró la alegría inaugurando una nueva boutique en otro estado.

Después de asistir a una reunión importante con un cliente en su nueva sucursal, voló de regreso a su ciudad natal.

Minutos después del despegue, una azafata le mostró al Sr. Abrahams, un veterano con quemaduras menores en las manos y la cara, un asiento junto a Joseph. La frente del empresario se arrugó mientras fruncía el ceño, expresando su incomodidad.

Se tapó la nariz con un pañuelo y trató de mantener la calma, pero no pudo más, pues el olor a sudor que emanaba de la ropa del Sr. Abrahams penetraba en su nariz y le disgustaba.

En más de na ocasión, Joseph sacudió el polvo de su traje y olió su chaqueta para comprobar si el hedor a sudor se había pegado a su ropa.

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No pudo controlar su temperamento y comenzó a gritarle al veterano, quien tosía y le hacía señas a la azafata para que le trajera un poco de agua.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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“¡TÚ, HEDIONDO, ALÉJATE DE MÍ! Ve y siéntate en otro lado. ¡Mi costoso traje olerá a podrido por tu ropa sucia y sudada! ¡Vete de ese asiento!”.

Joseph siguió gritándole al veterano mientras todos a bordo los miraban y comenzaban a susurrar cosas. La azafata corrió a la escena y le entregó un poco de agua al Sr. Abrahams, saltando en su defensa.

“Señor, por favor mantenga la calma. No se puede ser grosero con un pasajero”.

“Este hombre huele a podrido. Tengo ganas de vomitar. Llévatelo de aquí”, el millonario no dejaba de quejarse.

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“Me disculpo por las molestias, pero señor, no puede decir cosas así y ser grosero con la gente”, respondió el asistente, llevando al Sr. Abrahams a otro asiento.

La conmoción se calmó cuando Joseph sonrió y continuó leyendo una revista. Una hora más tarde, el vuelo llegó a su destino, y antes de que los pasajeros pudieran bajarse, el piloto hizo un anuncio que hizo girar las cabezas de todos y aplaudir.

“Damas y caballeros, les habla su capitán... Antes de partir, aprovechemos esta oportunidad para agradecer a los tres verdaderos héroes de nuestro país que tenemos a bordo hoy, los veteranos, el Sr. Murphy, el Sr. Williams y el Sr. Abrahams”.

Una fuerte ronda de aplausos llenó la cabina del avión cuando los tres veteranos, incluido el Sr. Abrahams, se levantaron para agradecer a todos. Todos aplaudieron menos Joseph.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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Su ego se lastimó al darse cuenta de que se había burlado de un exsoldado que se había dedicado a servir a la patria. Se avergonzó de sí mismo y se bajó del avión inmediatamente.

Mientras tomaba su teléfono para llamar a su conductor para que recogiera su equipaje, recibió una llamada del hospital informándole de algo aterrador que le había sucedido a Kevin en el campamento.

“Sr. Miller, su hijo sufrió un accidente de incendio en el campamento la semana pasada. Lo llevamos a su ciudad, ya que tiene el hospital más cercano que brinda el mejor tratamiento de su clase a los pacientes con lesiones por quemaduras”.

“¿QUÉ?”, Joseph se sorprendió por la noticia. Inmediatamente llamó a un taxi al hospital para encontrarse con su hijo, sin imaginar la gran revelación que estaba por presenciar.

“Sí, señor, la sala está por ahí”, le dijo la recepcionista a Joseph, presa del pánico. Corrió hacia la sala y entró, pero quedó congelado al ver quién estaba allí.

El Sr. Abrahams, el veterano del que se había burlado y al que había llamado “hediondo”, estaba de pie junto a la cama de Kevin con un ramo de flores.

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“¿Qué… qué estás haciendo aquí?”, preguntó Joseph en estado de shock y fue interrumpido por la débil voz de su hijo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¡Papá, él me salvó la vida!”.

“No me habrías visto con vida hoy si el Sr. Abrahams no hubiera corrido dentro del edificio en llamas y me hubiera sacado. Era su último día en la base, y arriesgó su vida para salvar la mía, papá”.

Joseph se sorprendió más allá de lo creíble cuando sus ojos se abrieron con ansiedad y vergüenza.

No tenía idea de que el hombre al que había llamado “hediondo” se había enfrentado a las llamas ardientes para salvar la vida de Kevin cuando estalló un incendio en el campamento.

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Las lágrimas brotaron de sus ojos cuando juntó las manos y cayó de rodillas, suplicándole al Sr. Abrahams que lo perdonara.

“Lo siento mucho, señor. Por favor, perdóneme. Nunca creí en los sacrificios y pensé que sucedía solo en los cuentos de hadas".

El veterano levantó a Joseph y le dio unas palmaditas en los hombros. “¿Puedo hablar con mi hijo por un minuto, Sr. Abrahams?”, le preguntó Joseph.

“Sí, seguro. Esperaré afuera”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Momentos después, el empresario llamó al veterano para que entrara y lo abrazó, ofreciéndole ser el padrino de su nieto Eric. El Sr. Abrahams quedó atónito por una oferta tan inusual y se preguntó qué había hecho que Joseph y Kevin tomaran una decisión tan apresurada.

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“Porque mi nieto habría perdido a su padre si usted no lo hubiera salvado. Incluso si se bañara con todo el dinero que he ganado en mi vida, o tuviera una montaña de oro, no compensaría su valentía y amabilidad".

Kevin se recuperó poco después y regresó a casa para pasar las vacaciones. Después del bautismo del bebé Eric, Joseph y su familia organizaron una cena con el Sr. Abrahams como su estimado invitado.

Joseph hizo un brindis en honor al veterano desinteresado que había arriesgado su propia vida para salvar a un compañero soldado.

“¡Al hombre que no es solo el salvador de mi hijo sino mi hermano menor!”, empezó él.

“Nunca juzgues a alguien por su apariencia, escuchaba decir a la gente, pero nunca supe la profundidad de esa moraleja hasta que vi a mi hijo con vida”.

“Me di cuenta de que no todos los héroes usan capa, y saludo al soldado que me mostró qué todo se trata de la amabilidad y el sacrificio. ¡¡Salud!!”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • No juzgues ciegamente a los demás porque es posible que nunca sepas cómo cambiará el destino: Joseph se burló del veterano en el avión, sin saber que había salvado la vida de su único hijo unos días antes de tomar ese vuelo.
  • Tu verdadero éxito no se trata de acumular riquezas sino del amor y el respeto que obtienes durante tu vida: La infancia oscura de Joseph lo llevó a creer que el dinero lo era todo y que nadie ayudaba sin obtener beneficios. Se dio cuenta de que estaba equivocado cuando supo que un veterano al que había insultado había salvado la vida de su hijo al arriesgar la suya.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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